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Los mejores restaurantes de Barcelona donde compartir platillos y vinos naturales

Cada vez hay más locales que dan la misma importancia a la copa que al plato: se impone la cocina honesta con arsenal de vinos naturales

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Platillos y vinos en Palo Verde.

Platillos y vinos en Palo Verde. / Instagram

Òscar Broc

Òscar Broc

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Platillos para compartir y vinos naturales. Juntar ambos factores suele desatar oleadas de euforia en la mente de la canallesca. Risas con la cuchipandi. Guerra de tenedores para coger el último calamar. Tragos casuales que se alargan hasta altas horas de la noche. Conocidos que se convierten en amigos para siempre, you will always be my friend. En Barcelona cada vez tenemos más espacios que le dan la misma importancia a la copa que al plato. Bares, vinaterías, restaurantes, bar a vins, llamadlos como queráis, pero lo cierto es que lo han dado todo por todo un credo al que me adhiero: los vinos, siempre naturales; la cocina, siempre honesta. Definitivamente, Barcelona se está rindiendo a esta filosofía. Es su momento. 

1. Confort asiático

Tofu en Beaujolais

Sábado noche. No son ni las 21h y Mikan (Aribau, 158) es una olla a presión de conversaciones, risas y choques de copas. La buena vibra reverbera en una carta orientada al noroeste de Asia. Mikan ofrece platillos para compartir, delicias de influencia china, coreana y japonesa, cocinadas con un amor desmedido.

Sabor y honestidad son las prerrogativas de platos como la ensalada de ternera con cilantro y aceite picante, los noodles con toque de sésamo y shiitake, o el cremosísimo tofu con salsa con misterio. Una cocina que encuentra un aliado en la corta, pero exquisita lista de vinos naturales (valga la redundancia) seleccionados por la casa. Por cierto, también hay vinos a copas para curiosos, solitarios o parejas que tienen que madrugar. 


2. Slow wines

Amor de proximidad

Tiene un encanto arrebatador. Vereda Bar (Diputació, 155) se toma muy en serio lo del producto fresco de proximidad, muestra orgulloso su afiliación al movimiento slow food y me quita el sentido con un plato de judías verdes y amarillas, crujientes y sabrosas, que elijo de la pizarra de platos del día.

En carta, vuelo con unas simples zanahorias del Berguedà asadas, con reducción de su propio jugo, hinojo y pistacho. Y me relamo los bigotes con la berenjena de Girona ahumada (bautizada con crema de anacardos). En la bodega, solo vinos naturales o de mínima intervención. Me acompaña una connaisseuse y se asombra ante la calidad de las referencias. Para un neófito como yo, lo mejor es asirse a la pizarra de vinos a copas y dejar que el jefe de sala, atento, rápido, amable, se encargue de administrar la medicina. 


3. Vinos y platazos

De olla en copa

Monocrom no se anda con tonterías. Escondido en la plaza de Cardona (número 4) , donde tiene una esplendorosa terraza, este restaurante apunta directamente a los centros de placer del comensal con unos macarrones gratinados colosales, un capipota que dobla el espacio-tiempo, un bacalao con samfaina cercano a la perfección, un steak tartar que se celebra como el gol de Koeman en Wembley…, y así todo el rato.

Pero no se vayan todavía, que aún hay más, porque los más de 200 vinos naturales que Monocrom tiene en carta atraen y seducen a los más exigentes. Me cuentan, además, que tienen un almacén donde guardan y dejan reposar cientos de botellas especiales los años que sean necesarios. Uno de los sitios más fiables que conozco: no falla ni con el punto de mira trucado. 


4. Como en casa

El espíritu del vino

Es muy posible que mi primer vino natural me lo diera a probar Camila Espinoza, la sumiller y propietaria de Pepa Bar à Vins (Aribau, 41). La vinoteca que ha ido construyendo en su garito es una de las más excitantes de Barcelona. “Vinos sin etiquetas. Vino rico, con una historia detrás, con una filosofía que nos parezca atractiva y sexy”, asegura Camila. El Pepa se convierte en familia con suma facilidad. Te masajea el alma con una filosofía que tiene la celebración de la vida como prioridad.

Camila se encarga de la sala y de las 130 referencias de una carta que cambia. La cocinera Ona Liarte, alicata platillos para compartir con producto honesto, sin excesiva intervención, y sobrantes de amor: ensaladilla rusa, steak tartar con manzana y salsa yakiniku, tortilla de cochinita pibil… Te costará despegar las nalgas de la silla. 


5. Copas en Sant Antoni

Vinos funkies

A pesar de su juventud, ya es una referencia ineludible para los bon vivants en el barrio de Sant Antoni. En la carta de Bandini’s (Manso, 42), platillos estacionales reconfortantes, con base mediterránea, e influencias variadas. Me deja muy tocado el labneh con coliflor, menta y salsa chipotle: esa coliflor, crujiente; el picante en mi lengua; el labneh, refrescante. Remato con una pasta otoñal: pici con setas, pimienta y parmesano; menos es más.

La extensa carta de vinos naturales (dominan los pequeños productores) es una carrera de fondo para tipos como yo, así que me encomiendo a los vinos a copas de la pizarra y a la intuición de la sumiller. Al primer sorbo, me percato de lo acertado de la decisión. 


6. Tour de Francia

Alma letal

Si eres fan de los sonidos ASMR o tu cita habla en susurros, te has equivocado de lugar. En hora punta, L’Ànima del Vi (Vigatans, 8) se convierte en un camarote abarrotado, jolgorioso, estruendoso. He aquí una taberna francesa que rcelebra los placeres de la vida con el corsé desabrochado, mientras vuelan platos como la rillette de oca, el paté de campaña, los embutidos o el surtido de quesos.

La casa de Benoît Valée apostó por los vinos naturales franceses cuando pocos se atrevían. Años después, . L’Ànima del Vi sigue siendo el bar à vins de referencia al que van los sumilleres. Ármate de paciencia: no es fácil encontrar mesa.  


7. Brasas y taninos

Bodega infinita

El magnífico Palo Verde (Còrsega, 232) no sale en listas ni en vídeos de TikTok. Mejor. La brasa es aquí lo que el monolito en 2001 'Odisea en el Espacio': importante. En este proyecto del diseñador Andrés Bluth y el cocinero Ludwig Amiable se estilan platillos con producto de calidad, sometido casi siempre al calor y efluvios del fuego: escalivada de pimiento rojo, oreja de cerdo con vinagreta de mostaza, maitake con ñoquis al limón, magret de pato, tostada con mejillones y suquet…

Cocina con alma, fondo y sabor, y un arsenal de vinos naturales que pega duro: unas 280 referencias a tu disposición. Prohibido beber agua


8. Buon vino

Sin sulfitos

Su especialidad son los vinos naturales: italianos, catalanes y de otras partes del mundo. Todos seleccionados por la sumiller Anna Pla. 'Spoiler': los pequeños productores son su predilección. Deja que te aconsejen las referencias más adecuadas para los platillos que has pedido. Unos platillos 'slow food' con toques italianos y producto de proximidad que Nicola Drago llena de vida desde la pequeña cocina de Contracorrent (Ribes, 35).

Su ensaladilla de pollo a l’ast es un clásico de Barcelona. Y la carta cambiante, siempre sujeta al producto de temporada, está diseñada para compartir y confraternizar. Caballa ahumada, brandada con ceps, steak tartar y, en la bodega, más de 250 referencias de vinos naturales, para que no os falte de ná. 

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