La piedra seca en los paisajes catalanes: del patrimonio histórico a la sostenibilidad del futuro

Catalunya es una tierra rica en paisajes naturales, nutrida e influenciada por el clima mediterráneo, ofrece una de las orografías más diversas de Europa. Así lo demuestra el último catálogo de paisaje elaborado por el Observatori de Paisatge de Catalunya, que recoge un total de 134 paisajes en todo el territorio catalán, la mayoría de ellos con una misma seña identitaria: la piedra seca.

Esta técnica milenaria y universal -que consiste en aparejar piedras de manera curada y artesanal, sin ningún material de unión- es capaz de levantar construcciones de tipología, dimensiones y usos variados, mayoritariamente dedicadas a la agricultura, ganadería y abastecimiento de agua.

Durante siglos, el arte de la piedra seca permitió a nuestros antepasados domesticar la naturaleza y crecer económicamente, y hoy, aquellas edificaciones que han sobrevivido al paso del tiempo, son el testimonio de las formas de vida del pasado: un legado cultural, histórico y social.

Tanto es así que esta forma de construcción -cuyos conocimientos técnicos se han difundido generación tras generación por gente anónima y rural- es considerado, desde 2018, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Un reconocimiento que ha permitido acercar a la ciudadanía al arte de la piedra seca, tan importante en el modelaje de los paisajes que hoy conocemos en Catalunya y en el Mediterráneo.

Para seguir dando a conocer este elemento estructurador del paisajismo catalán, el Palau Robert acoge hasta el 2 de junio de 2024 y de forma gratuita la exposición 'Dues pedres. Paisatges persistents', una muestra de la riqueza y la diversidad de los paisajes catalanes formados por piedra seca. Esta iniciativa de la Direcció General de Difusió, cuenta con la colaboración de la Direcció General Popular i Associacionisme Cultural y está producida por el Observatori del Paisatge de Catalunya.

"Las construcciones de piedra seca son más que una muestra del pasado o una reliquia folclórica, son una seña de persistencia y mantenimiento de los que nos identifica como territorio", señaló Ester Capella, consellera de Territori, en la inauguración de la exposición del Palau Robert el pasado miércoles.

Capella subrayó la importancia de proteger y promocionar nuestro legado paisajístico: "Es imposible hacer políticas territoriales sin tener en cuenta el paisaje, porque el paisaje es patrimonio" y, en ese sentido, consideró el arte de la piedra seca como "una técnica del pasado, presente y futuro" que ha servido para levantar construcciones respetuosas con su entorno "y sin coste ambiental".

Una técnica sostenible

La técnica de la piedra seca es un ejemplo de construcción sostenible que cobra todavía más importancia hoy, frente al desafío ambiental del mundo actual. La piedra es un material natural de origen mineral, inorgánico, no contaminante y reutilizable. Es, además, un recurso limpio, local y perdurable, que no sufre transformaciones industriales y que, en sí, es inagotable.

Pere Sala, director del Observatori del Paisaje y co-comisionaro de la exposición, juntamente con Jordi Grau, Joan Reguant y Joan Nogué, reconoció la labor de todos los hombres y todas las mujeres anónimas del mundo rural que "dedicaron esfuerzos para levantar miles de construcciones y estructuras de piedra seca, con un conocimiento excelente de la topografía de sus tierras" en Catalunya.

"Es mágico constatar todo lo que se puede hacer con tan poco", apuntó Sala sobre la técnica constructiva de la piedra seca, cuyo único recurso necesario es la propia piedra: "Es así de sencillo y así de complicado a la vez", remarcó.

La exposición es un recorrido por el mundo rural catalán, con paisajes vertebrados por la piedra seca que van desde el Altiplà de la Terra Alta hasta la Plana del Baix Ebre, y cuyo objetivo es "demostrar la vigencia y modernidad de la piedra seca en el mundo rural", en palabras de Eva Pomares, directora general de Difusió.

La exhibición cuenta, además, con un trabajo audiovisual extraordinario de la mano de Mercedes Álvarez, directora del video documental proyectado en la sala, la fotógrafa de la muestra, Sara Boldú, la museografía de Queralt Suau y el diseño gráfico de Opisso Studio.