ELECCIONES EN CATALUNYA

El PSOE vuelve a rebatir a Aragonès tras intervenir en el Senado: “Ni hay ni habrá referéndum”

La financiación singular de Catalunya es otra de las cuestiones a las que se oponen desde el Gobierno, limitando cualquier posibilidad de negociación al marco multilateral

Pere Aragonès durante la Comisión General de Comunidades Autónomas donde se debate sobre la Ley de Amnistía en el Senado.

Pere Aragonès durante la Comisión General de Comunidades Autónomas donde se debate sobre la Ley de Amnistía en el Senado. / JOSÉ LUIS ROCA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El PSOE cierra por enésima vez la puerta a un referéndum. Sin apenas margen para digerir las palabras del president del Generalitat, Pere Aragonès, quien defendió durante su intervención esta mañana en el Senado la propuesta de una consulta pactada, los socialistas suben el tono de confrontación en el contexto preelectoral de las catalanas: “Ni hay referéndum ni lo habrá”. Así de contundente se ha mostrado la portavoz del PSOE, Esther Peña, respondiendo que “somos tajantes” en el rechazo frontal a cualquier tipo de referéndum de independencia, aún pactado y a través del artículo 92 de la Constitución.

La portavoz de los socialistas ha afeado que “estas fórmulas son divisivas” y que pertenecen al pasado. La dicotomía entre fórmulas “fracasadas” del pasado, en referencia al 'procés', y las propuestas de “futuro” para pasar página, es precisamente el eje de campaña de los socialistas en Catalunya. En esta línea, Peña ha apostado por trabajar con el candidato del PSC, Salvador Illa, “para construir un futuro mejor para España y Cataluña, sin fracturas” y enmarcado en la búsqueda de consensos mayoritarios.

Aragonès, con una argumentación que toca con la utilizada por el PP, ha defendido que es posible mover a los socialistas de rechazo, al igual que ocurrió con la amnistía. "La amnistía un día dejó de ser inconstitucional y también pasará con el referéndum, presagió. Cataluña, dijo, “no entiende de imposibles”. Si la amnistía la situó como algo inevitable, añadió que también lo serán la financiación singular y el referéndum", poniendo así sobre la mesa el otro asunto mollar de su agenda.

La financiación singular es otra de las cuestiones a las que se oponen desde el Gobierno, limitando cualquier posibilidad de negociación al marco multilateral de la reforma del sistema de financiación autonómica. Un ‘café para todos’ que esquivan los independentistas reclamando una solución bilateral.

El president de la Generalitat, en el marco de la Comisión General de las Comunidades Autónomas del Senado para debatir sobre la amnistía, buscó el choque directo con los populares. En la sesión, a la que no acudió ningún presidente regional del PSOE ni tampoco miembros del Gobierno, acusó a los populares cometer "disparates" sobre Catalunya y los catalanes como que la amnistía era "la traición a todo un país.

La competición propia del contexto preelectoral de las catalanas está llevando además al Gobierno a cerrar algunas puertas a la agenda independentista que tanto ERC como Junts pretenden desplegar tras aprobarse la amnistía. Ni negociación sobre la “financiación singular” de Cataluña fuera del marco multilateral ni, mucho menos, sobre un referéndum pactado. Sin embargo, la negociación sobre la financiación y el “reconocimiento nacional” está recogida en el pacto de investidura de Junts, mientras que en el de ERC se incluye la negociación sobre el “futuro político de Catalunya” para que pueda ser “refrendado por el pueblo catalán”. Algo que ha recordado Aragonès.

La gobernabilidad tras las catalanas

Tras las catalanas, Sánchez deberá abordar ya la negociación de los próximos Presupuestos, piedra angular de la legislatura tras gastar el comodín de prorrogar las actuales cuentas públicas. A la espera de la gobernabilidad tras estos comicios, está por determinar si los socios de investidura mantienen sus incentivos para seguir pactando con el Ejecutivo en el Congreso.

Por el momento, el Ejecutivo no solo a aparcar la relación con sus socios de investidura y actores imprescindibles para la gobernabilidad, sino que acota el margen para pactar tras los comicios del 12 de mayo, tanto en el Congreso como en el Parlament. En Moncloa confían en que las catalanas no sean un punto de inflexión en su relación con los independentistas, pero en privado algunos ministros señalan sus temores sobre lo que deciden hacer los posconvergentes si no forman parte del próximo Govern. Esto es, si se ven tentados a retomar su estrategia rupturista de antes de la investidura.