Militar de Zaragoza

Jubilada precozmente tras denunciar acoso sexista: una capitana lleva a Defensa al Constitucional

Lourdes Cebollero fue jubilada de manera precoz tras denunciar un acoso sexista

La aragonesa cuenta que también fue víctima de revelación de datos personales

Lourdes Cebollero

Lourdes Cebollero

Arturo Pola

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Lo que al principio a la zaragozana Lourdes Cebollero, una capitana del Ejército de Tierra Español, le pareció "un descuido" y una "nimiedad" se ha terminado convirtiendo en un caso de acoso y de revelación de datos en el que está implicada hasta la ministra de Defensa, Margarita Robles y que va a acabar en el Tribunal Constitucional. "No es por mí, yo ya no voy a ganar nada con esto. Es una cuestión de dar ejemplo y sentar un precedente para las que vengan detrás", recalca Cebollero, a la que el conflicto en el que se vio envuelta sin quererlo le ha conllevado una jubilación prematura.

Todo comenzó en el año 2017, cuando la capitana aragonesa advirtió que el vestuario de mujeres del acuartelamiento San Fernando, en Zaragoza, servía a militares hombres como aparcamiento de sus bicicletas, lo que, lógicamente, acabó provocando situaciones incómodas. "Un día, cuando salía de la ducha, me encuentro a un señor de la delegación de defensa", recuerda. A continuación, lo que parecía una queja lo más apropiada, se encontró actitudes déspotas y maleducadas.

"Me parecía una tontería meterme en líos de denuncias porque no había sido tan grave, pero el comportamiento de mis superiores y la obligación de denunciar que consta en nuestro régimen interno me obligó a ello", explica la zaragozana. Entonces, según palabras de Cebollero, se abrió un protocolo y una investigación interna que se cerró rápidamente y sin ningún proceso sancionador.

La acusación

Cuando todo parecía que iba a quedar en agua de borrajas, llegó una sorpresa para la militar zaragozana. "Un día me llaman del juzgado militar y me dicen que me habían acusado de varios delitos como falsa acusación, injurias y calumnias, deslealtad e insultos a un superior. Me enfrentaba a nueve años de cárcel", afirma. Lo más sorprendente para Cebollero fue la facilidad con la que sus datos fueron sacados a la luz, lo que contradice el protocolo de confidencialidad y la ley de protección de datos. "Se filtró mi nombre, mi DNI y mi número de teléfono a los implicados para que pudieran defenderse", afirma sin titubeos la zaragozana.

"Yo ya no voy a ganar nada, lo hago por las que vendrán. Es una cuestión de dar ejemplo"

El caso llegó a oídos de la misma Margarita Robles, que pidió ver a la capitana aragonesa en el año 2019. A pesar de que la ministra de Defensa le prometió a Cebollero "reforzar" la confidencialidad y tomar medidas para "mejorar la convivencia", acabó por dar su conformidad a las prácticas realizadas en las que se desveló la identidad de Lourdes. "Nada impide que dichas actuaciones puedan llevarse a cabo de manera pública, con conocimiento de quien aparece como presunto infractor", dice literalmente la resolución del caso que salió el pasado mes de mayo y que está firmada por la propia Margarita Robles.

Entre medias, la aragonesa siguió con sus labores dentro del Ejército, aunque eran constantes las miradas acusadoras y los juicios públicos a su alrededor. Coincidiendo con la llegada de la pandemia, un médico valoró su situación y el resultado fue que Cebollero fue jubilada de manera precoz por no cumplir los requisitos psicofísicos y no haberse adaptado, después de llevar más de 20 años, a la vida del Ejército. "Me llamaron tonta a la cara", recuerda la militar.

Seguir en la lucha

Esta circunstancio no frenó las ganas de sacar a la luz la verdad de la aragonesa, que desde entonces se encuentra inmersa en una batalla judicial, con varios pleitos pendientes tanto en la Audiencia Provincial de Zaragoza como en el Tribunal Constitucional. "No lo hago por mí, lo hago por las que están y las que vendrán. Yo he visto a mujeres que han sido humilladas, acosadas y tocadas por otros compañeros y no se atreven a denunciar por miedo y me niego a que cosas así sigan pasando y nadie se haga responsable", termina una aragonesa que parece que está lejos de rendirse ante una situación que le ha cambiado la vida.