Cumbre de la UE

Europa decide en Sevilla si quiere ir a la Luna y enviar a sus astronautas al espacio

La cumbre europea convierte a la ciudad andaluza en la capital del espacio con asuntos urgentes sobre la mesa, desde decidir el futuro de la exploración a qué hacer con la basura espacial

La ministra de Ciencia en la cumbre espacial de Sevilla, con los astronautas españoles Pablo Álvarez y Sara García.

La ministra de Ciencia en la cumbre espacial de Sevilla, con los astronautas españoles Pablo Álvarez y Sara García. / EFE

Isabel Morillo

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¿Debe Europa enviar sus propias naves tripuladas al espacio? ¿Debe sumarse a la nueva carrera mundial por volver a la Luna o, en un futuro más lejano, tener misión propia a Marte? Son preguntas que se hacen los ‘popes’ del espacio en Sevilla, sede de la flamante Agencia Espacial Española, convertida esta semana en la capital europea del espacio, acogiendo la reunión de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la cita informal de los ministros europeos del ramo, dentro de la agenda de la presidencia española del Consejo de la UE. Entre los asuntos de futuro que se debatirán en la ciudad está la decisión de si Europa debe enviar o no sus propias naves tripuladas al espacio, definir hasta dónde llega su ambición y si quiere tener vuelos tripulados por cuenta propia, sin depender de terceros.

Estados Unidos, Rusia, China y muy pronto India, son los países con apacidad para realizar viajes espaciales, mientras que la Unión Europea medita qué papel quiere jugar en esta carrera y cómo ganar autonomía. La ESA defiende que Europa tiene la tecnología y estaría lista para emprender sus propios viajes pero falta el mandato político de la Comisión Europea, que hasta ahora se ha mostrado más interesada en invertir en programas que mejoren el día a día de los ciudadanos desde el espacio, volcados por ejemplo en radiografiar la tierra para ayudar a combatir el cambio climático o las catástrofes naturales. El lema de la cumbre sevillana es “Mejoramos tu vida desde el espacio”.

Tras suspender sus alianzas espaciales con Rusia por la guerra de Ucrania, Estados Unidos y el programa Artemis es la gran apuesta. Este programa capitaneado por la NASA volverá a llevar a los hombres, y a la primera mujer, a la Luna, y Europa se ha garantizado tres plazas en esa nave. Sin embargo, para algunos de los países miembros de la UE ha llegado el momento de apostar por una aventura propia, porque se tardarían aún años hasta que astronautas europeos pisen la Luna o Marte en una misión cien por cien europea. “Lo que estamos haciendo es sentar las bases para que Europa pueda enviar astronautas al espacio”, explican desde el Ministerio de Ciencia de Diana Morant, sin plazos aún ni fechas sobre la mesa.

Desde que el hombre pisó por primera vez la Luna en 1969, de la mano del programa estadounidense Apolo, ha llovido mucho pero no ha sido hasta hace pocos años cuando las grandes potencias se han empeñado de nuevo en una carrera por llegar al astro. Si en Sevilla no se impulsa esa decisión, Europa puede quedar fuera y lamentarse dentro de 20 años, advierten algunos expertos. Junto a Morant estaban los astronautas Pablo Álvarez y Sara García, los primeros en la Agencia Espacial Europea (ESA) en 30 años tras Pedro Duque, que luego fue ministro de Ciencia. Quizás ellos, de la mano de Artemis, en colaboración con EEUU, sean los primeros europeos en pisar la Luna.

Durante la semana del 6 al 10 de noviembre se celebrarán en la capital hispalense diferentes eventos europeos e internacionales, agrupados bajo la denominación de la Semana Espacial de Sevilla. Más de 40 ministros, hay también invitados países Latinoamericanos, debatirán sobre el papel del espacio en el cambio climático, qué hacer con la basura espacial, el futuro de la exploración aeroespacial o la apuesta por nuevos lanzamientos.

La ministra de Ciencia en funciones, Diana Morant, que rechazó responder preguntas de cualquier otra temática “por respeto al espacio”, defendió que "cada día cualquier persona se relaciona individualmente con más de 200 satélites". Desde que alguien se levanta y mira el tiempo o se pone el GPS para dirigirse a un lugar está mejorando su vida desde el espacio. Copernicus, Galileo y EGNOS son los programas espaciales europeos más emblemáticos.

Copernicus, conocido como “los ojos de Europa sobre la Tierra”, es el programa de observación de la Tierra más avanzado del mundo, diseñado para mirar al planeta y su medio ambiente, fue clave por ejemplo en la erupción del volcán de La Palma y es una herramienta crucial en la lucha contra el cambio climático, los incendios, la sequía y otras catástrofes naturales. Galileo es el sistema mundial de navegación por satélite propio de la UE y permite tener datos de ubicación de alta precisión sin depender de los GPS de EEUU o Rusia. Egnos, siglas en inglés de Sistema Europeo de Navegación por Complemento Geoestacionario, es una señal que mejora el rendimiento y la precisión de los sistemas de navegación por satélite como Galileo.

La cumbre abordará también qué pasa con la basura aeroespacial y el desarrollo de vehículos que puedan transportar suministros a la Estación Espacial Internacional y, en un futuro, transportar también viajeros. “En 2013 había mil satélites orbitando la tierra. Hoy hay más de 10.000 y aumentan cada semana. No podemos seguir arrojando basura en el espacio”, alertó la ministra.

Oportunidad de oro para las empresas

La cumbre sevillana es además una oportunidad de oro para la industria del sector aeroespacial, en auge en Andalucía y especialmente en la capital sevillana. El ‘Mapa del sector del espacio en Andalucía’, elaborado por la Junta, suma 196 entidades, entre grupos de investigación (97), empresas (71) y asociaciones y organismos, un 29% más que en 2018. Una industria pujante con empresas líderes como la sevillana Solar MEMS, dedicada a los sensores solares para satélites y que es en este momento líder mundial con más de 4.000 sensores en vuelo. El catedrático de la Universidad de Sevilla José Manuel Quero, CEO y cofundador de la empresa, explica que estos sensores permiten que el satélite “no sea una patata en el espacio dando vueltas”. Permiten al satélite, saber donde está el Sol, clave para orientarse hacia la luz y cargarse mediante placas solares. Quero, profesor de Ingeniería Electrónica, explica que la génesis del proyecto se remonta al año 2000, cuando la multinacional Abengoa empezó a instalar plantas solares de concentración y necesitaba un sensor para que sus placas supieran donde estaba la luz reflejada. Siete años más tarde, el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) les ofreció probar su tecnología en su satélite y el equipo de investigadores de la Universidad de Sevilla aceptó el reto, para luego montar su propia empresa.

El 'New Space', o democratización del espacio, ha permitido que las empresas privadas participen en las misiones espaciales, rompiendo el monopolio de las grandes agencias públicas dirigidas por los gobiernos y con millonarios presupuestos públicos. Ahora hay vida en el espacio más allá de la NASA y la ESA y eso se nota, mucho, en Sevilla. Cada vez lanzar un satélite es mucho más barato, se corren menos riesgos y no hay que pasar diez años probando tecnología antes de dar el paso. El PERTE aeroespacial español, defendió la ministra Morant, ha movilizado 5.000 millones de euros, “la mayor inyección de recursos nunca recibida por el sector” y ya ha “desplegado el 90% de los fondos públicos”.

Hace justo un mes, muy cerquita de la ciudad anfitriona de la semana espacial, desde las playas de Huelva, España lanzó su primer cohete europeo privado al espacio, Miura, de la ‘start up’ PLD Space. La ministra explicó que España trabaja para ser “el primer país de Europa en tener un lanzador de satélites” y desarrolla además la Constelación Atlántica de Satélites con Portugal, a la que hay otros países interesados en sumarse y que ha permitido mejorar la observación de la tierra, para mitigar el efecto de desastres naturales.

En estos momentos la industria española está liderando los proyectos LSTM por Airbus y Proba 3 por Sener y ahora va a liderar también Arrakish, LEO PNT y Draco, explican fuentes del sector. Arrakish estudia la materia oscura del Universo. LEO PNT es un sistema de navegación por satélite y tiempo preciso desde órbita baja. Draco es un proyecto para intencionalmente destruir un satélite en la atmósfera para estudiar su fragmentación y analizar los riesgos que puede suponer para el tráfico aéreo. La industria andaluza participa en estos proyectos con empresas como DHV, Solar Mems, Integrasys, Alter, Deimos, Indra, entre otras.