Una tarde de Navidad con Mossos y Policía Local en Santa Coloma: "Esta no es una ciudad fácil para patrullar"

No solo la decoración, las luces, los villancicos y los reclamos turísticos gigantes dan muestra de la llegada de la Navidad a las grandes ciudades de la metrópolis de Barcelona; también lo hacen las aglomeraciones de gente en la calle, las vacaciones escolares y las prisas para comprar regalos, comida o bebida y celebrar con familia y amigos. Con todo, en estas fechas la actividad comercial se acentúa, de manera proporcional a como crecen las recaudaciones de las tiendas.

La Policía Municipal de Gavà y los Mossos ponen en marcha el operativo 'Grèvol' para las fiestas navideñas

Por todo ello, Mossos d'Esquadra y policías locales activan, otro año más, el operativo 'Grèvol' (acebo, en castellano) para aumentar la presencia policial y evitar una escalada navideña de delitos como hurtos o robos con violencia. La muestra más evidente de este operativo son las patrullas conjuntas entre los grupos de proximidad de 'mossos' y las policiales locales. Es el caso de Santa Coloma de Gramenet, donde ambos cuerpos policiales recorren las arterias comerciales de la ciudad para "velar por la seguridad tanto de los tenderos como de los compradores".

Un equipo de EL PERIÓDICO ha acompañado durante una tarde a una de estas patrullas conjuntas para conocer de cerca las características del operativo 'Grèvol' en Santa Coloma, que ya está en marcha.

Patinetes y pelotas

Pasan las 17:00 horas del último día de clase antes de las fiestas de Navidad, lo que provoca el entusiasmo de los escolares colomenses. En la plaza de Pau Casals un par de niños patean un balón con tan mala fortuna que la pelota acaba debajo de un coche patrulla de los Mossos d'Esquadra. He aquí la primera de las actuaciones que la policía ha de llevar a cabo: el rescate del balón. "¡Muchas gracias!", responde uno de los críos mientras el otro vuelve a patear la pelota con cierta inconsciencia.

Más tarde, otro balón vuelve a protagonizar la escena.

―¿Y si nos comportamos y no jugamos a la pelota en la calzada? ―inquiere una agente de la Polícia Local de Santa Coloma a un par de críos a la altura de la avenida de la Generalitat.

―¡Perdona, profe! ―responden al alimón, con el recuerdo de la escuela todavía demasiado presente.

Más allá de estas advertencias, que podrían parecer triviales, pero que no dejan de responder a trabajos de prevención de accidentes, la agente de la policía colomense admite que, por su "urbanismo de calles pequeñas e intrincadas" que facilitan la huida de los malhechores, "Santa Coloma no es una ciudad fácil para patrullar".

Conducción temeraria de vehículos de movilidad personal (durante la patrulla, dos patinetes estuvieron a punto de colisionar frontalmente), hurtos y robos con fuerza son las situaciones que más a menudo enfrenta el binomio de agentes de la policía local durante su turno de patrullaje ordinario.

Algunas de las tareas que esta patrulla conjunta lleva a cabo pasan más inadvertidas, como por ejemplo las vigilancias extraordinarias ante las oficinas bancarias los días de cobro de la pensión. Mossos y los directores de las oficinas mantienen contacto para fijar, en esos días 'calientes', dispositivos especiales: "Hay algunos ancianos que, el día de cobro de la pensión, sacan del cajero el dinero que han cobrado, lo cuentan, y lo vuelven a ingresar", explica uno de los agentes.

Concienciar

Una primera tarea de la patrulla conjunta es la de la concienciación, tanto a los compradores como a los comerciantes. El grupo de proximidad de los Mossos d'Esquadra en Santa Coloma ha repartido entre los comercios de los tres principales ejes comerciales de la ciudad (la rambla de Sant Sebastià, la avenida de la Generalitat y la avenida de Santa Coloma) dípticos con información y consejos para llevar a cabo las compras navideñas con más seguridad.

Esos consejos se traducen en una suerte de seis mandamientos, a saber: tendrás la tarjeta de crédito controlada en todo momento; llevarás la bolsa de mano cruzada y vigilarás en las aglomeraciones de gente; controlarás las compras en todo momento; desconfiarás de ofertas increíbles; no llevarás encima mucho dinero en efectivo; y conservarás facturas y tiques.

La misma presencia de una patrulla conjunta de 'mossos' y policias locales hace aumentar la sensación de seguridad por parte de la ciudadanía, asegura la caporal 5909. "El objetivo del dispositivo de proximidad es romper la distancia con el ciudadano". "El día en que el tendero de turno nos llama por nuestro nombre por primera vez, es cuando sabemos que nuestro trabajo ha tenido éxito".

―¿Pasa algo? ―se pregunta una anciana que se sorprende al ver la comitiva de policías y periodistas por la calle Mayor.

―¡No, nada, nada, tranquila, señora, solo presencia policial! ―responde la caporal de Mossos.

No es nada extraño que un delincuente le pida explicaciones al agente de la policía local que anteriormente le detuvo si se lo encuentra por la calle, aunque el guardia esté fuera de servicio y acompañado de su familia, explican los agentes de la 'urbana': "Para un policía local es mejor no vivir en la ciudad en que trabaja". La policía de proximidad lo es para lo bueno y para lo malo. Tanto para generar confianza con las abuelas que carretean con la compra cada mañana, como también para reconocer a los delincuentes reincidentes del barrio: "Al final, nos conocemos todos con una mirada, delincuentes a policías y viceversa".

Trucos y consejos

En el establecimiento 'Menaje Dancy' trabaja de dependienta Cintia Ferrando: "Hay horas en que se agradece especialmente la presencia de la policía, por ejemplo, los sábados cuando abro la tienda, a las 9 de la mañana". Ferrando explica que muy cerca de su establecimiento, en la plaza de la Vila, deambulan algunas personas con problemas de drogadicción, y que de vez en cuando siente algo de miedo. "Hace unos días nos robaron tres sartenes", asegura.

A la salida de la tienda de menaje, acontece una situación algo extraña. Un autobús que cubre la línea M30 se encuentra parado, sin pasaje ni conductor, ante un paso de cebra. Tras unos momentos de misterio, aparece el conductor del vehículo, escoltado por una agente de la policía catalana, que tranquiliza al personal al grito de "nada, nada, 'whisky charlie, whisky charlie'". Mensaje que traducido del lenguaje radiofónico al lenguaje común quiere decir "nada, nada, WC, WC".

Hacia el final del recorrido, el grupo de proximidad de Mossos se interesa por una tienda de ropa. En la entrada del establecimiento, a pie de calle, los tenderos han dispuesto sendos percheros llenos de ropa. Mostrar el producto en el exterior de las tiendas puede resultar un aliciente para posibles compradores, pero también es un acicate para los ladrones, que lo tienen más fácil para sustraer cualquier producto y echar a correr. Hace unos días, uno de los agentes de Mossos les recomendó a estos comerciantes un sencillísimo truco para evitar que cualquiera pudiese agarrar todas las piezas de ropa en un solo movimiento: invertir el sentido de las perchas.

Cuando el ideólogo del truco confirma que los tenderos siguieron su consejo, se le ilumina un poco la cara y esboza una sonrisa.

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