LA ESTRUCTURA de los clanes NORTEAFRICANos

Los 'beznassa' o narcos magrebís operan desde Holanda y Bélgica

Los grupos mafiosos se basan en los lazos tribales bereberes

A. B. / BARCELONA
BEATRIZ MESA / RABAT

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En Italia, a los miembros del crimen organizado se les conoce comomafiosi(mafiosos) y en Rusia, comovor v zakonen(ladrones en ley). En Marruecos también se ha acuñado una expresión para los narcotraficantes. Los marroquís les llamanbeznassa, una derivación coloquial debusinessman(hombre de negocios, en inglés). Se trata de clanes mafiosos que han crecido en paralelo al florecimiento del tráfico de hachís y que se basan sobre todo en estructuras familiares de las tribus bereberes del Rif marroquí.

Aunque es en esa cordillera del norte de Marruecos donde se cultiva el hachís, las principales familiasbeznassa, lossopranomarroquís, los que se reparten el pastel del tráfico de hachís a gran escala, residen a miles de kilómetros de allí: en Holanda y en Bélgica. Por eso no sorprendió a los agentes que realizaron la operación que Mohamed Nassiri viviera en Holanda y diera las órdenes en holandés.

El modo de vida de losbeznassaes similar al de otros mafiosos (con una importante inclinación al alcohol y las mujeres) y sus familias suelen vivir de forma muy occidental. No obstante, suelen recurrir poco a la violencia. Para limpiar su conciencia islámica, acumulan donativos a mezquitas o argumentan que con la droga «ayudan a corromper la sociedad occidental».

CLANES FAMILIARES / A diferencia de otros grupos mafiosos, los clanesbeznassa son pequeñas estructuras familiares que subcontratan la mayor parte de las labores relacionadas con el narcotráfico. «Estos jefes mafiosos nunca se manchan las manos», cuenta un responsable policial español. Todas esas bandas gestionan el negocio desde Holanda aprovechando los lazos familiares y tribales que tienen en el Rif.

Allí, tras décadas de aplicar una política de dejar hacer, la monarquía marroquí parece haberse tomado en serio la lucha contra el cultivo de hachís. Las autoridades han acabado con 72.000 de las 132.000 hectáreas de cannabis que se cultivaban en el 2003. Según cifras del 2008, quedan en Marruecos 60.000 hectáreas de cultivo de esta droga.

Según un estudio sobre el mercado del hachís realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Granada, la droga, junto con la inmigración y el contrabando, son el «sostén» de la economía de las provincias del Rif, «donde más de 75.000 campesinos viven de ese cultivo». Los agricultores solo sacan 50 dirhams (unos cinco euros) por kilo, mientras que el intermediario puede ganar hasta 10 veces más.