Presupuestos catalanes

El Govern calcula que dejaría de ingresar 1.200 millones con las rebajas fiscales de Junts

Albert Batet defiende sus medidas y considera que el impuesto de Sucesiones es "injusto"

Aragonès descarta paralizar el Hard Rock y complica el apoyo de los Comuns a las cuentas

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El líder de Junts en el Parlament, Albert Batet, este miércoles.

El líder de Junts en el Parlament, Albert Batet, este miércoles. / Mariona Puig / Acn

Quim Bertomeu

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Junts presentó la semana pasada al Govern sus propuestas para negociar los presupuestos catalanes de este año y de entre ellas destacaban algunas rebajas fiscales, como por ejemplo la práctica supresión del Impuesto de Sucesiones. Pasados unos días, el ejecutivo catalán ha estudiado estas propuestas y advierte de que le significarían una merma en la recaudación de 1.212 millones de euros. Es por esto que reclama a Junts que diga cómo equilibraría las cuentas una vez restado el importe de la reducción fiscal.

En un documento interno de la Generalitat al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, el Govern desglosa una a una las partidas de reducciones de ingresos. Una de las de mayor impacto sería los 358 millones que se dejarían de ingresar por la reforma en las Sucesiones que plantea Junts. Pero aún habría una medida con más impacto para las arcas públicas: los 372 millones que dejaría de disponer la Generalitat por la deducción del 15% del IRPF por el pago de cuotas a gimnasios y otras instalaciones deportivas y también en seguros médicos.

La lista que ha elaborado el Govern sobre el impacto de las propuestas de Junts aún es más larga. Se fija en 138 millones el coste que tendría la rebaja del tramo autonómico del IRPF del 10,5% al 9,5% a las rentas más bajas; en 167 millones la deflactación de un 5% de todos los tramos del IRPF para combatir la inflación y en 170 millones el incremento del 7,5% de los mínimos personales. Finalmente, también se calcula en 80 millones los cambios en el impuesto transmisiones patrimoniales; en 8 millones las deducciones del 'Lloguer jove' y en 58 millones el aumento de las deducciones por donaciones a fundaciones y asociaciones.

En el trasfondo de esta cuestión está la batalla por ganar el relato ante la opinión pública. Por un lado está Junts, que desde la oposición plantea rebajas fiscales jugosas a ojos de los ciudadanos. Por el otro lado está ERC, que desde el Govern reclama que se tenga la responsabilidad de decir cómo se compensarían estos recursos que se dejarían de ingresar. O dicho de otro modo, reclaman saber en qué partidas los posconvergentes pasarían la tijera para equilibrar estos 1.212 millones. Bajar impuestos puede ser popular, pero pasar la tijera, ya no.

"Brindis al sol"

Que el Govern se toma en serio esta batalla lo ha demostrado el propio president de la Generalitat, Pere Aragonès, que este miércoles ha sacado el tema durante la sesión de control al Govern que se ha celebrado en el Parlament. Así, dirigiéndose a la bancada posconvergente, les ha lanzado un desafío: "Díganme de donde restan estos 1.200 millones y entonces hablaremos en serio. Si no, es un brindis al sol para quedar bien y no asumir responsabilidades". Aragonès avisa de que, para seguir negociando con Junts, quiere una respuesta.

El president de la Generalitat Pere Aragonès este miércoles en el Parlament.

El president de la Generalitat Pere Aragonès este miércoles en el Parlament. / Mariona Puig / Acn

El líder parlamentario de Junts, Albert Batet, también ha abordado este asunto para defender su programa de medidas y denunciar que el impuesto de Sucesiones es "un impuesto injusto". Además, ha recriminado al president falta de claridad en sus propuestas económicas y fiscales, como por ejemplo sobre el futuro del casino de Hard Rock. "Su Govern necesita un acuerdo de claridad sobre qué hacer", ha ironizado.

Nueva reunión

Las dos partes volverán a reunirse este jueves para analizar si es posible un pacto presupuestario. Aunque nadie tiene incentivos para levantarse de la mesa por el desgaste que le supondría, el acuerdo está cada día más lejos. Aragonès le pasa lo mismo con la CUP: tampoco da las conversaciones por rotas, pero esta alianza se presenta cada vez más difícil confirmando de nuevo que la mayoría independentista que arrojaron las elecciones de hace tres años ya es historia.

Desde hace semanas, el Govern ha enfocado la negociación hacia el PSC y los Comuns porque los ve cómo los únicos realmente predispuestos a avalar las cuentas. Con los socialistas las conversaciones están más avanzadas, mientras que con los Comuns, el panorama es más sombrío por el desacuerdo sobre el Hard Rock.

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