Toma pan y moja

Esta heladería de Barcelona sirve un helado para perros: 'dog gelato'

En breve veremos a más de un humano ladrando por la calle para que su mascota le dé un poco de gelato perruno. Este es mejor que muchos helados para humanos

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barcelona/2023-08-17-The-Yards-Dog-Shoot-Teodora-Andrisan-12.jpg / Teodora Andrisan

Òscar Broc

Òscar Broc

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Comprar un helado en compañía de tu perro puede ser un calvario. El chucho, que de tonto no tiene un bigote, hará todo lo que esté en sus patitas para darle un lametón a ese cucurucho de dos bolas que blandes y acercas a tu pechera como si fuera el micrófono de Julio Iglesias. Tienes dos opciones: hacerte el duro y dejar al cánido de vacío (aunque te rompas por dentro), o claudicar y concederle el capricho. Ambas no están exentas de un incómodo sentimiento de culpa: o eres un tipo sin corazón o eres un evenenador de perros. Lo que está claro es que, hagas lo hagas, no saldrás indemne.

Afortunadamente, la heladería italiana Badiani (Rosselló, 232) ha decidido acabar con este tormento. La solución es el Dog Gelato, un helado para perros diseñado para que tu mascota lo consuma alegremente sin sufrir una indigestión. Se trata de un producto con niveles residuales de lactosa e ingredientes ‘pet friendly’ (fructosa, en lugar de azúcar). Por 3 euros la tarrina, tu fiel amig@ podrá comerse un helado que no dañará su salud, y tú podrás consumir tu ración de helado para humanos sin verle brincar, aullar o poner ojitos de lástima cada 5 segundos.  

Mascotas felices

Los helados para perros no son ninguna novedad, no obstante, la iniciativa de Badiani es un paso adelante cara al público, una apuesta por la comodidad tanto de las personas como de los chuchos, pues elimina el chantaje emocional y mala conciencia de la ecuación. Y lo mejor es que el Dog Gelato también es apto para el consumo humano. Es más, he ido a Badiani a probar el manjar canino y confieso no solo que está rico, sino que me he topado con helados para personas mucho peores. Parece que el futuro ya está aquí. Un futuro delirante en el que veremos a más de un humano saltando y ladrando por la calle para que su mascota le dé un poco de gelato perruno. 

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