Los ocho móviles más buscados en las rebajas: de Samsung a POCO

Para un uso normal del teléfono, la pantalla deberá tener un tamaño de hasta 5,5 pulgadas. Excepto el iPhone SE, que mantiene su tamaño más popular con una pantalla de 4,7 pulgadas, el resto de modelos de esta comparativa supera estas medidas con una media de 6,5 pulgadas. Esto se debe, principalmente, a que el consumo de vídeo a través del teléfono se va incrementando conforme pasan los años.

Las pulgadas de una pantalla se pagan a precio de oro: mejor asegurarnos de que las necesitamos y de que las vamos a disfrutar realmente.

Otro factor importante será la resolución de la pantalla que se mide en píxeles. Si estamos buscando un buen smartphone, no deberíamos bajar de una resolución Full HD+ (1920x1080px) que es la más común, incluso en gamas medias.

El siguiente nivel de resolución es la QHD (2560x1440px) también denominada 2K. Recientemente, apareció en el mercado la resolución QHD+ (o 4K) que es capaz de mostrar 2880x1440 píxeles.

Sin embargo, esta última no podremos disfrutarla hasta que se desarrollen y democraticen nuevas tecnologías de realidad virtual. Hasta entonces, toma la resolución QHD como la máxima resolución que el ojo será capaz de apreciar.

Si tendemos a ver películas u otro contenido audiovisual con el smartphone de forma regular, disfrutaremos del QHD. Eso sí, no nos olvidemos de escoger una pantalla de un mínimo de 6 pulgadas para poder disfrutarla completamente.

Otro factor a tener en cuenta será el tipo de pantalla. La gama de colores o los contrastes entre una y otra pueden variar bastante. También repercuten en la duración de la batería. A grandes rasgos, existen tres grandes tipos de pantallas:

• Las pantallas LCD: Son las habituales en móviles de gama baja o media por su bajo coste de producción. En general, este tipo de pantallas consume mucha energía, lo que repercutirá directamente en la duración de la batería.
• Las pantallas OLED: Ésta es propia de los teléfonos de alta gama. Su característica principal es que no necesitan energía para mostrar el color negro, lo que hace que tenga una mayor eficiencia energética y que dure más la batería.Estas pantallas consiguen un mayor contraste de colores. Tiene varias variantes: AMOLED (mejora los colores y brillos) y Super AMOLED (se centran en lograr una nitidez y definición superior). Siempre que podamos elegir, nos decantaremos por este tipo de pantalla.
• La pantalla Retina: Son una variante de las pantallas LCD, aunque disfrutan de una mayor densidad de píxeles. Las encontrarás en iPhones previos al 2017. Actualmente, iPhone trabaja con pantallas OLED desde el lanzamiento del iPhone X.

La memoria interna no es lo mismo que la memoria RAM. Aunque muchos terminales permiten aumentar la capacidad de la memoria interna con tarjetas microSD, esto no ocurre con la RAM. Por ello, es importante tener en cuenta unos mínimos requisitos a la hora de invertir en un teléfono.

En cuanto a la memoria RAM, si vamos a apostar por un teléfono de gama alta (con el desembolso que eso conlleva) exigiremos un mínimo de 4GB. Los últimos modelos más potentes ofrecen desde 6 hasta 12 GB de memoria RAM.

Estas referencias sobre la memoria RAM sirven para Android. Sin embargo, en IOS se manejan otros datos: el sistema está realmente optimizado en los iPhone, por lo que no necesitan tanta memoria RAM.

Con la memoria interna es otra cosa. Aunque algunos teléfonos permitan aumentar su capacidad a través de tarjetas, no deberemos restarle importancia.

Los modelos de última generación incluyen un mínimo de 64 GB, llegando hasta los 512 GB para los más ambiciosos, que los expertos en tecnología aconsejan para los aficionados a la fotografía o para los gamers.

Ya que vamos a invertir en un buen teléfono, pediremos en torno a 32GB de almacenamiento.

Si queremos ir hacia gamas medias, podremos bajar esta capacidad a 16GB como mínimo. De esta forma, podremos realizar y recibir vídeos o fotografías sin necesidad de liberar espacio en periodos de tiempo demasiado cortos.

Sin embargo, si eres un aficionado a la fotografía móvil, te convendrá elegir teléfonos con mayor memoria. En gamas altas, puedes encontrar memorias internas de 128GB que agradecerás.

La duración de la batería es un tema delicado ya que los usuarios buscan cargas rápidas y eficientes que prometan una larga autonomía del dispositivo al máximo rendimiento.

Para tener una referencia, si queremos que el teléfono dure el día completo sin necesidad de cargarlo, buscaremos modelos que cuenten al menos con 3000 mAh. En 2020 este aspecto ha avanzado muchísimo, pudiendo encontrar aparatos con una autonomía de hasta 5000 mAh, ideal para quienes disfrutan de contenido en streaming o utilizan su teléfono a lo largo de muchas horas.

Casi todos ellos ofrecen la opción de carga rápida y muchos, incluso, la inalámbrica.

La cámara de fotos es una de las características que más elevará el precio del teléfono. Por ello, si no nos interesa demasiado el mundo de la fotografía, en teléfonos de gama media podremos encontrar grandes opciones con las que ahorrar dinero.

Si por el contrario, la cámara es un factor importante para desmentiremos un dato: los megapíxeles no aseguran que una cámara sea buena. Por ello, dejaremos de fijarnos en esa cifra como indicador.

A partir de ahora, nos fijaremos en la óptica, poniendo toda nuestra atención en la apertura de la cámara (también conocida como número f).

La apertura es lo que permite una mayor sensibilidad y trato de la luz, por lo que veremos mejores resultados (especialmente en circunstancias de poca visibilidad).

La apertura mínima que exigiremos a nuestro teléfono será de f/2,0.

Un aviso sobre este indicador: una mayor apertura se indica con un menor número f. Es decir, una apertura de f/1,7 siempre será mejor que una de f/2,0.

En la actualidad se ha desarrollado mucho el equipo fotográfico de los smartphones que ya no se conforman con la Dual Cámara —que se ha quedado obsoleta—, por lo que las grandes compañías han incorporado varios sensores traseros de diferentes aumentos y utilidades para obtener el mejor resultado en cada toma; además de uno o dos frontales para los enamorados del selfie.

Existen numerosos sistemas operativos disponibles a la hora de elegir un móvil. Sin embargo, son tres los que se llevan la mayor cuota de mercado:

Android (de Google)

Se trata del sistema operativo más flexible. Quizá ésa sea una de las razones por las que tenga más del 80% de la cuota de mercado español. A pesar de su flexibilidad, suele requerir de un hardware más potente que el de iOS para ejecutarse. Sin embargo, esto se suple con la inmensa variedad de modelos y fabricantes, pudiendo elegir entre multitud de opciones en todas las gamas disponibles.

iOS (de Apple)

Es un sistema operativo exclusivo de los productos de Apple (a diferencia de Android que es de código abierto y cualquier fabricante puede integrarlo en sus dispositivos). Aunque es un sistema realmente funcional, rápido, estable y sencillo, es bastante más cerrado en opciones e interfaz.

Otro inconveniente es que no existe mucha variedad de móviles con este sistema (sólo los iPhone) y son todos bastante caros. Pero si el presupuesto no te preocupa, iOS siempre será una gran opción. La última versión de este sistema operativo es iOS 13.

Windows Phone (de Microsoft)

En tercera posición, muy lejos de los iOS, se encuentra Windows Phone. Es un sistema muy estable, pero con muchas carencias todavía comparado con los otros dos (especialmente en temas de actualización). Tiene como ventaja que permite integrar las aplicaciones del teléfono, ordenador y web (incluye las aplicaciones de Office). A pesar de todo, se espera que este sistema vaya aumentando cada vez más cuota en el mercado. La última versión del sistema es Windows 10 Mobile.

Existen otros sistemas no tan asentados como los anteriores. Por ejemplo, Blackberry o Firefox OS. Aun siendo buenos sistemas, si queremos lo mejor del mercado iremos a los tres principales.

Aunque el diseño del terminal sea cuestión de gustos, sí que podremos fijarnos en el material con el que están fabricados. Por norma general, se utiliza plástico o metal. En teléfonos de alta gama, será complicado encontrar plástico. Si lo encuentras, huye de él y decántate por el metal.

Existen algunos fabricantes que también utilizan cristal. Sin embargo, el atractivo que pueda tener este material cae en detrimento de su resistencia.

Actualmente, ya es raro encontrar teléfonos de gama alta que no sean resistentes al agua. Por norma general, todos serán de certificación IP68 (la resistencia máxima que existe al polvo y al agua).

Aunque la conectividad de corto alcance es algo asentado y establecido en la industria del móvil, el teléfono que elijamos deberá contar con NFC y Bluetooth.

El NFC es un sistema de conexión que permite la vinculación de dos dispositivos con sólo aproximar el uno al otro. Sin embargo, la tendencia actual es usar el NFC para realizar los pagos desde el móvil y, de esta forma, no necesitar la tarjeta bancaria para nuestras compras.

Aunque la oferta de Bluetooth actual no sea gran cosa, es interesante disponer de ello. La tendencia es prescindir de cables lo máximo posible y lo notaremos en los accesorios para los móviles. Por ejemplo, para el uso de auriculares sin cables.

Entre los extras interesantes, especialmente si vamos a disfrutar de una buena pantalla, están los altavoces estéreo. Estos altavoces nos permitirán escuchar en manos libres, realizar videollamadas o ver vídeos sin distorsionar el audio. Preferiblemente, elegiremos un terminal en que los altavoces se encuentren en la parte frontal.

También encontrarás dispositivos que cuentan con diversos métodos de autentificación: Reconocimiento facial, de ojos o de la huella dactilar. Pueden serte de utilidad si te gusta bloquear el móvil y buscas métodos de desbloqueo rápidos y sencillos.

Otros extras interesantes son la carga inalámbrica, el soporte Dual SIM o la posibilidad de vincular el teléfono con accesorios de realidad virtual.