Psicología

Así puedes trabajar cada emoción negativa a través del mindfulness

La atención plena nos permite regular lo que sentimos

Una persona haciendo meditación

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Ángel Rull

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El objetivo del mindfulness es centrar la atención en el presente, en lugar de preocuparse por el futuro o lamentarse por el pasado. Esta técnica se basa en la idea de que las emociones y los pensamientos pueden ser observados sin juzgarlos y sin reaccionar ante ellos. Esto permite a las personas aceptar sus emociones y pensamientos, lo que a su vez les permite lidiar con ellos de manera más efectiva.

¿Qué es el mindfulness?

Mindfulness es una práctica que consiste en prestar atención de manera consciente y sin juicios al momento presente. Es una forma de estar presente en el aquí y ahora, sin preocuparse por el pasado o el futuro.

La práctica del mindfulness se ha popularizado en los últimos años gracias a su eficacia en la reducción del estrés, la ansiedad y la depresión. Además, se ha demostrado que puede mejorar la concentración, la memoria y la creatividad.

Existen varias formas de practicar mindfulness, pero una de las más comunes es la meditación. Durante la meditación, se presta atención a la respiración y se trata de mantener la mente en el momento presente, sin dejar que los pensamientos se vayan hacia el pasado o el futuro.

Trabajar el miedo con mindfulness

El miedo es una emoción común que puede ser desencadenada por una variedad de situaciones. Es una emoción natural que puede ayudarnos a protegernos, pero también puede ser abrumadora y puede interferir con nuestra capacidad de vivir plenamente.

La práctica del mindfulness puede ayudar a las personas a lidiar con el miedo de varias maneras. En primer lugar, el mindfulness nos permite observar el miedo sin juzgarlo. En lugar de tratar de luchar contra el miedo o negarlo, el mindfulness nos permite aceptar la emoción y observarla con curiosidad y compasión.

Además, el mindfulness nos permite estar más presentes en el momento, lo que puede ayudarnos a reducir el miedo al futuro. A menudo, el miedo se desencadena por preocupaciones sobre lo que pueda suceder en el futuro. El mindfulness nos permite centrar nuestra atención en el presente y reducir el miedo al futuro.

La práctica del mindfulness también puede ayudarnos a lidiar con el miedo al pasado. A menudo, el miedo se desencadena por traumas pasados o experiencias negativas. El mindfulness nos permite observar estos pensamientos y emociones sin juzgarlos y sin reaccionar ante ellos. Esto puede ayudarnos a procesar nuestros traumas de una manera más saludable y efectiva.

Para trabajar el miedo con mindfulness, se recomienda practicar la meditación de forma regular. La meditación nos permite enfocar nuestra atención en el presente y observar nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos. También se recomienda practicar el mindfulness en situaciones que nos causan miedo. Por ejemplo, si tienes miedo a hablar en público, puedes practicar la atención plena antes de una presentación para reducir tu ansiedad.

Trabajar la tristeza con mindfulness

La tristeza es una emoción natural y común. Todos hemos experimentado la tristeza en algún momento de nuestras vidas. Pero cuando la tristeza se convierte en una emoción persistente, puede ser difícil de manejar. La práctica del mindfulness puede ayudarnos a trabajar con nuestra tristeza de manera efectiva.

Cuando estamos tristes, nuestra mente tiende a vagar hacia el pasado, recordando cosas que ya han sucedido y que nos han hecho sentir mal. Esto puede hacer que nos sintamos peor. El mindfulness nos ayuda a mantener nuestra mente enfocada en el momento presente, lo que nos permite trabajar con nuestra tristeza de manera más efectiva.

Una forma de trabajar con la tristeza mediante el mindfulness es prestar atención a las sensaciones físicas que sentimos en nuestro cuerpo cuando estamos tristes. Por ejemplo, podemos notar una sensación de opresión en el pecho, un nudo en la garganta o una sensación de vacío en el estómago. Al prestar atención a estas sensaciones físicas, podemos aprender a aceptar la tristeza y trabajar con ella de manera efectiva.

Otra forma de trabajar con la tristeza es prestar atención a nuestros pensamientos. Cuando estamos tristes, nuestra mente tiende a pensar en cosas negativas y pesimistas. El mindfulness nos ayuda a notar estos pensamientos y a aceptarlos sin juzgarlos. Al hacerlo, podemos aprender a trabajar con ellos de manera efectiva y reemplazarlos con pensamientos más positivos.

Trabajar la rabia con mindfulness

La rabia es una emoción poderosa que puede ser difícil de controlar. Cuando sentimos rabia, nuestras emociones pueden abrumarnos y llevarnos a actuar de manera impulsiva. Sin embargo, trabajar la rabia con mindfulness puede ayudarnos a desarrollar la capacidad de regular nuestra respuesta emocional y a manejar la situación de manera más efectiva.

Para trabajar la rabia con mindfulness, podemos reconocer la emoción. Lo primero que debemos hacer es reconocer que estamos sintiendo rabia. Este paso es crucial, ya que nos permite tomar conciencia de nuestra respuesta emocional y comenzar a regularla.

Algo también muy útil es observar la sensación en el cuerpo. Una vez que hemos reconocido la emoción, podemos observar las sensaciones en nuestro cuerpo. ¿Dónde se siente la rabia? ¿Hay tensión en los músculos? ¿Hay algún otro tipo de sensación física asociada con esta emoción?

Además, contamos con la respiración, una herramienta clave del mindfulness. Tomar algunas respiraciones profundas y conscientes puede ayudarnos a calmar nuestro sistema nervioso y reducir la intensidad de la emoción.

Observar los pensamientos es otra práctica que nos ayuda. Durante un episodio de rabia, es común que tengamos pensamientos negativos y recurrentes. Podemos observar estos pensamientos sin juzgarlos, simplemente notando su presencia y permitiendo que pasen.

La práctica del mindfulness implica estar presente en el momento, aceptando nuestras experiencias sin juzgarlas, y manteniendo una actitud de curiosidad y apertura hacia ellas. A través de esta técnica, podemos desarrollar la capacidad de regular nuestras emociones, reducir la ansiedad y el estrés, y mejorar nuestra concentración y bienestar en general.

* Ángel Rull, psicólogo.