A seis meses de las municipales

El gobierno tripartito de Sant Cugat reivindica su trabajo sin concretar sobre su posible reedición

ERC, PSC y CUP defienden la importancia del cambio tras 32 años de gobiernos convergentes, pero esperan a los resultados de mayo para hablar de pactos

El ejecutivo municipal defiende también la importancia de realizar políticas públicas en materia de vivienda, porque muchos vecinos se ven “expulsados”

La alcaldesa de Sant Cugat del Vallés, Mireia Ingla, en su encuentro de inicio de año con la prensa, en compañía de los tenientes de alcaldía Pere Soler y Marco Simarro.

La alcaldesa de Sant Cugat del Vallés, Mireia Ingla, en su encuentro de inicio de año con la prensa, en compañía de los tenientes de alcaldía Pere Soler y Marco Simarro. / ACN / Albert Segura

Àlex Rebollo

Àlex Rebollo

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“Tras tres años y medio, ha valido la pena”. Así se ha expresado la alcaldesa de Sant Cugat del Vallès (Vallès Oriental), Mireia Ingla (ERC), al hacer balance durante un desayuno con la prensa sobre las políticas locales llevadas a cabo por ERC, PSC y CUP durante el tiempo que han compartido el gobierno de la ciudad.

“Este ha sido un gobierno responsable que ha dado estabilidad a la ciudad y que ha actuado en los momentos más críticos”, ha añadido Ingla, quien ha criticado la gestión realizada durante los 32 años previos de gobiernos convergentes: “Hemos tenido que ordenar muchísimas cosas para poder realizar trabajos indispensables en un ayuntamiento. Recursos humanos, urbanismo o contratación eran ámbitos con muchas carencias”, ha añadido.

El primer teniente de alcaldía, Pere Soler (PSC), y el segundo, Marco Simarro (CUP), también han ofrecido buenas palabras para sus socios en el ejecutivo municipal: “Al inicio de mandato nadie daba un duro y ahora nadie cree que se pueda romper el gobierno antes de las municipales”, ha manifestado Soler.

Por su parte, Simarro ha señalado que el pacto de gobierno que puso fin al liderazgo convergante en la ciudad les ha permitido “tener la oportunidad de empezar a trabajar por un Sant Cugat para todos”. “Desde la crítica y las diferencias ideológicas, hemos sido capaces de lanzar políticas para los barrios y la ciudad”, ha añadido el concejal de la CUP.

Panorama inconcreto tras las municipales

A pesar de que Junts per Sant Cugat fue la lista más votada en las municipales de 2019 (27,5% del voto, 12.146 papeletas), la victoria no bastó a los post-convergentes para hacerse con la alcaldía, ya que el pacto ‘in extremis’ entre ERC (6 ediles), PSC (4) y CUP (3) lo impidió. Así, entre los tres socios del gobierno tripartito suman 13 concejales, el mínimo para la mayoría absoluta en un Pleno de 25.

En ese contexto, y siempre y cuando este 2023 Junts, en unas municipales que medirán la memoria local sobre las sombras de corrupción convergente, no recupere la mayoría absoluta que perdió en 2015, en Sant Cugat tocará ver hasta qué punto lograrán los socios del tripartito, especialmente ERC, en la alcaldía, rentabilizar electoralmente el experimento del actual gobierno de izquierdas frente a la tradición derechista local.

Así, preguntados por la posibilidad de reeditar el gobierno tripartito durante el desayuno con la prensa, ninguno de los tres socios ha terminado de mojarse y esperan a ver las posibilidades que les ofrezca la aritmética. “Deberemos esperar a los resultados”, ha remarcado Pere Soler (PSC), quien acto seguido ha añadido que, por ahora, “la reflexión es que las tres fuerzas nos presentamos con la voluntad de influir desde el gobierno, no para estar en la oposición”. A partir de ahí, ha añadido Soler, “tiene que llover mucho todavía”.

En la misma línea se ha expresado Simarro (CUP), quien ha explicado que desde su grupo no cierran la puerta a pactos “si la mirada conjunta favorece a la posibilidad de seguir desplegando las políticas que consideramos necesarias”. Tampoco ha concretado la alcaldesa, Mireia Ingla (ERC), quien ha insistido en que se siente “muy orgullosa” del ejecutivo local y en la importancia del giro político que se produjo en el municipio en 2019.

Crisis habitacional

Durante la rueda de prensa ofrecida a los medios, el ejecutivo ha insistido en la importancia de realizar políticas públicas en materia de vivienda porque, como ha reconocido la propia alcaldesa, muchos vecinos de la ciudad han sido “expulsados” de la ciudad por las dificultades que supone acceder al mercado de la vivienda.

De hecho, un estudio encargado por el Ayuntamiento de Sant Cugat a la Univesitat Autònoma de Barcelona (UAB), y cuyas conclusiones se publicaron recientemente, constató que el crecimiento demográfico de Sant Cugat ha sido "excepcional" en Catalunya, dado que la ciudad pasó de tener 30.000 habitantes en 1981 a 94.000 en 2022.

Así, la ciudad vallesana ha triplicado su crecimiento mientras que el aumento en el resto de Catalunya ha sido diez veces menor. El estudio también señalaba que el crecimiento demográfico fue posible por el incremento de la oferta del mercado inmobiliario: el número de viviendas de la ciudad ha pasado de 14.000 (año 1981) a 33.000 (año 2021).

A Sant Cugat llega mucha gente, pero también se marcha mucha. Y hasta ahora nunca había habido intención de poner esta información sobre la mesa”, ha señalado Ingla a modo de crítica hacia los gobiernos convergentes.

De este modo, Ingla ha insistido en que para garantizar la calidad de vida de la ciudad hay que “actualizar los estándares y las políticas” y ha puesto de ejemplo la planificación del el nuevo barrio de ca n’Ametller, que prevé que “más de un 50% de sus viviendas sean aprecios asequibles” y las promociones de vivienda protegida incluidas en el Plan de Vivienda Asequible.

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