Nueva moda 'foodie': este es el mejor pollo frito 'hot pot' de Barcelona

Acaba de aterrizar en Barcelona Zhengxin Chicken (Sicília, 129), un titán del pollo frito en China, una cadena mastodóntica que llega con mucha pasta en las cubetas, basta con ver cómo han enloquecido los 'influencers' de TikTok con el asunto. En la carta, pollo frito muy pero que muy barato (calidad justita) y cucadas como el 'chicken steak', un filete rebozado en forma de corazón. Algo me dice que podré vivir perfectamente sin este sitio. Para encontrar el mejor pollo frito 'chino' tengo que irme a Rooq, a la derecha del Eixample (Diputació, 349).  

Entro al sprint en el local, en busca de una novedad que me llama la atención: el pollo frito 'hot pot', estilo Sichuan. Rooq no suele aparecer en vídeos locos de TikTok, pero es la mejor factoría de pollo frito de Barcelona (con permiso de Gringa). Juega con un pollo supremo, marinado durante 16 horas. Muchos matarían por la fórmula de su rebozado con especias. Además, no hay camareros, recoges tú el pedido y comes en una bandeja con servilletas de papel. Evidentemente, todo este ahorro repercute en una relación calidad-precio inmejorable.  

Sichuan direction

Para el pollo Hot Pot, el jugoso y placentero pollo de la casa se baña en una salsa casera secreta con especias de Sichuan. Es el homenaje de Rooq a la gastronomía de la región y a uno de los formatos de moda en una Barcelona con más restaurantes hot pot que Vivaris. El material llega en forma de nuggets, nubes generosas de pollo con un rebozado electrizante y una detonación de sabores especiados que activan el paladar, no lo aniquilan. Todo muy equilibrado y con el nivel de picante suave. Pruebo el mismo pollo en formato burger, con una pieza de notable grosor que cruje y cede con facilidad a la dentellada. Por ahí noto unos pepinillos caseros extraordinarios y le añado salsa de cheddar porque me gusta el vicio: puro rooq’n’roll. 

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