Alcorcón se desinfecta

Alcorcón, la zona cero de la crisis sanitaria del ébola en Madrid, deja poco a poco a un lado el miedo y recupera la normalidad. Ayer por la tarde, por fin, los vecinos del bloque de Teresa Romero y Javier Limón recibieron una charla de técnicos de la Consejería de Salud en la que les tranquilizaron y aseguraron que no existía riesgo de contagio. Aun así, la administradora de la urbanización ha encargado a una empresa especializada que desinfecte los espacios comunes de las viviendas y el jardín en el que hasta el lunes pasado jugueteaba Excálibur, el perro de la pareja, que ha sido sacrificado e incinerado.

Los movimientos de Romero por su barrio los últimos días son los que dibujan el mapa del riesgo en esta ciudad pegada a la capital. La auxiliar de enfermería estuvo 16 horas vomitando y con diarrea en un box del Hospital Universitario Fundación Alcorcón. Allí la aisló el médico Juan Manuel Parra hasta que una ambulancia la trasladó al Carlos III, donde continúa ingresada en una habitación aislada de la sexta planta.

Cuando Romero fue evacuada del hospital de Alcorcón ya se había confirmado su positivo de ébola, pero a pesar de eso la gerencia del hospital designó a dedo a tres trabajadoras de la limpieza para que se ocuparan del box. Estas se negaron entre sollozos y lágrimas. Hasta el miércoles por la noche no se empezó a limpiar el espacio contaminado. Un delicado trabajo que finalmente se encargó a una empresa especializada, que en un principio terminó anoche.

El otro escenario de esta crisis es el centro de estética de Alcorcón al que Romero acudió a depilarse en su primer día de vacaciones. Lo contó ella misma. Tras recoger la habitación en la que había fallecido el misionero Manuel García Viejo, la auxiliar de enfermería acudió a su centro de estética habitual, en su barrio, para depilarse con cera. La atendieron dos mujeres. Desde ayer en la puerta del centro cuelga un cartel que dice Cerrado por asuntos personales. Las dos esteticistas que atendieron a Romero fueron ingresadas preventivamente anoche en el Carlos III. Según los protocolos aplicados hasta ahora, al no presentar fiebre ni otros síntomas podrían haber hecho vida normal, pero ayer las autoridades sanitarias decidieron el ingreso por su contacto de alto riesgo.