Artistas de Sant Cugat denuncian el cierre de un centro de referencia

"Es una tragedia", "No lo entiendo, funcionaba a la perfección", "Es un patrimonio que, si no lo protegemos ahora, lo perderemos para siempre". Estas son solo tres de las voces de los artistas que han pasado por el centro de arte Maristany de Sant Cugat (Vallès Occidental), el cual cerrará sus puertas en agosto, dejando su proyecto expositivo en suspensión y reduciendo considerablemente su parte formativa.

Concretamente, hace nueve años que el Ayuntamiento alquiló este espacio para alojar un proyecto formativo y expositivo, que a lo largo del tiempo se ha convertido en un referente artístico no solo en la ciudad, sino también a nivel catalán. El ejecutivo local argumenta que la finalización del contrato responde a razones económicas, ya que Sant Cugat se enfrenta a un déficit de 25 millones de euros. Sin embargo, desde el centro consideran que el alquiler representaba apenas las "migajas" del presupuesto. Mònica Kopatschek, profesora de acuarela del centro y usuaria, sostiene que "que la cultura no es un gasto sino una inversión y que las alternativas propuestas resultan inadecuadas": "Pedimos que se continúe pagando el alquiler hasta que se encuentre un espacio equivalente al Maristany que no reduzca el proyecto y se mantenga con la misma dimensión e influencia". En la misma línea se pronuncia Anna López, también profesora y usuaria del centro: "Se debe poner en el centro el valor social del arte contemporáneo que genera pensamiento crítico sobre el presente que vivimos".

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Ambas son portavoces del movimiento 'Sos_Maristany', surgido tras la aprobación  del cierre en verano en el último Pleno Municipal (con el apoyo de ERC y Junts), que tiene el propósito de informar a los ciudadanos y coordinar las acciones necesarias para detener esta decisión política.

Además, han lanzado una petición en 'Change.org', presentada el pasado 22 de febrero, la cual bajo el lema "no al cierre del Centro de Arte Maristany" reúne el máximo número de firmas con el objetivo de generar una "presión social más fuerte".

"Es una pérdida"

Dado el potencial artístico y cultural que alberga Maristany, son muchos los artistas que se han posicionado en contra de su cierre. Es el caso de Gabriel Ventura, artista y poeta, quien mostró en Maritsany 'Noema' (2022), una exposición de poesía telepática. Él reivindica que el anuncio lo vivió como “una sorpresa absoluta”: “Es una incongruencia que un centro que va como un tiro se cierre. Desarrollan una tarea muy interesante a partir de diferentes disciplinas. Es una pérdida”.

En esta línea también se pronuncia Nora Ancarola, artista que presentó su exposición 'Tiempos de plomo y plata' (2019) en el centro. Ella destaca “la gran preocupación que genera su cierre, algo que ya ha ocurrido en el pasado en múltiples espacios, especialmente aquellos dedicados al arte contemporáneo a escala catalana”. La artista añade que Maristany cuenta con una importante trayectoria en la mediación con el territorio y una profunda conexión con Sant Cugat: "Aunque en los últimos años se han abierto espacios artísticos, como el del textil, Maristany desempeñaba un papel único y esencial. Su pérdida es enorme, ya que resulta sumamente difícil crear un espacio con una trayectoria coherente y concreta".

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Las alternativas

Con el recorte del presupuesto del 2024, la voluntad del gobierno es reubicar las actividades que se llevaban al centro a otros espacios municipales. Así, se prevé que a finales de junio los cursos y talleres artísticos se trasladarán a la Casa Aymat, reduciendo su oferta formativa de ambos centros como consecuencia directa. Mientras que, en lo que se refiere a la parte expositiva, el Ayuntamiento sigue buscando un nuevo lugar que pueda acogerla. Una posible ubicación pensada para un futuro (más lejano), sería el de la actual biblioteca del Milenario una vez terminada la futura gran biblioteca Gabriel Ferrater en el Parque de Ramon Barnils. Sin embargo, para Kopatschek no es suficiente: "Con todo esto el proyecto se puede debilitar, ya que el espacio alternativo es insuficiente y la biblioteca no sabemos cuando llegará, no es más que un esbozo", lamenta.

A día de hoy, Sant Cugat dispone de tres centros artísticos: Maristany, Casa Aymat y El Centro Grau-Garriga de Arte Textil Contemporáneo.

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