Una familia unida

Charlot, el perro guía al que el Hospital del Mar abrió las puertas mientras Yuri nacía

El animal es los ojos de Mario, un músico ciego que pasó tres días en este centro sanitario porque Anna, su pareja, dio a luz al hijo de ambos

BARCELONA 02/03/2023 SOCIEDAD Ana y su pareja Mario invidente, que tuvieron un bebé en el Hospital del Mar y se activó todo un protocolo para que pudiera entrar el perro guía. Foto: ELISENDA PONS

BARCELONA 02/03/2023 SOCIEDAD Ana y su pareja Mario invidente, que tuvieron un bebé en el Hospital del Mar y se activó todo un protocolo para que pudiera entrar el perro guía. Foto: ELISENDA PONS / Elisenda Pons

Beatriz Pérez

Beatriz Pérez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Charlot estuvo acompañando a su familia en el hospital cuando el tercer miembro de la manada nacía. Ese era Yuri, un bebé de ahora cinco meses. Mientras Yuri venía al mundo, Charlot, un labrador de nueve años, esperaba en la habitación del hospital de Anna Torné y Mario Rivoiro, los padres del recién nacido. Charlot es un perro guía, los "ojos externos" de Mario, un músico y cantante de 'reggae' que artísticamente se hace llamar 'Blind Reverendo'.

Mario, que perdió totalmente la visión con ocho años, pudo estar acompañado por Charlot en el Hospital del Mar (Barcelona) durante los tres días en que Anna y Yuri, recién nacido, estuvieron ingresados el pasado noviembre. Solo tiene palabras de agradecimiento para sus sanitarios. "Han sido muy delicados y amables durante el parto y después, y tuvieron mucha atención con el perro, con el niño y conmigo", asegura este italiano de 41 años que lleva 11 afincado en Barcelona y que aprovecha para reivindicar el buen trato recibido por parte de la "sanidad pública".

Según la instrucción 07/2022 del Servei Català de la Salut (CatSalut), una persona usuaria de un perro de asistencia tiene reconocido el derecho de acceso al entorno hospitalario. El animal también puede ir en la ambulancia acompañando a la persona, siempre preservando las "condiciones higiénicas" del vehículo. El perro no puede entrar a entornos hospitalarios solo si presenta síntomas de enfermedad, de falta de higiene o hay una situación de riesgo inminente. El animal tampoco puede entrar en salas de operaciones o ucis. Según infectólogos consultados por este diario, las infecciones entre perros y humanos son muy escasas.

"Para mí entrar con el perro es una necesidad. Necesito sentirme independiente, tener libertad. Cuando estás muchas horas en un sitio, necesitas salir un rato y, si no tienes contigo a tus 'ojos externos', va a ser muy incómodo para todos", cuenta Mario. Explica que nunca se acostumbró a ir con bastón porque el perro le permite desplazarse mucho más rápido.

Reconocimiento por ley

Durante el embarazo de Anna, Mario ya expresó a la comadrona su deseo de entrar con el perro en el hospital cuando esta pariese. "Nos dejaron claro que al paritorio no podría entrar", dice por su parte Anna. Ambos explican que existe una ley internacional que permite a los perros guía entrar en cualquier sitio, como hospitales.

"Pero hay un gran desconocimiento al respecto. Muchas veces vamos a un restaurante y no nos dejan entrar con Charlot. Si Mario tiene un problema, él puede ir con su perro al hospital y lo tienen que dejar entrar. Pero esto es algo que mucha gente no sabe", cuenta esta osteópata. "Aunque esto se va a naturalizar", opina Mario, quien cree que, por ejemplo en España, hay más concienciación que en Italia. "Los médicos fueron súper amables y profesionales conmigo", insiste. Tras el parto, la familia, perro guía incluido, ha seguido yendo al Hospital del Mar a hacerse controles sin ningún tipo de problema.

Un cartel en la puerta

La principal dificultad con Charlot estribaba en los cambios de turno de los sanitarios. Cuando unos se iban y otros entraban, los nuevos no siempre sabían que dentro de la habitación de Anna y Mario había un perro. Por eso una enfermera, Susanna, decidió poner un cartel en la puerta que avisaba de que había un perro guía dentro y que era mejor no llamar para que no se alterase.

"Charlot estaba muy protector. Ahora que en su manada hay otro cachorro, él está mucho más controlador, más territorial. Está más pendiente de quién se acerca a nosotros. Por ejemplo, hasta que Yuri no duerme él no se relaja", cuenta Mario.

La pareja cree que la ONCE debería hacer más difusión sobre cómo tratar a un perro guía. "Por ejemplo, no hay que tocarlo", cuenta Anna. "Si lo tocas mientras va conmigo -dice Mario-, lo distraes. Y eso es peligroso para mí. Imagínate que yo cruzo un paso de cebra y tú lo llamas… Las veces que me pegué golpes no fue por errores de Charlot, sino por errores humanos de gente que lo llamó".

Amor perruno

El uso de perros guía, en este caso para personas invidentes pero también se utilizan animales en terapias de salud mental para personas (cuyo beneficio científico está probado), es cuestionado por algunas entidades animalistas, que critican la "instrumentalización" de los animales por parte de los humanos y que aseguran que los perros no siempre están bien cuidados.

No es el caso de Mario y Charlot. Mientras Mario explica a este diario su experiencia, el perro aguarda sentado paciente a su lado. Mario no esconde su amor hacia su compañero. "Es indescriptible el vínculo que tengo con él. Es realmente una parte de mí. La idea de estar sin él es como si me faltara un brazo. Estoy con él las 24 horas del día, estoy más con Charlot que con Anna", concluye este músico.

Suscríbete para seguir leyendo