LUJOSO SPIN-OFF

'Star Trek: Picard', una galaxia nada utópica llega a Amazon

Prime Video estrena el viernes la esperada secuela de 'La nueva generación', con el escritor Michael Chabon como 'showrunner' de lujo

Jeri Ryan como Siete de Nueve en 'Star Trek: Picard'

Jeri Ryan como Siete de Nueve en 'Star Trek: Picard' / periodico

Juan Manuel Freire

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"Lo que el mundo necesita ahora es amor, dulce amor", decía una canción compuesta por Bacharach & David en 1965, pero eternamente pertinente. El mundo necesita eso ahora mismo. Y también a líderes capaces de representarlo: gente como Jean-Luc Picard, el capitán y luego almirante de la saga 'Star Trek', sacado del retiro por la CBS para una nueva serie que Prime Video estrena el viernes, día 24, fuera de Estados Unidos y Canadá.

'Star Trek: Picard' se podrá descubrir a razón de un episodio por semana y no mediante atracón de primer fin de semana. Ese estreno dosificado permitirá que se genere una conversación larga y sostenida alrededor de una producción de evidentemente alto presupuesto, lujosa a todos los niveles, con efectos de nivel cinematográfico y un ganador del Pulitzer de ficción (el gran Michael Chabon) como 'showrunner'.

Pero el principal gancho, o el más publicitado, de esta secuela tardía de 'Star Trek: La nueva generación' es el regreso de Sir Patrick Stewart como el hábil diplomático del título, casi dos décadas después de encarnarlo por última vez en 'Star Trek: Némesis'. 

Atrapado por su pasado

Al actor también conocido como el Profesor X de 'X-Men' no le apetecía la idea de ir corriendo por ahí vestido de uniforme, como si en los 18 años desde la acción de 'Némesis' no hubiera pasado nada. Lo que le interesaba (y lo que Chabon y sus colegas cocreadores proponían) era imaginar a un Picard más crepuscular y una galaxia acorde a los tiempos que vivimos, es decir, muy lejos de la soñada por Gene Roddenberry en los 60.

En la actualidad de la serie, Picard vive como un ermitaño en el viñedo familiar, el Château Picard; no confundir con el viñedo real de igual nombre de Burdeos. Duerme intranquilo, perseguido por la muerte de su amigo androide Data (Brent Spiner) y la destrucción del planeta Romulus. "Desde que dejó la Flota Estelar, Picard vive con la culpa", nos explica Stewart en un hotel berlinés. "Sobre todo, se siente culpable por no haber continuado con la evacuación de Romulus y no haberse enfrentado a la Federación de aquel momento. Tan solo les dijo que renunciaría si no seguían sus planes. Y ellos le dijeron 'adiós', sin más".

A pesar de la decepción y la tristeza, Picard sigue siendo Picard: de lo contrario no se entregaría a una última misión. Lo que ha cambiado es el mundo a su alrededor. La galaxia al completo. La Federación se ha vuelto aislacionista, al modo de los Estados Unidos de Trump y la Inglaterra del Brexit. "Pero no fuimos específicos en la referencia a estas situaciones", comenta el cocreador Akiva Goldsman, ganador del Oscar por el guion de 'Una mente maravillosa'. "Simplemente, haces historias sobre cosas que están presentes en tu mente. Y el mundo necesita una cura".

Dice el cocreador Alex Kurtzman, asociado a este universo desde el 'reboot' fílmico de J. J. Abrams del 2009: "Ahora necesitamos a un líder como Picard, uno que sea reflexivo, que no actúe impulsivamente, que considere las repercusiones de sus decisiones no solo en su generación, sino también en las venideras". Uno que no sea Trump, le falta decir.

Cruce de diversas épocas

Más que simple secuela de 'La nueva generación', la nueva serie sabe a 'mash-up' de diversos 'treks'. Comparte prota con el hit de los 90, pero es más oscura, un poco como 'Voyager', de la que recupera a Siete De Nueve (Jeri Ryan), humana asimilada por los Borg. "Ha pasado por muchas malas experiencias en los últimos veinte años, pero ha sido lo bastante resistente como para superar todo eso. Es más dura, más cínica", explica la actriz. Nuevos personajes como la joven Dahj (Isa Briones), cuya singular naturaleza dispara la sorprendente trama de la serie, o el romulano Elnor (Evan Evagora) llegan para, en principio, quedarse. Briones tuvo que empaparse de la saga: "Sabía que ese universo existía, había visto algo de la serie original y de 'La nueva generación', pero tampoco era un gran fan". Evagora lo sabía todo: "No me agobiaba empezar en esta industria con algo así porque crecí viendo ‘La nueva generación’ con mi madre y mis hermanas", asegura.

Por su acción explosiva y alambicados despliegues de efectos especiales (véase la introducción al Cubo Borg), 'Star Trek: Picard' parece también una extensión de los blockbusters financiados por Paramount. "Ahora somos capaces de crear películas en televisión", dice Kurtzman. "Antes las series eran pequeñas y las películas eran grandes. Eso se acabó. La pregunta que nos solemos hacer ahora es: ¿qué historia es mejor para dos horas de película y cuál para diez horas de streaming? Cinematográficamente, en realidad, ya no existe diferencia".

El elemento Chabon

La presencia de un premio Pulitzer de ficción al frente (solo de la primera temporada) de 'Star Trek: Picard' podría resultar intrigante. Pero es que hablamos de Michael Chabon, encantador caso de novelista, digamos, serio que no oculta su pasión por la supuestamente baja cultura, es decir, la ficción pulp, los cómics o 'Star Trek'. "En muchos de mis libros hay al menos una referencia oculta o abierta a la saga", nos recuerda. Y pasa a contar cómo empezó el romance.

"Este mundo llegó a mi vida cuando yo tenía 10 años, a través de una fan. Era una de mis niñeras. Me contagió el fanatismo por la serie original, que era lo único que había por entonces, aunque por un tiempo también estuvo la serie animada. Me disfrazaba de los personajes, escribía 'fan fiction', episodios propios… Creo que toda mi pasión escritora nace de esas ganas del fan de crear más de lo que le gusta. Acabé escribiendo porque me gustaba leer".