Cristina Kirchner, sobre la elección del nuevo Papa: "Es un día histórico"

La presidenta de Argentina expresa su deseo de que al elegir el nombre de Francisco I, Bergoglio esté dando una señal de su opción por los pobres

Bergoglio saluda al matrimonio Kirchner, en una imagen de archivo.

Bergoglio saluda al matrimonio Kirchner, en una imagen de archivo. / ii

ABEL GILBERT / Buenos Aires

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"Hoy es un día histórico, y no quiero dejar de mencionarlo: por primera vez en los dos mil años va a haber un Papa que pertenece a Latinoamérica, y le deseamos de corazón a Francisco I que pueda lograr mayor grado de confraternidad entre los pueblos y las religiones", ha dicho Cristina Fernández de Kirchner tras conocer la elección del nuevo Pontífice, el exarzobispo de Buenos Aires. "Le deseamos toda la suerte del mundo en esta misión pastoral", ha agregado.

La presidenta de Argentina ha mencionado el nombre de Francisco, elegido por Jorge Bergoglio para asumir como Papa. "Tengo entendido que es por San Francisco de Asís. Que sea la opción para que las altas jerarquías podamos volvernos a encontrar en la misma condición humana; con amor, justicia, y equidad", ha añadido.

La mandataria asistirá a la asunción de Federico Bergoglio como nuevo Papa. "Que no les quepa ninguna duda", ha afirmado el portavoz del Gobierno, Alfredo Scoccimarro. "En mi nombre, en el del Gobierno argentino y en representación del pueblo de nuestro país, quiero saludarlo y expresarle mis felicitaciones con ocasión de haber resultado elegido como nuevo Romano Pontífice de la Iglesia Universal", le hizo saber Kirchner en una carta personal a Francisco I. "Es nuestro deseo que tenga, al asumir la conducción y guía de la Iglesia, una fructífera tarea pastoral desempeñando tan grandes responsabilidades en pos de la justicia, la igualdad, la fraternidad y de la paz de la humanidad", apunta la misiva que concluye: "Le hago llegar a su Santidad, mi consideración y respeto".

Tensión con los Kirchner

Las relaciones de Bergoglio con Cristina Fernández y, especialmente, con su difunto esposo, Néstor Kirchner, han atravesado periodos de turbulencias. El fallecido presidente llegó a considerarlo el verdadero jefe de la oposición.

De hecho, la voz de Bergoglio se ha escuchado en los temas más candentes de la agenda política argentina como la pobreza o el creciente enfrentamiento entre el Gobierno y sus adversarios. Néstor Kirchner tuvo un encuentro cordial cuando Bergoglio era el titular del Episcopado, poco después de asumir el mando, en mayo del 2003. Pero en la homilía celebrada un año más tarde, el entonces arzobispo de Buenos Aires cuestionó "el exhibicionismo y los anuncios estridentes" del Gobierno. "Nuestro Dios es de todos, pero cuidado que el diablo también llega a todos, a los que usamos pantalones y a los que usan sotanas", llegó a decir el exjefe de Estado.

Bergoglio y Cristina llegaron a uno de los puntos más altos de su enfrentamiento en el 2011, cuando en el Congreso avanzaba con firmeza el proyecto de matrimonio entre personas de un mismo sexo. El flamante Papa se puso al frente de los reparos contra el proyecto y envió una carta a todos los sacerdotes en la que les instó a hablar en todas las misas sobre "el bien inalterable del matrimonio y la familia". "Me preocupa el tono que ha adquirido el discurso, se plantea como una cuestión de moral religiosa y atentatoria del orden natural, cuando en realidad lo que se está haciendo es mirar una realidad que ya está", replicó la mandataria.

Oposición expectante

Los gobiernos kirchneristas buscaron eludir al arzobispo de Buenos Aires en los 'tedeum' por el 25 de Mayo, fiesta nacional de Argentina. En numerosas ocasiones participaron de la ceremonia religiosa en catedrales alejadas de la capital. Ello no evitó que Bergoglio siguiera disparando sus dardos. Hace dos años, poco antes de que fuera reelegida, le pidió a Cristina "desterrar las ambiciones desmedidas". Cuando el enfrentamiento parecía cruzar una línea de no retorno, la presidenta puso paños fríos a una iniciativa que buscaba a no penalizar el aborto. Pero, en cualquier momento, ese proyecto puede reactivarse, lo que causaría la ira del ahora Pontífice.

La designación de Bergoglio como nuevo pontífice es vista por la oposición como un hecho providencial y espera que el peso de su figura se haga sentir de cara a las elecciones legislativas del 2013. A su modo, les gustaría que Francisco I desempeñara el papel que tuvo Juan Pablo II en la caída del comunismo.