Actores de 'Operación Marea Negra'

Jorge López y Nerea Barros: el Álex González chileno y la Ana de Armas gallega del 'thriller' del narcotráfico

Los actores protagonizan la segunda temporada de la serie de Amazon Prime que en lugar de en un narcosubmarino se desarrolla ahora en la cárcel

Jorge López y Nerea Barros

Jorge López y Nerea Barros

Inés Álvarez

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La segunda temporada de la serie de Amazon Prime 'Operación Marea Negra' viene cargada de novedades: ya no se desarrolla en un narcosubmarino, sino en la cárcel; sus tramas son pura ficción, y la principal, y poco habitual en nuestras producciones, a su protagonista, Álex González, lo sustituye Jorge López (San Felipe, Chile, 1991), actor que participó en 'Élite' (Netflix). A su lado vuelve a estar la gallega Nerea Barros (A Coruña, 1981), que nos brindó recientemente su profundidad interpretativa en 'La novia gitana' (Atresplayer Premium), como su prima y amante.

Jorge, ¿cómo ha sido dar vida a un personaje que en la primera temporada lo interpretó otro? 

Es más una cuestión externa que interna. A mí no me supone conflicto. Es más por pensar la visión externa, qué dirá la gente, si habrá comparación. Eso es lo más complicado de la decisión: acarrear con todo eso. Pero lo callé, ya que quise enfrentarlo como un proceso superpersonal a nivel de carrera, porque era enfrentarme a algo que nunca había hecho. Hacer otro registro, tener la posibilidad de que la productora, Ficción Producciones, confiara en mi trabajo y yo fuera el indicado para hacerlo, finalmente me dejó tranquilo.Con lo que pensé: bueno, esto es así y lo que tengo que hacer es mi trabajo, que para eso me llamaron. 

¿Y cómo lo ha encarado?

 Fue un trabajo superduro a nivel de la construcción, porque hago una identidad que no es la mía. El personaje es gallego y propuse sumarle la dificultad de hablar también el portugués. Me gusta enfrentarme a la situación de lanzarme a la piscina e ir a por todo cuando no sé si va a haber agua. Pero disfruté el proceso. Desde ese lugar consciente duermo tranquilo, porque me lo mastiqué y aprendí muchísimo. No tenía nada que perder y sí mucho que aprender.

No es muy habitual que a un actor le sustituya otro. Pero precisamente González hizo el papel de Miguel Ángel Silvestre en Motivos personales. ¿Le ha pedido consejo?

No, no hablé con él. Vi su trabajo, vi la primera temporada como contexto para mi construcción, pero no me vi en la necesidad de hablar con él porque mi proceso creativo está ligado a un guion totalmente ficcionado. Desde ese punto yo me permito apoyarme en mi proceso creativo y es algo por lo cual yo dije que sí al desafío, porque si tengo que atañirme al 100% a un trabajo de otro, creo que no es interesante.

Ayuda que la temporada es muy diferente. ¿Cómo es este Nando?

Es un ser indescifrable, víctima de sus impulsos. Se le viene el mundo encima, está en la cárcel, le arrojan una condena de 12 años, y pierde a su abuelo, que es un pilar fundamental. Entonces ahí hay un desequilibrio emocional y de sustentabilidad, en términos de habilidad emocional, porque es una persona que no tiene autocontrol ni lo más mínimo. Es víctima de sus impulsos. Y eso a nivel creativo es interesante jugar porque tiene una complejidad. Bueno, he hecho un personaje también complejo aquí en España. El de Élite tenía un arco superguapo, pero esto es como explorar en el género del thriller psicológico con profundidad y drama. Y con eso me quedo. 

Y, además, es el protagonista.

Sí, nunca había hecho un lead rol y es una responsabilidad, pero a la vez una fortuna. Porque es un guion muy bien escrito y un placer hacer cosas tan clavadas desde el guion.

Nerea, usted vuelve a ser Gema. Un personaje diferente a los que ha hecho hasta ahora.

Sí. Sobre todo en esta segunda temporada. En la primera es este el personaje al que quería llegar, pero no lo logré porque me contamina mucho la profundidad y la cosa esta que tengo. Pero en esta segunda es una Gema más sofisticada, más madura, pero siempre va llena y es lúdica. Me gusta porque está arriba y es muy fuerte. Y, como quiere ser líder, da un paso más allá. También tiene este punto mucho más fresco y contundente, y me gustaba tirar más por Ana de Armas, Marilyn Monroe... Por ese tipo de personajes con una personalidad determinada que nada tienen que ver conmigo. 

Y es una mujer vengativa.

Es una mujer con una piel muy fina a la que vas a decepcionar fácilmente y la venganza va a estar ahí. Pero, aunque no pone la confianza en nadie, esta vez la pone en Nando, ya que aparece totalmente cambiado. Y ella cree que domina, pero no.Eso ha sido maravilloso de jugar. Nando la va sorprendiendo y se enamora perdidamente y no lo ve venir. Y eso me ha parecido maravilloso. 

Le han cambiado de Nando. ¿Cómo ha visto a Jorge en el papel?

Jorge es todo alma y ternura y ha hecho un esfuerzo increíble en entrar en Nando, que tampoco tiene nada que ver con él. Y yo agradezco a Prime Video, a Ficción Producciones, a (Daniel) Calparsoro e, Igor (Legarreta) por confiar en mí para desarrollar un personaje tan diferente, que no me suelen dar. Una tía seductora, guapa…

Una mujer segura, pero con Nando se pierde por completo.

Efectivamente. Se han invertido los roles. En la primera temporada era todo lo contrario: ella le utiliza. Le gusta Nando y esta cosa infantil de que se enamoraron de niños aún le recorre, pero le puede el acatar las órdenes de su padre y traicionarlo. En la segunda parece en deuda, pero con esa soberbia y estar por encima de él, porque así se siente y porque así es ella. Pero aparece un Nando que la maneja a ella. Y no se está dando cuenta. Acaba metida en unas redes, y, además, como es un personaje que no quiere mostrar esa vulnerabilidad interior con la que al final acaba, se rompe. Es muy doloroso. Pero muy bonito a la vez.

Jorge, dice Nerea que es muy diferente a Nando. ¿Algún parecido?

Soy visceral como él. Y me considero un superviviente de mi sueño y de lo que quiero ser, porque esta es una carrera compleja. Me lo llevo al plano laboral. Porque a mí me sacó de mi hogar, de mi país. Llevo una vida itinerante desde hace 12 años, moviéndome por países diferentes, a costa de mi trabajo, aunque amo lo que hago. En el fondo nos mueve lo mismo: el deseo de lo que queremos no para hasta que lo tenemos. Hay algo parecido entre los dos.

Aunque con objetivos diferentes.

(Ríe). Pero la misma determinación.