Ideas gastro

Restaurantes para disfrutar del puente en Barcelona

¿Te quedas estos días de fiesta en Barcelona? Deja de comer Cheetos en albornoz y hazte una escapada sin salir de la ciudad. De la playa a la masía, entre amigos o en familia. Homenajes gastro para todos los públicos

Los mejores mercadillos de Barcelona para este puente

El Mundo Today | La restauración de Barcelona alerta de que ya han empezado las cenas de empresa y recomienda alejarse de ellas

El Alice Secret Garden, con su seta de cuento al fondo.

El Alice Secret Garden, con su seta de cuento al fondo.

Òscar Broc

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Otro puente en una Barcelona desierta. Todo el mundo ha puesto pies en polvorosa menos tú, como siempre. Pero esta vez no te vas a pasar los días de fiesta en albornoz, comiendo Cheetos. Para este puente toca salir y disfrutar de tu ciudad. Es el momento de relajarte en una velada entre amigos, de aprovechar que tus hijos se han ido para cenar con tu pareja, de desayunar una botifarra con judías a años luz del turismo, de hacerte selfies en el 'steak house' de moda… Estos días de puente tienes trabajo: Barcelona se te quedará pequeña. 

1. Cita sin niños

Noche imprevista

Vuestros hijos han ahuecado el ala todo el puente; la oportunidad perfecta para reavivar la llama con una cita como las de antes, sin mirar el reloj, con toda la noche por delante. Es el momento de visitar Imprevisto (Bailén, 104) y entregarse a su cocina y bodega, de lo mejorcito del Eixample.

Este joven restaurante se apoya en dos menús degustación con una excelente relación calidad-precio: 47 euros el de siete pases, 65 euros el de 10 pases. Y seduce desde el minuto uno con una cocina atractiva, placentera, con producto de temporada y giros de autor con mucho sentido. Los menús cambian asiduamente, pero en el acta de mi visita consta un 'steak tartar' enloquecedor, un pato de relamerse hasta la punta de la nariz o un 'snack' de sardina ahumada sorprendente. Y sí al maridaje, que el sumiller Alberto Jamie León es de los que no se guarda la artillería; vaya vinazos tiene el tío.  


2. Viaje a Perú

Pisco de oro 

A todo quisqui le ha entrado un impulso viajero irrefrenable y tienes a la tropa repartida por el mundo. Pero la venganza es un plato que se sirve frío, como el ceviche. Por eso irás a Leche de Tigre (Casanova, 262), porque será lo más cerca que puedas estar de Perú sin moverte de Barcelona. Mientras tus amigos se comen colas infernales en el Coliseo de Roma con un frío que pela, tú te comes la mejor cocina peruana en un espacio cálido, a 10 minutos de casa.

Comenzarás con alguno de sus Pisco Sour. Continuarás con el ceviche clásico. No le dirás que no al ají de gallina, al lomo saltado o a los anticuchos de corazón. Otro Pisco Sour. Y para el postre, el cinco leches y cinco mil fotos enviadas a tus amigos viajeros, para que vean que Lima no está tan lejos como parece.


3. Postureo carnívoro

Fotos y entrecots

¿Hasta el gorro de ver las fotos de tus amigos postureando en estaciones de esquí? Tu contraataque se llama Carnal (Enric Granados, 52), una ‘steak house’ que lo está petando muy fuerte gracias a dos factores: un espacio suntuoso e instagrameable hasta la médula, y una carta de carnes maduradas de gran calidad, perfectamente sometidas a la brasa de leña. En Carnal se vive y se come por todo lo alto.

Llegan los chuletones y se disparan los flashes. Las sillas colgantes son un caramelo para los móviles. Las mesas de madera y los adornos selváticos acentúan el carácter irreal de una experiencia cara, pero que merece la pena vivir (e inmortalizar en tus 'stories') aunque sea de puente en puente. 


4. Huida a la masía

Cuchillo y tenedor

La nueva brasería Tramendu te recibe con manteles de cuadros y clásicos de la cocina catalana ‘de tota la vida’.

La nueva brasería Tramendu te recibe con manteles de cuadros y clásicos de la cocina catalana ‘de tota la vida’. / .

Cuando toca puente tocho, los barceloneses ceden su ciudad a la horda turística. Si no puedes vencer a tu enemigo, aléjate de él. Y si no tienes segunda residencia en la Cerdanya, puedes huir a La Bordeta, a la nueva brasería Tramendu (Parcerisa, 11), la antítesis de las trampas para guiris. Esta casa de comidas venera el desayuno de cuchillo y tenedor, y celebra la comida en familia al calor de la buena brasa. Es como estar en una masía. El nuevo proyecto de la familia Tramendu te recibe con manteles de cuadros, alioli en mortero de cerámica amarillo y un desfile de clásicos de la cocina catalana ‘de tota la vida’ que no da tregua: oreja de cerdo imperial, costillas de cordero deliciosas, carrillera de cerdo cremosa, escalivada impecable… Puedes completar la escapada en la vermutería-gastrobar que Tramendu tiene a dos minutos de la brasería (Passatge d’Andalusia, 8), con una tortilla y unas anchoas preparadas a mano que todavía gritan mi nombre.  


5. Puente sano

Marea verde 

Lo fácil sería entregarse a la proteína animal y las frituras más groseras. Pero tener fiesta no tiene por qué estar reñido con comer sano. Y ahí entra Virens (Gran Via de les Corts Catalanes, 619) y su apuesta por la cocina de autor con “productos naturales, vegetales y fúngicos” siempre en primer plano, nunca en la retaguardia.

Aunque no es vegetariano (hay platos con carne y pescado), Virens piensa en verde y lo hace armado con material ecológico, de proximidad. Rodrigo La Calle y su equipo han encontrado una fórmula con sello propio que recomiendo disfrutar en sus diferentes menús degustación, tan sujetos al producto y al momento, que no sabes lo que vas a comer hasta que te sientas a la mesa. Los precios van de los 60 a los 95 euros sin maridaje. Por cierto, diles que te dejen brindar con el cava de apio de la casa


6. Sushi night

Perdidos en Tokio

Nada como una noche de sushi con tu gente para hacer más llevadero este puente en BCN. En Akashi Gallery (Rosselló, 197) estaréis tranquilos y dispondréis de un espacio perfecto para la conversación relajada. Son las ventajas de ser uno de los mejores restaurantes de sushi de Barcelona que nunca salen en las listas.

Akashi Gallery es cocina japonesa sin tonterías, con una colección de nigiris y uramakis de altísimo nivel, un donburi de anguila que te vuelve majara, y una lista de tapas y platillos japoneses muy bien hechos. Pequeño, íntimo, bonito y nipón de verdad. Sssh, no se lo digas a nadie. 


7. Salida con los críos

Esos locos bajitos

Te has quedado en Barcelona con tus hijos, y tú hermano también, y mañana quedaréis todos con él y tus sobrinos, y aquello será un sindiós, y hay que buscar algún sitio para comer. Primera opción: Ribs (Doctor Fleming, 10). Sí es una cadena de comida americana, no el Via Veneto, pero tiene un parque infantil que atraerá y contendrá a los cachorros, mientras los adultos devoráis costillas como posesos. Segunda opción (más eco): la terraza-jardín secreta de Alice Secret Garden (Pau Claris, 90), un rincón verde inspirado en Alicia en el País de las Maravillas, para que los niños quemen todo el azúcar que les habrán proporcionado los pasteles de la casa.  


8. Vacaciones en el mar

Olas de placer

Que nadie te prive de acercarte a la playa y regalarte un homenaje con vistas. Puedes ir en dirección al Reial Club Naútic de BCN y aposentarte en Fiske Bar (Passeig d’Ítaca, 3): tapas y platos elaborados de cocina local e internacional, con pastas, pescados, carnes y arroces de entidad, e incluso un surtido de nigiris muy recomendable. Con vistas al mar, claro.

Si decides ir en dirección al W Barcelona, podrás regalarte los ceviches y piscos del lujoso Coya (Plaza Rosa dels vents, 1): cocina peruana con glamour y magníficas imágenes del Gran Azul desde su exterior. Mascarás el Mediterráneo. 

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