PSICOLOGÍA
Así puedes aprender de los fracasos
Cuando fallamos en cualquier proyecto tenemos el pensamiento común de quedarnos en la derrota
Ángel Rull
Licenciado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, con más de 10 años de experiencia en el ámbito de la Psicología Sanitaria, tanto en clínica con población general, como en hospitales, con patologías más severas. Desde 2017, trabajo diariamente con personas de diferentes edades y con una amplio abanico de problemas de manera online, rompiendo las barreras físicas de la terapia convencional.
Ángel Rull
El miedo al fracaso es uno de los motivos principales a la hora de no empezar un proyecto. Y es que, aunque en la infancia no existía este temor, con los años y la experiencia vamos gestionando cada vez peor las derrotas. Sin embargo, esto se debe únicamente a que no hemos sabido reinterpretar los fallos para convertirlos en puntos fuertes.
Fallar es habitual en nuestro día a día. Por estadística, las cosas que intentamos no suelen salir bien a la primera. Se debe a que necesitamos una buena base de aprendizaje y únicamente desde la experiencia podemos tener éxito. Esta experiencia siempre se asentará sobre todos los fallos acumulados a lo largo de nuestra vida. Por tanto, el fracaso es crucial para cualquier persona.
Zona de miedo
A la hora de empezar algo desconocido, lo primero que hacemos es abrir la zona segura donde nos encontramos y salir a una nueva zona, la zona de miedo. En ese lugar aún no sabemos desenvolvernos, no estamos cómodos y arriesgamos la estabilidad ya consolidada por estar ahí. El temor es la emoción básica que sentimos, aunque se le puedan sumar otras como la curiosidad o la necesidad de desarrollo.
La zona de miedo pone a prueba todo lo que hemos aprendido anteriormente, todas las herramientas adquiridas con el paso de los años. Implica salir al mundo y demostrar nuestra valía. Este cambio, a menudo, es obligado, lleno de incertidumbre, con lo que las emociones negativas se disparan. Sin embargo, tenemos que tener en cuenta una premisa: nuestra zona de seguridad antes fue nuestra zona de miedo. Desde los avances más pequeños que hayamos tenido, hemos partido desde el desconocimiento. Andar es ahora algo consolidado, pero de pequeños fue una zona de miedo. Por tanto, superados los miedos, adquiridos los aprendizajes, nuestra zona segura crece e integra todo lo nuevo.
De fracaso a triunfo
En los últimos años, nuestra sociedad va asimilando la importancia del éxito a la hora de empezar cualquier tipo de proyecto. Desde las empresas hasta las universidades, son conscientes de que los errores suman, aunque duelan, y nos llevan al desarrollo y al crecimiento. Por tanto, podemos usar como escalón nuestros errores para llegar al triunfo.
Con estas pautas, podrás aprender de los fracasos:
1. Reestructura la meta
En muchos casos, el fallo se debe a lo mal formulada que teníamos la meta. Por tanto, si el punto final ya es erróneo, por muy bueno que sea el plan de acción, podremos fallar. Uno de los fallos principales, es que la meta no es realista o no se ajusta a lo que verdaderamente queremos.
2. Cambia el plan
Si la meta es correcta y hemos fracaso a la hora de ejecutar un plan, tal vez debamos reescribirlo. Nos pueden estar fallando pasos intermedios, plazos más factibles o ayuda extra. Ponlo por escrito y evalúa dónde puede estar el fallo. Esto te ayudará las próximas veces.
3. Prohibido a la primera
¿Cómo lo has hecho? Si has tenido éxito a la primera y no sabes cómo lo has logrado, no has aprendido nada. Será un acierto por mero azar, sin aprendizaje y, por tanto, sin nuevas habilidades para el futuro.
4. Guarda tus pensamientos
En los nuevos proyectos, a menudo nos dejamos contagiar por los miedos externos. Contamos lo que estamos empezando y los demás solo saben sacar fallos o inseguridades, muchas veces para protegernos. Si realmente no necesitas ayuda ni más puntos de vista, no cuentes lo que estás empezando. Más que reformular el fracaso lo que estarás haciendo es salvaguardar el éxito.
5. Vuelve a ti
Tus valores y tus fortalezas forman lo que tú eres. Cuando hemos llevado a cabo algo sin hacerlo desde lo que somos, puede que fracasemos o si tenemos éxito, no lo disfrutaremos. Vuelve siempre a lo que eres. Asienta las bases en ti y busca lo que realmente necesitas.
Mejorar nuestra vida personal y profesional es cuestión de evaluar los fracasos para convertirlos en éxitos y motores de desarrollo. Desde uno mismo podremos trazar nuevas rutas de éxito basadas en los errores imprescindibles previos. El crecimiento está directamente unido al error.
* Ángel Rull, psicólogo.
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