Generación Tahrir

Revolución a la islandesa

ÁLVARO ALSINA. Estudiante acampado en la Plaza de Catalunya

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La plaza ha vibrado durante horas, entre debates espontáneos e intentos de estructurar el enorme flujo de ideas que circula por esta plaza desde que ha salido el sol. La plaza ha estado temblando desde hace poco debido a la enorme cacerolada y estruendo ciudadano que expresaba un sentimiento para el que "descontento" queda muy corto.

Creo que era el ruido de los pilares de este país tal y como lo conocemos. Un país que se esta empezando a resquebrajar. Tal vez es el ruido de las uñas de los politicos al ver como sus pequeños y olvidados corazones quedan expuestos a los sueños del pueblo.

Señores alcaldables, señores presidentes, ustedes ya no nos importan. Ahora importa el pueblo. Llevamos dos dias demostrando que es posible vivir y coexistir de otra manera. Estos dias, la plaza de Catalunya es ciudad estado, estado libre y horizontal, donde no hay organismos de control porque no son necesarios.

Ahora empieza la asamblea. Los habitantes de la plaza llevamos todo el día esforzándonos en dar una estructura a todo lo que aquí está ocurriendo. Queremos ser coherentes, y debemos hallar el punto ideológico que nos reúna para seguir hacia adelante y que al mismo tiempo aglutine a los que aún no se nos han unido. Que vengan a la plaza con nosotros a demostrar que se puede coexistir de forma horizontal, sin organismos que organicen, sin líderes que lideren. Solo el pueblo y su voz.

Los que estamos aquí desde el principio ya solo somos uno mas. Uno mas de la multitud que subsiste y resiste gracias a la solidaridad de los conciudadanos, que han estado trayendo comida a la plaza desde que esto empezó. Todo tiembla, y lo que atrona es la voz del pueblo. Callan los cobardes y habla el pueblo. Gracias, compañeros, ciudadanos, hermanos. Gracias por este día de lucha y libertad.

Seguimos resistiendo, y ya no hay nada que nos pueda parar. Revolución a la islandesa.