LA MANO DERECHA DE RATZINGER

El pacificador

Tarcisio Bertone se ha convertido en el principal valedor de Catalunya en la cúspide del Vaticano

El 'president' Montilla y el cardenal Bertone, en la Generalitat, en abril.

El 'president' Montilla y el cardenal Bertone, en la Generalitat, en abril.

J. C.
BARCELONA

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A Angelo Sodano, que antes de convertirse en secretario de Estado del Vaticano con Juan Pablo II fue nuncio en Chile, donde trabó una estrecha amistad con Pinochet, le sucedió en el 2006 comoprimer ministrodel Vaticano y mano derecha del Papa un salesiano italiano, simpático y extrovertido, hincha de la Juventus de Turín y, antaño, periodista radiófonico deportivo en sus ratos libres. Ratzinger le eligió como segundo a pesar de no proceder de la carrera diplomática, algo nunca visto en la Santa Sede.

El Papa alemán había tenido la ocasión de conocerle a fondo durante los años en que Bertone ejerció con solvencia el cargo de secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el antiguo Santo Oficio de la Inquisición, cuando Ratzinger era el responsable del departamento ministerial. Allí se fraguó una relación de confianza que habría de trasladarse posteriormente a la máxima jefatura de la Iglesia.

Bertone es un viejo conocido de la abadía de Montserrat. El abad del monasterio, Josep Maria Soler, ha cultivado su amistad desde la época en que el secretario de Estado, entonces arzobispo de Génova, visitara en repetidas ocasiones la comunidad benedictina. Otro monje benedictino, Pius-Ramon Tragan, tejió esa estrecha relación durante los años en los que fue responsable de la universidad de los benedictinos en Roma. Bertone presidía en la misma época la universidad salesiana.

Receptáculo de quejas

El vínculo con la comunidad de la montaña de Monserrat ha resultado providencial al facilitar que las inquietudes de la Iglesia catalana llegaran a oídos de las más altas instancias vaticanas. Bertone fue, por ejemplo, el receptáculo de las quejas por la recalcitrante actitud hostil de la COPE hacia Catalunya. Y, lo que es más importante, el hacedor de una solución, nada fácil, que desembocó en el cese del radiofonista Federico Jiménez Losantos en la cadena.

La mano derecha del Papa se ha convertido igualmente en el primer interlocutor del Gobierno español, hastiado de una relación con la cúpula del episcopado trufada de desencuentros. Bertone no solo se ha ganado la confianza de Ratzinger, sino también la de la Iglesia catalana y el Ejecutivo de Zapatero.