EN ENERO SE RETOMA LA NEGOCIACIÓN

Adrián Vázquez, el alfil de Ciudadanos que gana peso por la supervisión europea del CGPJ

El eurodiputado, muy cercano al comisario Reynders y con amplia trayectoria en Bruselas, despierta interés en las filas populares y gana protagonismo a escasos seis meses de las elecciones europeas y en un momento clave para España: la Comisión Europea formará parte de la negociación del CGPJ a partir de enero

El eurodiputado y secretario general de Ciudadanos, Adrián Vázquez.

El eurodiputado y secretario general de Ciudadanos, Adrián Vázquez. / José Luis Roca

Paloma Esteban

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A seis meses de las elecciones europeas y cuando Bruselas va a entrar de lleno en la negociación entre PP y PSOE para renovar el Consejo General del Poder Judicial —una propuesta de Alberto Núñez Feijóo que el presidente del Gobierno aceptó en su última reunión— hay un nombre que sobrevuela las filas populares, el del eurodiputado Adrián Vázquez, secretario general de Ciudadanos y una de las referencias dentro del grupo de los liberales en el Parlamento Europeo.

Tras muchas idas y venidas y con varias rupturas de puentes, quizá la más sonada la de otoño de 2022, populares y socialistas retomarán en enero las conversaciones para intentar actualizar, por fin, el órgano de gobierno de los jueces, caducado desde hace cinco años. No es un asunto desconocido en Europa. Más bien, al contrario. Bruselas lleva tiempo lanzando serias advertencias al respecto de la mano, especialmente, del comisario de Justicia, Didier Reynders. El dirigente europeo forma parte de ‘Renew’, igual que Vázquez, y entre ambos existe una interlocución constante que no se da en ningún caso con PP y PSOE a ese nivel. El mensaje europeo hasta ahora es claro: la prioridad es renovar y avanzar en un nuevo sistema de elección de los vocales en el que los jueces elijan directamente a los jueces.

La propuesta de Feijóo para que la Comisión Europea supervise las conversaciones con el PSOE tenía varios objetivos y algunos riesgos. Entre los primeros estaba cambiar el marco del debate, que en los últimos meses estaba dejando al PP como el actor que bloqueaba el acuerdo. También el convencimiento de que la única posibilidad para pactar con el Gobierno pasa por que Bruselas se involucre después de muchos intentos en los que Moncloa se niega a una nueva ley para cambiar el modelo de elección. 

El dirigente gallego dio este paso al frente asumiendo el riesgo de aceptar que los dos partidos necesitan una mediación. En el PP insisten en hablar de supervisor y no de mediador, sin aceptar comparaciones con otros casos como el del Gobierno y los independentistas, porque la Unión Europea no es un organismo internacional ajeno, recalcan, sino una institución de la que España forma parte y que, además, tiene la capacidad de sancionar a los Estados miembros si vulneran el Estado de Derecho. En este caso, la independencia judicial es lo que se somete a examen.

Cada vez que Reynders o la vicepresidenta responsable de Valores y Transparencia, Věra Jourová, se han pronunciado sobre la situación en España las lecturas han sido dispares. Y ante esta situación y el deterioro en el funcionamiento de la Justicia, el PP apuesta por implicarlos de lleno y que realmente supervisen las conversaciones. “El Gobierno nos ha engañado muchas veces, veamos si también engañan a la Comisión”, reflexionan en Génova.

Está por ver qué dirigente comunitario se pondrá al frente de la supervisión o si se conforma un equipo de trabajo con más personas. En todo caso, Adrián Vázquez, actual líder de Ciudadanos, también lleva tiempo ejerciendo presión en Bruselas para defender la separación de poderes y se ha ido constituyendo como una de las voces que más alertan en la arena europea de los pactos de Sánchez con los independentistas en los últimos tiempos.

El valor que tiene Vázquez, reconocen en las filas populares, es que no hay tantos dirigentes españoles con un perfil como el suyo, diez años en Bruselas y que esté dentro de una de las salas de máquinas más importantes de la capital comunitaria. Su relación con Reynders y con otros comisarios en un momento crucial para España en Europa hace que tenga mucho más peso político del esperado. Y en vísperas de unas elecciones cruciales que el PP planteará como un plebiscito contra Sánchez, el interés en la figura del dirigente liberal se ha disparado.

La interlocución entre Vázquez y los dirigentes populares con experiencia en Bruselas es constante. Ya la tenía con Esteban González Pons (la sigue manteniendo) y después con Dolors Montserrat, aunque no solo. La cuestión es que su cercanía al comisario de Justicia y su experiencia europea, sumada a las batallas que ya dieron en su partido contra Carles Puigdemonten el pasado, han vuelto a situar su nombre en la primera línea.

¿Juntos en las europeas?

Distintos dirigentes del PP del más alto nivel confirman este extremo, aunque dejan en el aire el nivel de colaboración que podrían llegar a tener más adelante. Los populares necesitan una amplia victoria sobre el PSOE en las europeas. Ese es el mandato de Feijóo para su formación. Contar con perfiles como el de Vázquez está encima de la mesa, pero el problema, como en las anteriores citas electorales, vuelve a estar entre las siglas. El PP no ha sido partidario de contar con Ciudadanos en su conjunto. El partido naranja, que renunció a presentarse a las últimas elecciones generales, sigue defendiendo su espacio propio mirando al centro.

De hecho, hasta ahora en el PP se han negado a aceptar la marca naranja en su conjunto, poniendo el foco “en las personas” que sumarían de forma individual. No es el planteamiento que Ciudadanos ha aceptado hasta el momento. Para las europeas, sin embargo, se podría idear un espacio de centroderecha y liberal mucho más amplio, también mirando a la necesaria presencia de españoles en las distintas familias que se conforman en Europa. Seguir teniendo representación en ‘Renew’ puede ser clave para los populares en distintos momentos.

Está por ver el desenlace de la supervisión para el CGPJ. Distintas fuentes consultadas por este diario coinciden en que para la Comisión sería “un logro” apuntarse el tanto de haber desencallado este bloqueo en España, ahora que vienen seis meses por delante difíciles y con una campaña electoral de por medio. “Sería ponerse una medalla entre tantos marrones que van a tener en este tiempo”, asegura un dirigente con experiencia.

Tanto en el PP como en Moncloa vienen reconociendo estos días que puede ser la última oportunidad para un acuerdo. Ambos tendrán más presión sentados en una mesa con los representantes europeos. Lo que también ha dejado claro el Gobierno es que la renovación ya no puede ser algo opcional. Feijóo aseguró en su rueda de prensa tras verse con Sánchez que tenía el compromiso del presidente de que no rebajaría las mayorías necesarias para renovar el órgano y que tampoco quitaría al Senado su cuota propia. Pero la desconfianza sigue imperando entre los dos grandes partidos.