Ana y Luis Fernández: "Al primer día de reencontrarnos ya teníamos los mismos vaciles"

‘Los Protegidos, el regreso’, llega este domingo, 19, al final de esta temporada tan deseada por los fans, que viene precedido por el anuncio de que habrá una segunda. Ana Fernández (Madrid, 1989) y Luis Fernández (Madrid, 1984), los actores que dan vida a Sandra y Culebra --personajes que mantenían un amor adolescente en la anterior etapa, la que se estrenó hace 10 años--, veían esa renovación como una posibilidad ilusionante. “Siempre hay historias que contar. Yo estaría dispuesto”, decía el actor en la presentación de los últimos cuatro capítulos. “Pero habrá que ver cómo reaccionan los seguidores”, apostillaba la actriz, con prudencia. La respuesta la daba el lunes Atresplayer Premium: hay más vida para la 'familia' Castillo. 

¿Qué les dicen esos fans que tanto les pidieron la vuelta?

A. F.: No he visto fans más fieles. Ha sido muy guay ver cómo, tras la emisión del primer episodio (en septiembre) hacían teorías sobre el resto. Los he visto muy emocionados. Estamos haciendo realidad el sueño de los nostálgicos de la vida.

L. F. : Están encantados y disfrutándolo. Para eso lo hemos hecho, para que disfruten.

¿Y cómo ha sido para ustedes este regreso?

A. F. : Nos ha hecho mucha ilusión reencontrarnos. Era algo que estaba en el aire, porque había un montón de reencuentros en Antena 3. Había una especie de leyenda. Y cuando nos llamaron, no podíamos defraudarles.

L. F.: Yo también soy un nostálgico de la vida, y me ha hecho mucha ilusión.

¿La ‘familia’ Castillo seguía en contacto?

A. F.: El que solemos tener todos con los compañeros en la profesión. Rodar muy intensamente y luego ir coincidiendo en otros rodajes o eventos. Pero lo bonito es que, aunque no te veas en muchos años, al primer día ya teníamos las mismas bromas, las mismas maneras de comunicarnos los unos con los otros, los mismos vaciles… Exactamente igual que hacía 10 años. Eso es algo especial que tiene nuestro trabajo. 

L. F.:Emociones y sensaciones que tenías hace 10 años, las recuperas en un plisplás.

Sus dos personajes no han cambiado físicamente como otros, pero han madurado. En el caso de Culebra parecía imposible.

L. F. : Sí. Culebra tiene trabajo, y eso que nadie daba un duro por él. Pero no creo que tenga muchos amigos. Solo Carlos, que es con quien baja las escaleras en el primer capítulo. La evolución que han tenido es por los años que han pasado. Pero no te creas, Culebra a veces sigue siendo inmaduro.

Aquel amor adolescente ya no está. ¿Al final habrá un acercamiento entre ellos o eso quedará para otra temporada?

A. F:  Siempre hay esperanza. 

L. F. El amor juvenil no está por el tiempo en que han estado separados. Amor hay entre todos los familiares, aunque nos digamos cosas feas. Es como en la vida real: es tu familia.  

Una curiosidad: ¿el bofetón que le pega Sandra a Culebra es real? Porque parece que duele.

A. F. Es que lo hace muy bien girando la cara.

L. F. Es que yo he recibido mucho. Soy del Atleti, ¿sabes? 

A. F.: Pero le di con fuerza, eso sí que es cierto. 

L. F.: Parece de verdad. A veces es mejor darla sin decirle nada al compañero. Porque la reacción va a ser real. Le dije a Ana que si quería darme, que me diera. Porque ese fue un día muy duro, estábamos en una azotea, hacía mucho calor, era verano…

Dicen que los efectos especiales son más sofisticados, pero han favorecido la interpretación. 

A. F.: Sí, porque en la primera etapa estábamos más a favor de los efectos. Era tecnología analógica y les cedíamos protagonismo. En esta nos dijeron que como todo ha evolucionado y es más fácil de poner en posproducción que nos olvidáramos. Que hiciéraos los gestos para enviar un rayo o hacerse invisible, pero que nosotros nos centráramos mucho en la insterpretación, en lo que ocurría, y que tanto el cámara como 'pospo ya se encargarían del resto. 

L. F.: Que actuáramos como si tuviéramos superpoderes de verdad. Yo me hacía invisible, pero no tenía que parar porque me dijeran: "Ponte ahí". Al final el croma y todo eso complica y te puede sacar incluso del momento de actuar. Curro y José María no querían que eso pasara, sino que los personajes estuvieran donde tenían que estar. Y que no le diéramos importancia a los poderes, porque están.