REDES ANTIGRANIZO. Contra la pesadilla de los agricultores

Recordamos un día de mayo en que fuimos a Vilafranca del Penedès para hablar de meteorología y agricultura en una cooperativa. Estábamos rodeados de viñas verdes y preciosas, con el fruto iniciando su crecimiento. Al día siguiente volvimos para continuar con el cursillo, pero dos horas antes había descargado una fuerte tormenta de granizo: no quedaba nada de las viñas. Tan solo los troncos. Ni las hojas ni los frutos.

El granizo siempre ha sido la mayor pesadilla de los agricultores. Peor que las heladas, vendavales o inundaciones. La temporada de producción frutícola en Catalunya se concentra en dos o tres meses, que son precisamente en los que hay mayor posibilidad de tormentas con granizo. Antiguamente, cuando se aproximaba una tormenta, se tocaban las campanas a arrebato, como para desviarla. También se quemaba un olivo previamente bendecido e incluso se disparaban los cañones, como para ahuyentarla. En los años 40 del pasado siglo se iniciaron las investigaciones con cohetes portando cápsulas de yoduro de plata. Aún se usa este método, con muy poca eficacia. Ahora, la Generalitat quiere promover, en los próximos cinco años, un plan para instalar redes antigranizo en los campos. Parece que puede ser una buena solución, ya que se utiliza en otros países desde hace años y está resultando realmente efectivo. Normalmente son de polietileno de alta densidad y, según nos han dicho, reciclables. Tienen una vida de 8 a 10 años y protegen prácticamente al 100%, tanto los frutos como la planta. Olvidemos el yoduro de plata y vayamos a técnicas más limpias y prácticas.

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