Debate parlamentario

La Mesa del Parlament ve alterada su mayoría al no poder delegar el voto dos diputados de baja

El Parlament revisará el protocolo contra el acoso tras las denuncias en Junts

El informe del 'caso Casol' descarta el acoso, pero ve "machismo" y "aislamiento habitual" dentro de Junts

El Parlament empieza la reforma del reglamento con múltiples asuntos pendientes y un resultado incierto

La presidenta del Parlament, Anna Erra, en una sesión plenaria

La presidenta del Parlament, Anna Erra, en una sesión plenaria / Toni Albir / EFE

Carlota Camps

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Desde hace casi dos meses, la Mesa del Parlament tiene solo cinco sillas ocupadas, de las siete otorgadas. El motivo son las bajas médicas de dos diputados: la de Aurora Madaula -que tiene un conflicto abierto con las filas de Junts tras denunciar acoso- y la de Ruben Wagensberg. Unas bajas que alteran las mayorías del órgano rector de la institución debido a la imposibilidad de delegar el voto. La consecuencia política de ello es que, actualmente, el PSC tiene mayoría en el órgano rector, al contar con dos votos. En cambio, ERC y Junts, que en el reparto inicial consiguieron dos representantes, ahora se han quedado temporalmente con un solo voto cada uno, al mismo nivel que el único miembro de la CUP.

El reglamento del Parlament contempla que los diputados puedan delegar el voto en las sesiones plenarias y en casos debidamente acreditados -baja por maternidad o paternidad, hospitalización, enfermedad grave o incapacidad perlongada-, pero no hay ninguna consideración sobre qué sucede con las ausencias en las reuniones de la Mesa. Es más, el artículo 42.2 de la normativa parlamentaria solo contempla que, en caso de empate por ausencia de un miembro, la presidencia tiene un voto de "calidad" para desempatar. En ningún caso se contempla delegar el voto o mantener las mayorías, y tampoco hay previsión de introducir este cambio en la reforma del reglamento actualmente en trámite. "Quién está vota y quién no está, no vota", resumen fuentes parlamentarias.

Pese a esto, los partidos implicados explican que, actualmente, las bajas no están perjudicando el día a día del Parlament, ya que la tensión en el órgano es menor que en otras épocas. A diferencia de etapas anteriores, en pleno apogeo del 'procés', el pulso en las reuniones mensuales entre fuerzas políticas era una constante, habitualmente por decisiones a tomar a la hora de recibir querellas, pero actualmente estas citas son mucho más "plácidas" y la mayoría de los acuerdos se toma por consenso. Sin embargo, fuentes de la institución reconocen que la situación provocada por estas dos bajas es anómala y que podría tener afectaciones en caso de que llegara algún tema sensible, a pesar de que la mayoría independentista se mantiene por la suma de ERC, Junts y CUP, por mucho que el PSC, como partido, tenga más representación.

La elección de la Mesa

Pero, ¿por qué no se puede delegar el voto? "Es un órgano en el que no estamos en representación de los grupos correspondientes, sino que somos elegidos por el pleno individualmente", argumenta uno de sus miembros. El sistema es el siguiente. En la primera sesión plenaria, una vez celebradas las elecciones, los partidos proponen a sus candidatos a presidir la Mesa, así como sus vicepresidencias y secretarías, que deberán tener el aval del pleno.

Para la elección del presidente hace falta mayoría absoluta y, si no se alcanza, sale elegido el postulante más votado de entre los dos que hayan recibido más apoyos. Después, en una votación diferenciada y siempre con urna y papeleta, se escogen los dos vicepresidentes y los cuatro secretarios. En la gran mayoría de las ocasiones, los grupos acostumbran a pactar antes el reparto de los cargos para asegurarse el intercambio de apoyos. Pero, aunque sea así, se trata de un cargo a título personal, que no pertenece directamente al partido, igual que ocurre con el acta de diputado. Algo de lo que se ha quejado la presidenta del Parlament, Anna Erra, que invitó a dimitir, sin éxito, a Madaula para poder ser relevada por alguien de su confianza.

Hay un mecanismo, a través del artículo 180 del reglamento del Parlament, que contempla una posible revocación del cargo. Sin embargo, es muy difícil de hacer prosperar y ni siquiera se intentó aplicar con el caso de Laura Borràs, a pesar de que la mayoría de diputados de la Cámara estaban de acuerdo en relevarla y acabar con la interinidad parlamentaria que provocó su suspensión. Solo se puede activar si lo firman tres grupos parlamentarios que representen, al menos, un tercio de la Cámara. Además, se tiene que acompañar de una justificación y, para retirarle el cargo definitivamente, la votación tiene que contar con una mayoría de votos en el pleno.

Reforma del reglamento

En estos momentos, la actual reforma del reglamento del Parlament tiene encima de la mesa varias posibilidades para cambiar esta situación. Justamente, fue el caso Borràs el que motivó inicialmente una propuesta del PSC para incluir en el reglamento la posibilidad de cesar a cualquier miembro de la Mesa, incluida la presidencia. En su apuesta inicial planteaban que bastara con la mayoría absoluta, pero, tras recibir diversas críticas, aumentaron el requisito hasta "tres quintas partes" del hemiciclo (81 diputados). También Ciutadans y los Comuns han hecho propuestas en este sentido. En cambio, ningún partido ha planteado la posibilidad de delegar el voto en este órgano, a pesar de ampliar los supuestos en los que se permite encomendar el posicionamiento en el pleno.

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