SEMANA MUNDIAL DEL GLAUCOMA

La cirugía de catarata, tratamiento eficaz frente a cierto tipo de glaucoma

La lente que se implanta en esta operación, más fina que el cristalino natural, reduce el riesgo de pérdida de visión irreversible en muchos de los glaucomas de ángulo cerrado

Una paciente se hace una revisión de la vista.

Una paciente se hace una revisión de la vista.

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La cirugía de la catarata puede ser de gran utilidad como tratamiento para pacientes con glaucoma de ángulo cerrado, aunque estos no presenten catarata. Según la Dra. Elena Arrondo, oftalmóloga de IMO Grupo Miranza, en los pacientes con este tipo de glaucoma cuya presión intraocular (principal factor de riesgo del glaucoma) suele estar muy elevada, se recomienda la cirugía de catarata que resulta eficaz en la mayoría de los casos y puede evitar tener que recurrir a otra cirugía específica de glaucoma.

“Cuando realizamos una cirugía de cataratas sustituimos el cristalino, que es la lente natural del ojo, por una lente intraocular que tiene menor grosor, con lo cual dejamos más espacio para que pueda drenar adecuadamente el humor acuoso (líquido que rellena el globo ocular) por el ángulo o malla trabecular, una especie de “colador” por el que ese líquido entra sale del ojo, ayudando, así, a que la presión intraocular disminuya. Por ello, esta cirugía, practicada incluso en ojos con un cristalino totalmente transparente, es un arma terapéutica muy importante para el glaucoma de ángulo cerrado, en el que hay pocos grados de apertura de ese ángulo”, explica la oftalmóloga. Además, si el paciente con glaucoma, especialmente el de ángulo cerrado, también sufre cataratas, cosa habitual debido a la relación de ambas enfermedades con la edad, el riesgo de aumento de la presión intraocular puede ser aun mayor, dado que el incremento de espesor del cristalino relacionado con la catarata, puede ocluir aún mas el ángulo y dificultar el drenaje natural del ojo.

Dra. Elena Arrondo

Dra. Elena Arrondo / IMO MIRANZA

“Salvo casos excepcionales, cuando la presión intraocular se encuentra más alta de lo normal, el glaucoma no duele ni se nota. Además, la pérdida visual asociada al glaucoma, que empieza siendo periférica y, avanza de manera progresiva, estrechando el campo de visión, tampoco es evidente hasta que está muy avanzada. Por ello, hasta la mitad de los pacientes con glaucoma no sabe que lo padece.”

Avances para conservar la visión de por vida

La Dra. Arrondo afirma que “a día de hoy, tenemos la posibilidad de frenar la progresión del glaucoma desde fases muy iniciales y de controlar la hipertensión ocular”. A esto añade que “las diferentes técnicas disponibles en la actualidad permiten que los pacientes diagnosticados de glaucoma conserven la visión a largo plazo e incluso para toda vida”. Además de la cirugía del cristalino para algunos casos, los tratamientos habituales para hacer frente al glaucoma, patología neurodegenerativa que incide aproximadamente sobre el 3 % de la población causando daños en el nervio óptico del ojo, son iridotomía con un láser llamado YAG en aquellos casos que están en riesgo de desarrollar un glaucoma de ángulo cerrado, terapia tópica (fármacos en gotas), las cirugías clásicas y las llamadas MIGS y las válvulas y tubos de drenaje, mínimamente invasivas, todas ellas orientadas a reducir de la presión intraocular.

No obstante, la detección temprana de estas enfermedades será clave para prevenir una mayor pérdida de la visión y aplicar el tratamiento más adecuado en cada caso. Algunos de los indicadores más comunes del glaucoma de ángulo cerrado son el ojo rojo, la visión borrosa, la pupila dilatada, el dolor ocular, la visión de halos alrededor de las luces y la pérdida del campo visual.. Sin embargo, en el caso del glaucoma de ángulo abierto que es el mas frecuente, a menudo la enfermedad no da síntomas hasta que está muy avanzada, ya que la pérdida de visión que provoca la muerte de células del nervio óptico suele ser paulatina y periférica, por lo que la mitad de las personas con glaucoma, no son conscientes de padecerlo. Por ello, la especialista de IMO Grupo Miranza recomienda acudir a una revisión oftalmológica anual a partir de los 50 años, así como si se tienen antecedentes familiares o alta miopía, para someterse a un examen oftalmológico completo que podrá confirmar si el paciente padece la enfermedad o está en riesgo de desarrollarla por tener una presión intraocular elevada.

IMO Grupo Miranza

www.imo.es

Tel. 93 400 07 00