SanaMente

El 'viaje' de la terapia psicodélica: "Fue como un milagro"

Esperanzador relato de un paciente que llevaba ocho años de depresión severa

El "milagro" de los alucinógenos abre altas expectativas en salud mental

SanaMente, el proyecto de EL PERIÓDICO para parar y pensar contigo

Entrevista a un paciente de tratamiento con Psilocibina

Entrevista a un paciente de tratamiento con Psilocibina / Jordi Otix

Fidel Masreal

Fidel Masreal

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Pedro Payrá es un reconocido arquitecto de 64 años de origen uruguayo y residente en Barcelona. Actualmente está jubilado. Tras ocho años de un sufrimiento de una depresión severa, fue uno de los elegidos para las pruebas con psilocibina en el Hospital del Mar. Su testimonio revela el éxito del tratamiento, si bien la evolución tras los primeros meses es una incógnita que requerirá nuevas investigaciones y, quizás, nuevas dosis.

-¿Cómo era tu vida antes de acceder al ensayo clínico?

-Ocho años antes se oficializó mi problema: una depresión. Pero empezó antes, dando señales silenciosas que ahora sí puedo reconocer. De toda la medicación disponible recorrí un 70%. Todas hacían bien y también mal. Sufrí muchísimo los efectos secundarios. Una de las cosas más duras fue reconocer que mis capacidades estaban acotadas. Que tenía dificultades graves para trabajar. Sobre todo recuerdo la anhedonia: nada te causa placer, nada te causa dolor. Y estaba cansado de todo.

"Recorrí casi toda la medicación, sufrí muchos efectos secundarios y experimenté la anhedonia: nada te causa placer ni dolor"

-Y llegó la propuesta...

-Me comentaron que se hacían prueban con psilocibina para encarar la depresión. Fue muy difícil pasar los filtros, fueron muy estrictos. Ellos no sabían, y yo mucho menos, en qué cantidades se administraría la psilocibina. Hicieron mucho hincapié en que la gran probabilidad es que durante las ocho horas de la sesión hiciera un recorrido por algún momento de mi vida que hubiera sido clave.

-¿Cómo fue la preparación de la experiencia?

-Durante la preparación estaban muy preocupados con el tema del suicidio. Intentar estar seguros de que no tendrás intenciones suicidas porque puede haber una reacción que puede ser muy negativa o violenta. Y hacen hincapié en que es como si estuvieras navegando en un río, ves una orilla y la otra, ves cosas que te gustan y otras que no te gustan, o que te asustan. Yo pensé que podía ser una buena manera de averiguar las causas de por qué tengo depresión, si es algo no físico.

"Lo más curioso de todo es que creo que lo que vi fue el momento en que nací"

-Y lo hiciste en el Hospital del Mar

-Sí. En una habitación que tengo entendido que era igual en todos los lugares del mundo donde se hizo la prueba. Estaba a oscuras. Había dos psiquiatras. Me tiré en una cama con una manta. Me dieron cinco pastillas y me dijeron que al menos una tenía alguna sustancia. Me las tomé. Me quedé tranquilo, me vinieron ganas de dormir y me desperté con una experiencia absolutamente espectacular: divertido, interesado... una de las cosas que hice fue buscar el teléfono para llamar a la directora del ensayo para que trajera pastillas para los dos psiquiatras porque era buenísimo, no se lo podían perder [ríe]. Era como un jolgorio. Lo estaba pasando bien. '¿Cómo pudo estar prohibido esto si es un placer?' les dije.

"Me impresionó y me empoderó. Ya se verá si hará falta otra dosis pero durante ese tiempo estuve entre comillas curado"

-¿Y te provocó otros efectos, posteriormente?

-Todavía me conmociona al recordarlo: me tiré en la cama y empecé a ver un color negro lindo, no agresivo y empezaban a aparecer agujeritos naranjas que formaban formas lindas. Era como estar en el centro de una esfera, todo negro, y aparecían formitas chiquitas naranjas, que se iban haciendo cada vez más fuertes hasta que todas se transformaron en una sola imagen naranja de una violencia, en cuanto a la cantidad de luz que emitían. Me puse nervioso y pedí que apagaran la luz. Me dijeron 'tranquilo, no pasa nada'. Lo más curioso de todo es que diez minutos creo que lo que vi fue el momento en que nací. Y aún hoy lo sigo pensando.

-¿Cómo te sentiste a partir de ese día?

-Ese día me fui a dormir en un estado de paz y tranquilidad. Y estuve seis meses bajo el impacto de esa toma de psilocibina. Seis meses que no necesité medicación, sí tuve la suerte de que estaba haciendo coaching con una persona y pude aprovechar ese estado de bienestar para poder hablar de los miedos que me causaba la depresión. En definitiva, la prueba me permitió un lapso bastante largo de poder analizar qué era todo o relativizar o ordenar las cosas. Fue muy potente. Lo que no sé si me curó, no sé realmente el efecto que hizo.

Estuve seis meses sin medicación, fue mágico, pude hablar de los miedos de la depresión

-O sea que tras varios años muy malos, tras esa toma única de psilocibina pasaste seis meses...

-...Sin nada. Bien, sí. Para mí fue como un milagro. Fue mágico, fue mágico. Y fui y le dije a la jefa del estudio: 'vivo en el Raval, yo voy a seguir con esto [ríe] y pídeme porque en dos horas te consigo'. Fue un paréntesis. Me impresionó y me empoderó. Ya se verá si hará falta otra dosis pero durante ese tiempo estuve entre comillas curado. Anímicamente me sentía dueño de todas las situaciones, algo que había perdido durante mucho tiempo.

"Cuanto antes aparezca lo que cure, mejor para todos, el sufrimiento es demasiado grande"

-¿Y después de esos seis meses?

-Gradualmente empecé a perder ese empuje, ese optimismo, ese empoderamiento y volví a una normalidad que si la línea cero es normalidad, siempre estoy por abajo. Lo que busco es que sea lo más recto posible (estable). De estar bien pasé para abajo, me fui estabilizando hasta el estado de ahora, que estoy dependiendo de medicación. Seré un medicado crónico.

-¿Pero no has vuelto a bajar como antes?

-No, un bajón bestial, no. Tuve un ingreso no por algo malo, sino para cambiar la medicación.

-¿Lo volverías a hacer?

-Estoy optando a una investigación similar, pero es con ayahuasca y estoy bajando medicación, esperando esta nueva experiencia. Estoy absolutamente decidido. Ojalá las investigaciones no necesitaran tantos márgenes de seguridad. Cuanto antes aparezca lo que cure, mejor para todos. El sufrimiento es demasiado grande porque ves pasar una vida que se supone que es tuya y que no sabes quién la está manejando y quién la está haciendo mierda.

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