Protagonista de 'Todos mienten'

Irene Arcos: "Todos tenemos unos principios y luego, a veces, se van a la mierda"

La actriz, a la que vimos en series como 'El embarcadero', 'Vis a vis' y 'Élite', da vida en la ficción de Pau Freixas a una profesora que protagoniza un escándalo sexual con un alumno

Irene Arcos

Irene Arcos / Valero Rioja

Inés Álvarez

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Como una gran parte de los actores españoles, pasó por la serie 'Hospital Central', aunque no como actriz, sino tras la cámara. Pero allí descubrió que su lugar estaba delante de ella y estudió arte dramático. Empezó por el teatro con obras de peso, para luego hacer algún papel episódico en series. Hace 10 años, tuvo su primer papel recurrente en 'Hispania'. Luego vendría 'Vis a vis' y 'Élite' y 'El embarcadero', donde tuvo su primer papel protagonista. Tras la serie de Movistar+ intervino en 'La valla' y 'Madres: amor y vida'. Con la pandemia vendría otro papel principal, en Movistar+: el de Macarena, una profesora que se envuelta en un escándalo sexual con un alumno, en 'Todos mienten', una serie donde el único que dice la verdad es el título.

Cuando leyó el guion, ¿qué se le pasó por la cabeza?

Aluciné muchísimo. El primer acercamiento fue en mitad de la cuarentena, encerrados en casa. Había tenido que suspender una obra, 'Traición', en el teatro Kamikaze. No sabía cuándo iba a volver a trabajar. El primer capítulo del guion lo devoré. Luego fui a Barcelona y conocí a Pau Freixas. Leí el segundo y pensé: necesito saber cómo acaba esto. Me dieron el personaje y me pasaron todos los guiones. Los devoré. Creo que ha sido el proyecto que más me ha atrapado en el propio guion. Recuerdo ir a la cama pensando: entonces el que ha hecho esto y cómo se va a defender esto. Un montón de incógnitas. Un guion muy potente. 

Hábleme de Macarena, su personaje.

Macarena es una mujer impulsiva, visceral y que funciona mucho desde el instinto. Todos son bastante impulsivos en esta serie, aunque hay algunos que piensan más a la hora de responder. Ella va con el piloto automático y no responde, sino que reacciona a las cosas desde una insatisfacción vital, en un momento de su vida en el que supuestamente ha alcanzado todo aquello que ella quiere. Está en sus 40 años con una casa perfecta, un marido perfecto, una hija estupenda, un trabajo maravilloso... Pero se da cuenta de que está atrapada en una red, y ya no es feliz, o se aburre o tiene un sentimiento de que no le gusta eso. Y rompe con ello sin medir las consecuencias. Es el personaje más kamikaze que he interpretado en mi vida. 

Al principio a uno le crea rechazo. Una profesora que se acuesta con un alumno y lo manipula...

Claro. Es que el punto de partida es 'heavy'. Es el hijo de una de tus mejores amigas. Hay un vínculo afectivo de años con el chico e, incluso, con su madre.

"Macarena es el personaje más kamikaze que he interpretado en mi vida"

¿En qué se ha agarrado para que el espectador pueda entender sus motivaciones? ¿O le ha costado?

Una de las claves a la hora de abordar a cualquier personaje es nunca juzgarlo. Nunca hagas de la buena o de la mala. Y los personajes que hay en esta serie tienen su luz y su sombra. Tienen una parte bonita y otra en la que mienten, engañan, más caprichosa o con más miedo. Porque también todo parte de los miedos que tienen. Yo he tratado de no juzgarla y darle verdad, porque todos tenemos unos principios y, luego, a veces, se van a la mierda. 

Poco a poco se va viendo su fragilidad y despierta compasión.

El personaje se sostiene porque también hay en ella una ternura. Puedes no estar de acuerdo con lo que está pasando, porque te parece horrible, pero puedes decir: voy con ella a muerte. La ha cagado, sí, pero a ver si esta muchacha se salva o consigue salvar la situación (ríe).

Las mujeres tienen más protagonismo que sus maridos.

Pau se plantea un poco dar la vuelta a la tortilla. Él comentaba que desde siempre a los hombres en la ficción, y ya no te digo en la vida, se les ha permitido más licencias. Ellas son un grupo de amigas y cada una representa una faceta: la cuidadora y protectora con su familia; la que quiere romper con todo; la 'outsider', que se ha divorciado y se ha quedado sin nada... Las mujeres tienen 360 grados y manejan la acción. Los personajes masculinos son potentes, pero a las mujeres se les ha permitido posicionarse en un lugar que antiguamente estaba reservado para los hombres.

Hay diálogos, y el monólogo de Eva Santolaria, propios del teatro.

Al estar rodado todo plano secuencia, se cortó muy poquito. Entonces la sensación es casi como de teatro, porque está vivo. Si nos equivocamos, si nos rascamos, se está viendo, porque se mantiene los planos de a dos.

"Pau Freixas for ever'. Es un ser excepcional y tiene una mente brillante"

Dicen que trabajar con Freixas es una verdadera maravilla.

'Pau Freixas for ever'. Es un ser excepcional, con una humanidad maravillosa. Es alguien que quiere a los actores, le gusta trabajar con ellos. Te quita presión y te da libertad y confianza. Y, luego, a nivel profesional tiene una mente brillante, que es capaz de saber cómo va a funcionar, de encontrar los tonos y planos perfectos... Y sabe rodearse muy bien. Con su director de fotografía, compañero de mil de proyectos, Julián Elizalde, hace un tándem fantástico. Unos cuadros en los que tú te metes y a viajar por lo que te han compuesto estos señores 

¿Y qué me dice de trabajar con Leonardo Sbaraglia? Eso son palabra mayores

Imagínate. Es un amor como persona. Como profesional, le miras a los ojos y solo tienes que seguir lo que te da. Tenía la suerte de que los dos estábamos en Barcelona, ya que, al venir de Buenos Aires, era otro que estaba ahí abonado, y pudimos ensayar mucho. Es un tío muy creativo que ama su trabajo, la interpretación. Probábamos escenas y nos inventábamos cosas. Esa en la que iba yo a la consulta, que es muy larga –cinco páginas de guion– la hemos hecho de todas las maneras. Cuando llegamos a rodar, había mucho trabajo hecho ya. Ha sido muy enriquecedor encontrar un compañero tan dispuesto. Y luego, lo que dices, Leonardo Sbaraglia son palabras mayores. Y he tenido la suerte de trabajar con él.

¿Resultó muy difícil grabar una serie en esos tiempos?

Para mí ha sido especialmente emotivo. Leo y yo fuimos a vivir tres meses en Barcelona. Aún no estábamos vacunados y había muchos contagios. Yo salía en prácticamente todos los planos e intentaron evitar que me desplazara mucho. Solo vine a Madrid dos veces y por algo imprescindible. En Barcelona estaba todo cerrado. No podías ni ir a tomar unas cañas. Y se creó una burbuja. Fue muy emotivo venir aquí, estar encerrados y encontrar a gente tan bonita.