Badia del Vallès se marca estar libre de amianto en 2025: "Seremos la primera ciudad de Europa 'desamiantada'"

El ‘desamiantado’ de Badia del Vallès se atisba al fin en el horizonte. La ciudad del Vallès está considerada el epicentro catalán del amianto y lleva casi una década deseando dejar de serlo. Desde al menos 2016 -cuando se constituyó la Comissió de l'Amiant- los vecinos han exigido que los edificios de la ciudad sean despojados de uralita, sustancia tóxica prohibida en España desde 2002. La Generalitat aportó, en 2021, 4,5 millones para invertir en una ‘limpieza’ de la ciudad que deberá estar ejecutada antes del octubre de 2025. Se estima que los trabajos para retirar las piezas empezaran en diciembre de este 2024 y tengan una durada de seis meses.

El calendario del ‘adiós’ definitivo del amianto en Badia ha sido presentado este lunes 18 de marzo por el director de la Agència de Residus de Catalunya, Isaac Peraire, y la alcaldesa de Badia, Eva Menor (PSC), quienes han hecho énfasis en que Badia es una ciudad pionera a nivel europeo en la retirada del amianto. "Somos un municipio pionero, llevamos un largo camino recorrido: Seremos la primera ciudad de Europa 'desamiantada'", especifica Menor.

Esta acción está enmarcada en el Plan catalán para la erradicación del amianto en Catalunya 2023-2032, con el objetivo, fijado por la Unión Europea, de retirar al amianto de todos los edificios públicos antes del 2028 y de todo el territorio antes del año 2032. Algo que se materializará en la nueva ley de la retirada del amianto en Catalunya que se aprobará "antes de verano".

El calendario preocupa a los vecinos del Vallès. Manuel Navas, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Sabadell (FAV) y miembro de la Coordinadora, en nombre de las asociaciones de vecinos de la comarca, lamenta el calendario establecido: "Ahora vienen elecciones y se ponen todos los proyectos encima de la mesa, pero no tenemos muchas esperanzas", ha denunciado antes de que empezara la sesión abierta informativa donde Peraire y Menor han expuesto en el Auditorio Municipal de Badia el nuevo calendario para la retirada del amianto. "Hemos hecho más de 40", especifica el director de la Agencia quien detalla que la presencia de los vecinos ha sido clave para avanzar en el proceso.

Badia es de las ciudades de todo el Estado con mayor presencia de amianto. Se calcula que hay una tonelada por ciudadano. La alta cantidad presente en ciudad catalana responde a las construcciones de principios de los años 60, cuando se utilizaban técnicas de edificación industrializada para edificar viviendas de forma más rápida. Es por ello que se ha convertido en un municipio donde la totalidad de edificios residenciales están severamente afectados. Se trata de casi 200 bloques construidos durante la época franquista (concretamente 153 edificios residenciales) con un material tóxico que, 50 años después, sigue presente en fachadas, tejados y en los tubos de salida de humos por la parte posterior de los edificios, lo que pone en riesgo la salud de la población.

Presión vecinal

No han pasado ni dos semanas desde que el movimiento vecinal del Vallès, vertebrados por La Coordinadora del Movimiento Vecinal del Vallès (CONFAV), denunciaron la “falta de progreso y de estrategias” por parte de la Administración catalana y de los ayuntamientos de la comarca y solicitaban que aceleraran el proceso para retirar al amianto de los edificios públicos y privados.

El uso de fibrocemento está prohibido en España desde el año 2002, y que según la OMS hay unos 125 millones de personas expuestas a este material. En sí, el fibrocemento no es peligroso si se mantiene estable, pero si se rompe, ya sea por manipulación o por degradación, las partículas que libera son altamente tóxicas. Si se inhalan pueden acarrear graves problemas respiratorios como la asbestosis y el cáncer de pulmón.

Estas enfermedades han provocado muertes en el entorno del Vallès, sobre todo personal que trabajó en la fábrica de Cerdanyola, operativa entre 1907 y 1997 en el actual barrio de La Farigola. Sin embargo, recientes sentencias también han reconocido la afectación en vecinos del entorno. De hecho, el uso de este material era popular entre la ciudadanía, y su polvo se utilizaba para otras funciones, como tapar agujeros en las calles o incluso para evitar que proliferaran malas hierbas en los jardines de las casas.