OBSERVACIONES BENEFICIOSAS
Menos muertes tras sufrir ictus
Las sugerencias dirigidas a los médicos reducen la receta de fármacos poco eficaces, pero no de todos
La creciente exigencia, o presión, sobre los equipos que atienden a quien sufre ictus -trombosis cerebral- o infarto de miocardio, las principales causas de muerte en la actualidad, proporciona resultados. Desde que la Conselleria de Salut estableció en el 2007 el Código Ictus, circuito que enlaza a las ambulancias del Servei d'Emergències Mèdiques con los principales hospitales, la asistencia a quien está sufriendo una hemorragia cerebral se ha reducido en «cuatro minutos» como media, en relación al 2010, informa la Central de Resultados de Salut. «El tiempo medio transcurrido entre la entrada de un enfermo por la puerta de urgencias y la introducción de la aguja intravenosa que disolverá el trombo es de 51 minutos», indican. Un 42% de esos enfermos sigue vivo tres meses después del accidente cerebrovascular: un 6% más que hace tres años.
Un 64% quienes sufren un infarto de miocardio y no fallecen de forma fulminante son atendidos en menos de 120 minutos: son un 5% más que hace cuatro años, según el informe del 2013 de la Agència de Qualitat (AQUAS). Menos demora en esa asistencia significa más músculo miocardio salvado, sano.
La supervivencia un mes después de sufrir dolencias cardicas o cerebrales graves -periodo de riesgo de repetición- ha mejorado en los últimos tres años. En el 2013, se redujo la mortalidad por insuficiencia cardiaca -incapacidad del corazón para bombear suficiente sangre-, así como la de quienes sufrieron un ictus, y la de los afectados por un aneurisma abdominal -ensanchamiento de una arteria-. Los técnicos de Salut atribuyen esta mejora a la cualificación del personal sanitario.
Las advertencias emitidas en anteriores informes de la AQUAS han conseguido reducir en un 28% las recetas de fármacos bifosfonados -indicados para algunos casos de osteoporosis- a mujeres mayores de 50 años. En el 2013, un 3,8% de las mujeres de esa edad -en riesgo teórico de sufrir osteoporosis- atendidas en los CAP de Catalunya iniciaron un tratamiento con bifosfonados, terapia que les fue indicada, como mínimo, para los siguientes cinco años. «Estos medicamentos tienen importantes efectos secundarios, entre ellos la fractura de mandibula por necrosis ósea, y no está recomendado su uso generalizado», advirtió Josep Maria Argimón, director de AQUAS, que atribuyó a «insuficiente información» su prescripción masiva desde el 2007. La reducción de las recetas de estos fármacos supuso a Salut un ahorro de 7,7 millones en el 2013.
Las sugerencias de AQUAS, no obstante, no han conseguido disminuir la cifra de recetas de protectores gástricos (Omeprazol, en primer lugar). España sigue siendo uno de los países del mundo con mayor consumo innecesario de de este fármaco, indicaron.
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