La contracrónica de la investidura

El curioso caso de Herminio Sancho, mejor diputado de reparto dos investiduras seguidas

En la investidura de Feijóo, el socialista se equivocó y dio un voto positivo al líder del PP que luego rectificó; hoy recibió un huevazo en los alrededores del Congreso

Sánchez, emocionado al final del discurso, se quedó a saludar uno a uno a sus diputados como 'El Cholo'

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Herminio Sancho (en el centro, lanzando un beso), agradece el apoyo de sus compañeros al ser ovacionado tras recibir una agresión en los alrededores del Congreso de los Diputados.

Herminio Sancho (en el centro, lanzando un beso), agradece el apoyo de sus compañeros al ser ovacionado tras recibir una agresión en los alrededores del Congreso de los Diputados.

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Hoy para muchos diputados no era día de madrugones en el Congreso. A las nueve de la mañana, cuando comenzaba el discurso de la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurúa, el hemiciclo no llegaba a media entrada. Y no era por la niebla que rodeaba la Cámara. Los diputados de Vox se metieron directamente a su despacho para -como siempre- hacerle el feo a los nacionalistas [hoy no entraron hasta que salió a hablar el líder de UPN]. A muchos del PP ni se les vio por la llamada M-30 del Congreso en los primeros compases de la mañana. Hernando o González Pons, ayer de los más activos en la bancada popular, perdonaron las primeras comparecencias, donde se habló mucho de trasuntos autonómicos y de Palestina [varios diputados, entre ellos Irene Montero y Ione Belarra, llevaban una bufanda con la bandera palestina].  

Incluso la tribuna de invitados languidecía, sin nadie proclamando su pasión por la fruta ni su amor a Teresa de CalcutaBegoña Gómez, la esposa de Sánchez, repitió de rojo PSOE -hoy lucía una torera- y entre los nuevos estaba el ex ministro Salvador Illa, muy cerca del pobre Pedro Rollán, siempre más solo que la una, como le exige su cargo. Es presidente del Senado, pero parece que estuviera castigado. La mañana dejó algunos highlights, sin embargo, que igual no te llenan informativos, pero hombre, te entretienen. 

Catalán, ovacionado

En uno, Aitor Esteban amagó con un conejo en la chistera: desvelar lo que le ofreció el PP hace unos meses, lo que a más de uno puso los ojos como platos. Luego, trató, dirigiéndose a Feijóo, de repetir el éxito del “tractor de Aitor”, pero a veces las segundas partes no son buenas. Muy llamativa fue la cerrada ovación de PP y Vox a Alberto Catalán (UPN) por su oposición a Sánchez. Como era seguramente uno de los únicos aplausos que iban a dar hoy, se dejaron los restos los conservadores. Ovación fuerte y en pie y algún que otro “muy bien”. Catalán se debió sentir Roca Rey.  

Ya fuera del hemiciclo, Belarra volvió a soltar una pequeña bomba a PSOE y Sumar visto el poco casito que se hizo ayer a Montero a cuenta de su (poco probable) entrada al Gobierno. Vino a decir que el único “muro” de contención frente a la ultraderecha no era Sánchez, sino ellos. A ver si así igual rascan algo [se les acaba el margen de maniobra]. La portavoz de Junts, Míriam Nogueras, que ayer jugó al despiste con su apoyo a Sánchez, traía más escolta que Joe Biden, más para protegerle de los periodistas -alguno casi le mete la alcachofa en un ojo- que de los pocos manifestantes que había en el perímetro de la Cámara. 

Marabunta

Había pocos, pero desde luego muy violentos, ya que consiguieron impactar con un huevo en la cabeza de un diputado del PSOE, Herminio Sancho. Caprichoso el destino, Sancho fue el mismo que el día de la investidura de Feijóo le dijo sí por error al líder del PP. De las miradas reprobativas de sus compañeros entonces -ponía cara de “joder, un error lo tiene cualquiera”- pasó este jueves a recibir un aplauso unánime. Salió a dar un canutazo y todo. La marabunta periodística que se le aproximó casi atropella a Ábalos, que echaba un ‘cígar’ tan tranquilo en los diez minutos previos a la votación. “Si no llega a ser por la Policía no salimos”, explicó el diputado, al que bien le vendría que no se repitieran más investiduras, al menos en el corto plazo. Por lo que pudiera pasar. 

La votación siguió el orden previsto, con un PSOE que acabó en alto la segunda jornada de investidura, con un Patxi López haciendo de Óscar Puente y luego un Sánchez, a lo Lina Morgan, agradecido y emocionado. No hubo tránsfugas ni votos erróneos, y Sánchez fue investido presidente. Cayetana Álvarez de Toledo lo inmortalizaba con su móvil. La esposa de Sánchez lanzaba besos desde la grada y a Nadia Calviño se la vio sonreír como nunca antes. Feijóo se acercó a felicitarle con fina elegancia. Como si fuera ‘El Cholo’, el presidente del pasado y del futuro se quedó al pie de la escalera a abrazar uno a uno a sus diputados y diputadas (con Ábalos fue muy tibio), sabedor de que con una mayoría construida a jirones esta legislatura será más que nunca de “partido a partido”.