UNA HISTORIA DE SANT MARTÍ... Edificio Agricultura

La mole pionera

El primer edificio del barrio de Sant Martí de Provençals, que fue inaugurado por la mujer de Franco en 1954, alberga 416 viviendas

Imponente 8 Entrada al edificio de viviendas de Agricultura, 217.

Imponente 8 Entrada al edificio de viviendas de Agricultura, 217.

LLUÍS PACHECO / BARCELONA

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Una estética espectacular con una estructura con tintes militares. Así es el edificio Agricultura (Agricultura, 217), la majestuosa construcción que ocupa una manzana en las calles de Agricultura, Treball, Concili de Trento y Andrade. Hoy sumergido en la urbanización del barrio de Sant Martí dels Provençals, pero que, en los años 50, tuvo el honor de ser la primera edificación que se hizo en la zona.

En el marco de un proyecto de La Caixa, fue construido por el arquitecto Manuel Cases Lamolla y se enmarcó en la política social de la época del desarrollismo franquista. De ahí que, en 1955, Carmen Polo, esposa del dictador Francisco Franco, presidiera su inauguración.

La singularidad del recinto, más allá de su espectacular fachada, está en su interior. "Todo el interior está comunicado, puedes pasar por todos lados", comenta Francesc Tudela, residente desde hace 50 años en uno de los 416 pisos del edificio.

Además, también tiene un enorme patio interior, un espacio que también esconde mucha historia. "Los bajos de la plazoleta antes eran negocios. Había la carnicería, relojerías...", explica Beatriz Moreno, residente en el edificio desde hace un año, pero muy interesada en su historia. En los años 50, el edificio era el núcleo comercial más importante de la zona. Antonio Santos, presidente de la Associació de Veïns de Sant Martí dels Provençals, recuerda que "en el programa de las fiestas de la Parroquia de Sant Martí de 1958, toda la publicidad era de negocios del interior del edificio".

Entorno rural

Originalmente, el recinto convivió con un entorno de lo más rural. A pocos metros, se encontraba Can Tranquil, una masía que fue derribada en los 60 durante la construcción de la Gran Via de les Corts Catalanes. De las obras se recuerdan algunas anécdotas. "Hicieron mal el sistema de cloacas, y cada vez que llovía, prácticamente teníamos que salir en barca del colegio", comenta Lourdes Pérez, vecina del edificio, quien añade que el transporte de la zona era horroroso.