Estreno

'Nine perfect strangers': una serie destinada al éxito sobre un 'resort' inquietante

Hablamos con Bobby Cannavale sobre la nueva serie de Nicole Kidman y el productor David E. Kelley, estreno sonado este viernes en Prime Video

De retiro misterioso con 'Nine perfect strangers'

De retiro misterioso con 'Nine perfect strangers' / Prime Video

Juan Manuel Freire

Juan Manuel Freire

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En perfecta sincronización, el final de 'The White Lotus' da pie al arranque de otra serie sobre un grupo de personas con poco en común (solo lo abultado de sus cuentas bancarias) que llegan a un lujoso 'resort' en busca de la paz interior y acaban batallando con otros huéspedes, los anfitriones y ellas mismas. Otra historia de pérdida y curación en un momento, el de la persistente pandemia, tristemente apropiado. Otra mezcla solo aparentemente contradictoria de farsa con dolor.

Al contrario que la serie citada al principio, 'Nine perfect strangers' (Prime Video, desde el viernes, día 20; estreno con triple episodio) nunca podrá ser un éxito sorpresa. Aquí la sorpresa sería el fracaso. Es otra colaboración del casi infalible productor David E. Kelley con Nicole Kidman (en su doble vertiente de actriz y productora) tras dos hits como 'Big little lies' y 'The undoing', y basada, como el primero de estos, en una jugosa novela de Liane Moriarty.

Entre los 'nueve perfectos desconocidos' hay, además, caras conocidas. Kidman se ha reservado el papel de la etérea pero cortante Masha Dmitrichenko, jefa-gurú de Tranquillum House, centro de salud y bienestar con aires de la Iniciativa Dharma de 'Perdidos'. Encarnan a sus últimos huéspedes algunos grandes como Melissa McCarthy, en el papel de Frances Welty, autora de novela rosa que ha empezado a dudar de los ideales del amor romántico; Michael Shannon como el falsamente animado profesor de instituto Napoleon, acompañado por su esposa Heather (Asher Keddie) y su hija Zoe (Grace Van Patten); Regina Hall como Carmel, tierna y optimista aunque su esposo la haya dejado por una mujer más joven y otro huésped, Lars Lee (Luke Evans), no deje de lanzarle pullas; la nunca bien ponderada Samara Weaving como la bronceada 'influencer' Jessica, metida en un matrimonio precozmente imperfecto con Ben (Melvin Gregg), y, por último pero no menos importante (de hecho, su personaje tiene más protagonismo que en el libro), Bobby Cannavale como Tony Hogburn, quien un día pareció tenerlo todo bajo control y ahora deja crecer libremente su barba y barriga mientras lucha con su adicción a los calmantes. 

Lo que estos personajes preveían como una sucesión de masajes es, en realidad, algo más perturbador. Al llegar les confiscan móviles y vicios, y se les exige la firma de un contrato de confidencialidad respecto a su experiencia de diez días. Los pinchazos de la acupuntura se combinan con los de análisis de sangre regulares, en principio para ir modulando cada tratamiento de forma específica. En cierto momento pueden estar bajo una fuente termal y al otro bajo tierra, enfrentados a su propia mortalidad. En un crescendo adictivo, los humores se agrian, los secretos empiezan a emerger, alguna suerte de Apocalipsis parece cerca… 'Nine perfect strangers' está tan cerca de 'The White Lotus' (sin ser tan incisiva en su observación social) como del aura ominosa de 'La invitación', de Karyn Kusama, con la que Kidman trabajó en 'Destroyer. Una mujer herida'

Un favorito reciente de Scorsese

Jonathan Levine

Nunca habíamos visto al actor así de hundido: "Es el personaje más triste de mi carrera, eso seguro", señala. Otro capítulo sorprendente en una carrera dividida en etapas más o menos diferenciadas. "Empecé haciendo de tipos majos. Luego, era siempre el gay del que no sabías que era gay hasta el final. Después de 'Boardwalk Empire', solo me llamaban para hacer de villano. Desde luego, la serie fue un punto y aparte en mi carrera. Después de que cierto personaje principal muriese, [el creador] Terence Winter se encaprichó con mi personaje, algo muy de agradecer. Rosetti no podía ser simple atrezo en ninguna escena. Siempre era el centro de la acción".

Scorsese, productor y director inicial de la serie, contó después con él como el productor discográfico protagonista de 'Vinyl' ("ojalá hubiéramos tenido más tiempo para contar esta historia") y el Skinny Razor de 'El irlandés'. “Creo que a Scorsese le gusta cómo represento la inseguridad. Todos tenemos inseguridades, incluso quienes dicen no tenerlas. Me encanta explicar eso en un contexto dramático. Cuando estudio un personaje, me fijo en sus inseguridades, y creo que a Marty le gusta eso, que yo disfrute haciendo eso. Si se fija en sus películas, están plagadas de tipos inseguros, de Jake LaMotta a los personajes de 'El irlandés'. Todos disfrazan las deficiencias de sus vidas a través de la violencia o del poder”.

También David E. Kelley, creador muy diferente, ha querido repetir con Cannavale, al que ya fichó para la recta final de 'Ally McBeal'. "El paisaje de la tele ha cambiado mucho desde entonces, pero David ha sabido ir evolucionando y, simplemente, es imposible reducirle a una sola cosa. Simplemente es alguien que sabe escribir personajes. Mi personaje está lleno de fabulosas contradicciones. David es muy bueno escribiendo a personajes expertos en buscar lo que sea que buscan de la forma equivocada".

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