La dieta mediterránea aspira a ser Patrimonio de la Humanidad

Lasconselleriesde Salut y Agricultura, con el apoyo del Gobierno español, han iniciado el proceso de inclusión de la dieta mediterránea en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad que ampara la Unesco, organismo que respalda la cultura y la educación en las Naciones Unidas. El objetivo de esta iniciativa, explicó ayer la titular de Salut, Marina Geli, es preservar los valores nutricionales de dicho patrón dietético y frenar la tendencia hacia la obesidad y la malnutrición que se ha iniciado en los países del área mediterránea.

El pasado junio, el director general de la Unesco, Koïchiro Matsuura, puso la primera piedra de esta idea, al afirmar que la dieta mediterránea "debería estar incluida" en el patrimonio inmaterial de la humanidad. Matsuura animó a las instituciones a impulsar esa petición.

De alcanzarse este objetivo, la Dieta Mediterránea pasaría a ser un objeto de protección intocable, tanto como lo son las pirámides de Egipto, el centro histórico de Viena (Austria) o el Parque Güell.

TODO FRESCO

El modelo dietético del Mediterráneo defiende un patrón nutricional en el que se consumen a diario las frutas y verduras frescas y de temporada, las legumbres, el pescado poco graso y el aceite de oliva. La carne figura debe tomarse con menor frecuencia, al igual que los huevos, los quesos y la leche. Embutidos, pasteles, chocolates y dulces quedan relegados a un consumo esporádico. Abundan más los guisos que los fritos.

Este modelo dietético, renombrado en los cinco continentes y tradicional en la cocina española y catalana, es actualmente más un propósito que una realidad en la mayoría de mesas mediterráneas. La falta de tiempo para ir al mercado en busca de productos frescos del día, y la imposibilidad de elaborar guisos que requieren detenimiento han diluido esta idea dietética. Junto con la desaparición de la dieta mediterránea, han irrumpido en España la obesidad, el sobrepeso y la diabetes, afirman los especialistas.