¿España es de derechas y Catalunya es independentista? Datos contra mitos

La tramoya de la investidura de Pedro Sánchez ha dejado un decorado político marcado por dos potentes relatos. El primero, de los partidos de derechas, es que el PSOE ha dado el golpe definitivo a la Constitución con sus concesiones a ERC y Junts, sobre todo con la amnistía del 'procés', y que semejante tropelía justifica la tensión en la calle. El segundo, de los independentistas, es que la legislatura neonata será la del nuevo encaje de Catalunya, con el horizonte de algo parecido a un referéndum. Lo que une a ambos polos es el pretexto de que una mayoría social, más o menos silenciosa, sostiene ambas hojas de ruta. Pero las encuestas, donde mejor se reflejan la España y la Catalunya que quieren la mayoría, demuestran que las percepciones de la ciudadanía encierran muchos más matices que el blanco o negro.

El último barómetro del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) de la Generalitat, publicado este mes, reproducía el apoyo de tres de cada cuatro catalanes (73%) a la celebración de un referéndum, un porcentaje que se mantuvo bastante estable durante el 'procés'. Incluso el 53% de los contrarios a la independencia defienden la posibilidad de votar, frente a un 38% que rechaza toda consulta. Pero el sondeo también preguntó de varias maneras hasta qué punto los entrevistados se sienten catalanes y españoles. Aunque la identidad catalana concita más adhesiones, la española mantiene el tirón. Por ejemplo, dos de cada tres catalanes se consideran españoles (67%), algo más de la mitad se sienten "muy vinculados" a España (53%) o creen que ser español "es una parte importante" de su identidad (51%). Las mismas preguntas sobre la identidad catalana disparan los porcentajes por encima del 80%.

Las percepciones por franjas de edad confirman la tendencia creciente de que las generaciones más jóvenes sienten menos atracción por el independentismo que en épocas anteriores. Aunque el sentimiento de pertenencia catalán es muy mayoritario en todos los sectores, la dimensión emocional es más intensa en las franjas de más edad. Entre la gente mayor es mucho más frecuente sentirse insultado cuando se critica a Catalunya, o sentir que ser catalán es una parte muy importante de la propia identidad. En general, la vinculación emocional con España no es tan mayoritaria como la catalana, sí que es más frecuente entre la gente de más edad sentir esta pertenencia como uno elemento importante de la propia identidad.

Más allá de esta fotografía actual sobre la identidad de los catalanes, desde 2006 se ha dado una realidad muy elocuente (y quizá chocante para algunos sectores) cuando el CEO pregunta por el sentimiento de pertenencia. Siempre en estos 17 años, incluso en las etapas más convulsas del 'procés', la respuesta mayoritaria ha sido la de 'tan catalán como español'. Actualmente se definen así el 43,7% de los entrevistados, casi 20 puntos más que quienes se consideran más catalanes que españoles (24,4%) y casi 27 puntos más que los que se declaran solo catalanes.

La diferencia más exigua se dio entre 2013 y 2014, en plenos preparativos de la consulta del 9-N, cuando el 31% se consideraba tan catalanes como españoles y el 29%, solo catalanes. A partir de entonces, la ventaja de la primera opción se fue agrandando, aunque sin llegar al récord del 47,8% que alcanzó en 2008. Esta misma semana, el Institut Català Internacional per la Pau (ICIP) ha presentado un estudio sobre convivencia y seguridad en Catalunya que concluye que el proceso independentista sigue siendo el tema que genera más polarización en la sociedad, si bien lo hace menos que en 2022 y es la última de las preocupaciones de los catalanes a nivel personal.

Pese a las manifestaciones del PP y las protestas de la extrema derecha ante la sede del PSOE, la inquietud de los españoles por el 'procés', que llegó a ser del 25% en el otoño de 2017, apenas es hoy del 1,6%, según los barómetros del CIS. Este organismo lleva desde 1984 preguntando por la organización territorial preferida por los españoles y la respuesta más citada ha sido siempre el statu quo autonómico. La sensibilidad autonomista, que alcanzó el 57,4% en 2007, ha resistido a cuatro décadas de tensiones territoriales de todo tipo, aunque se resintió notablemente a partir del 2012, con el pistoletazo de salida del 'procés'.

Entre 2011 y 2012 cayó 11 puntos, hasta el 29,4% solo cinco puntos por delante de quienes propugnaban un Gobierno central sin autonomías, opción que superó en apoyos a la que había sido la segunda preferencia hasta entonces: dar más competencias a las comunidades. Con el fracaso de la vía unilateral, las percepciones de los españoles volvieron a resituarse y la última vez que el CIS hizo esta pregunta, el 31,6% respaldaba el modelo actual, el 19,8% quería recortar autogobierno, el 18,3 prefería elevarlo y 13% defendía el centralismo. El derecho de las autonomías a independizarse solía ser siempre la quinta opción, pero ahora ha adelantado en medio punto al Estado unitario y lo apoya el 13,5%, todo un récord en 40 años.

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