Contactos Junts-PSOE

Turull regresa a Bélgica para intensificar las negociaciones de investidura con el PSOE

Crece la tensión en Junts sobre el alcance real del pacto inminente con el PSOE

Puigdemont tacha de inaceptable el "uso estratégico de leyes para perjudicar a disidentes o rivales"

Oriol Junqueras: "Si el PSOE no cumple, no será un pacto de legislatura"

Carles Puigdemont, Jordi Turull y Míriam Nogueras en una imagen reciente.

Carles Puigdemont, Jordi Turull y Míriam Nogueras en una imagen reciente. / Nazaret Romero / Acn

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Todo indicaba que este fin de semana tenía que ser de trámite tanto en Junts como en el PSOE para, a partir del lunes, retomar las negociaciones de la investidura. Pero ninguna de las dos partes ha querido esperar y este domingo se han puesto manos a la obra. Las alarmas han saltado cuando ha trascendido que dos de los máximos representantes de Junts, Jordi Turull y Albert Batet, habían regresado a Bélgica.

Este viaje hay que interpretarlo como una intensificación de los contactos para ver si es posible el acuerdo. El PSOE también ha contribuido a que se haga esta lectura después de que su secretario de Organización y negociador, Santos Cerdán, haya dicho hoy mismo que ve "más cerca" la investidura de Pedro Sánchez. En definitiva, los dos actores políticos vuelven a estar sentados en la mesa.

La última semana de la negociación entre socialistas y posconvergentes ha tenido muchos altibajos. Si el lunes pasado parecía que todo se encarrilaba con la foto en Bruselas entre el propio Cerdán y el expresident Puigdemont, el viernes volvía a enfriarse de nuevo. Este fin de semana ha servido para que todo vuelva a parecer posible. Contribuyó a ello que este sábado el eurodiputado de Junts Toni Comín apelara a "la calma" porque es lo más conveniente cuando los pactos están "cerca".

Sobre la posibilidad de que el pacto con Junts sea inminente, fuentes de Ferraz se limitan a decir a EFE que siguen "hablando" y piden discreción, mientras que otras fuentes socialistas próximas a la dirección del partido aseguran que todo va "bien". Desde Junts advierten de que no tomarán una decisión hasta que lo vean claro. El exconseller Josep Rull ha avisado de que su partido solo firmará un "buen pacto".

Que se trata de un momento delicado en las conversaciones lo demuestra el hecho que tanto el PSOE como el PSC han evitado todo el fin de semana presionar públicamente a Junts. Es un claro síntoma de lo cerca que está el acuerdo, pero también de lo frágil que sería que se echara todo a perder. El líder del PSC, Salvador Illa, salió el sábado a pedir "discreción" y esquivó cualquier polémica con los posconvergentes.

Quién no ha esquivado las siempre difíciles relaciones con Junts ha sido el presidente de ERC, Oriol Junqueras. En una entrevista con EL PERIÓDICO ha acusado al partido de Carles Puigdemont de no haberse querido coordinar en ningún momento de la negociación. Ni republicanos ni posconvergentes se esconden: pese a luchar ambos por la amnistía, no han compartido información en ningún momento.

Los detractores de la amnistía

Mientras tanto, este fin de semana sí que se han dejado ver y oír los detractores de la amnistía. El primero el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que ha asegurado que no van a "pasar una" y que van a "defender a España" desde la calle, desde todas las instancias judiciales y las instituciones españolas. El presidente popular de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha anunciado que su gobierno llevará la amnistía y la condonación de la deuda a los tribunales. Ha sido la primera comunidad en anunciarlo y, probablemente, no será la última.

Con este contexto, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) celebrará este lunes un pleno extraordinario para abordar -a petición de los vocales conservadores- la amnistía del procés, una norma que aún no está registrada, a la espera de que haya acuerdo entre el PSOE y Junts. El cierre de los pactos con Junts y con el PNV (los dos únicos pendientes) determinará la fecha de investidura de Sánchez, todavía en el aire y con un plazo límite: el 27 de noviembre, día en que habría que convocar nuevas elecciones si no hubiera acuerdo.