Psicología

Afectividad en la familia: ¿por qué nos cuesta decir "te quiero"?

Los vínculos necesitan profundidad y relevancia

¿por qué nos cuesta decir 'te quiero'?

¿por qué nos cuesta decir 'te quiero'? / 123RF

Ángel Rull

Ángel Rull

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La familia es uno de los grupos de unión y pertenencia afectiva más importantes en la vida de las personas. Es un espacio donde se forjan lazos y se construyen relaciones que perduran a lo largo del tiempo. Sin embargo, a veces experimentamos dificultad al expresar nuestro amor y cariño a nuestros seres queridos. ¿Por qué nos cuesta decir "te quiero"? ¿Cuáles son las razones detrás de esta reticencia?

La importancia de la afectividad en la familia

La afectividad desempeña un papel fundamental en la familia. Es a través de las expresiones de cariño y amor que los miembros de la familia se sienten valorados, queridos y seguros en su entorno. La falta de expresiones afectivas puede llevar a una serie de problemas emocionales y de relación en el seno familiar.

La afectividad en la familia es la base de la seguridad emocional de los niños. Cuando los padres expresan su amor y afecto de manera constante, los niños desarrollan una autoestima saludable y una sensación de pertenencia que les proporciona una base sólida para enfrentar los problemas de la vida. Además, las expresiones de afecto también fortalecen los lazos entre los miembros de la familia, creando un ambiente de apoyo emocional.

¿Por qué nos cuesta decir "te quiero"?

Uno de los motivos principales por los que nos cuesta decir "te quiero" a nuestros familiares es el miedo a la vulnerabilidad. Expresar nuestros sentimientos implica exponernos emocionalmente, y esto puede generar temor a ser heridos o rechazados. Este miedo a la vulnerabilidad puede ser especialmente fuerte en relaciones familiares conflictivas o difíciles.

El miedo a la vulnerabilidad se manifiesta de diferentes maneras en la familia. Algunos pueden sentir que mostrar afecto es sinónimo de debilidad, mientras que otros pueden temer que expresar sus sentimientos les haga parecer dependientes o necesitados. Este temor puede ser especialmente pronunciado en las relaciones familiares donde históricamente ha habido conflictos no resueltos.

Otra razón detrás de nuestra reticencia para expresar afecto en la familia son las expectativas sociales. A menudo, la sociedad nos enseña que debemos ser fuertes y mostrar emociones positivas solo en ciertas situaciones. Esto puede llevarnos a sentir que mostrar amor y cariño a nuestros seres queridos es signo de debilidad o vulnerabilidad.

Las expectativas sociales también pueden influir en cómo expresamos nuestros sentimientos en la familia. Por ejemplo, es común que se asuma que los hombres deben ser menos expresivos emocionalmente que las mujeres. Esto puede llevar a que algunos hombres se sientan incómodos al mostrar afecto hacia sus hijos o incluso hacia sus parejas.

En algunas familias, la falta de expresiones afectivas puede deberse a una comunicación deficiente. Si no hemos crecido en un entorno donde se fomenta la apertura emocional, es posible que nunca hayamos aprendido cómo expresar nuestros sentimientos de manera adecuada.

La comunicación deficiente puede manifestarse de diversas maneras. Puede incluir la falta de conversaciones significativas sobre emociones, la evitación de temas emocionales o el uso de la ira y la hostilidad como mecanismos de comunicación en lugar de la expresión amorosa.

Los efectos de la falta de afectividad

La falta de expresiones afectivas en la familia puede tener consecuencias significativas en la salud mental y emocional de sus miembros.

Cuando no se expresan sentimientos de amor y aprecio en la familia, los individuos pueden desarrollar problemas de autoestima. Pueden comenzar a cuestionar su valía y sentirse no queridos o indeseados.

Los niños que crecen en un ambiente donde raramente escuchan palabras de amor pueden internalizar la creencia de que no son lo suficientemente buenos o dignos de amor. Esto puede llevar a una autoimagen negativa que perdura en la adultez, afectando la toma de decisiones, las relaciones interpersonales y la felicidad en general.

Por otro lado, la falta de afectividad en la familia puede generar dificultades en las relaciones personales. Los individuos que no han experimentado muestras de cariño pueden tener dificultades para establecer vínculos afectivos sólidos con otras personas en su vida adulta.

La forma en que experimentamos y expresamos el amor en la familia a menudo se refleja en nuestras relaciones posteriores. Si no hemos aprendido a expresar y recibir afecto de manera saludable en la familia, es probable que enfrentemos obstáculos similares en nuestras relaciones románticas y amistades.

Fomentar la afectividad en la familia

A pesar de las barreras que a veces enfrentamos para expresar nuestro amor, es esencial fomentar la afectividad en la familia. Esto hará que no solo el crecimiento individual aumente, sino el de la propia familia y las relaciones que surgen fuera de ella.

Aquí hay algunas estrategias para hacerlo:

1. Fomentar la comunicación abierta

Promover la comunicación abierta en la familia es fundamental. Crear un espacio donde los miembros puedan hablar libremente de sus emociones y expresar sus sentimientos puede ayudar a superar la reticencia a decir "te quiero." Establecer momentos regulares para compartir experiencias y emociones puede ser un primer paso hacia una comunicación más afectuosa.

La comunicación abierta también implica escuchar activamente a los demás miembros de la familia sin juzgar sus sentimientos. Esto crea un ambiente en el que todos se sienten seguros para expresar sus emociones sin temor a críticas o rechazo.

2. Practicar la empatía

La empatía es clave para fomentar la afectividad. Trate de ponerse en el lugar de sus familiares y comprender sus emociones y necesidades. Esto facilitará la expresión de afecto mutuo. Cuando comprendemos las experiencias y perspectivas de los demás, estamos más dispuestos a mostrar comprensión y apoyo.

La empatía no se limita a la comprensión intelectual de los sentimientos de los demás; también implica expresar activamente nuestro interés y preocupación por su bienestar emocional. Preguntar cómo se sienten y ofrecer apoyo cuando sea necesario puede abrir las puertas a una mayor expresión de afecto en la familia.

La afectividad en la familia es esencial para construir relaciones fuertes y saludables. Aunque a veces nos cuesta decir "te quiero," es importante superar estas barreras emocionales y trabajar en la expresión de nuestro amor y cariño hacia nuestros seres queridos. Al hacerlo, podemos fortalecer los lazos familiares y promover la salud emocional de todos los miembros de la familia.

Como vemos, superar la reticencia a decir "te quiero" en la familia puede requerir esfuerzo y reflexión, pero los beneficios emocionales y de relación son invaluables. La afectividad es el pegamento que mantiene unida a la familia, y al practicarla, podemos crear un ambiente amoroso y saludable para todos.

* Ángel Rull, psicólogo.