Comité Federal del PSOE

Page modula sus críticas para centrarlas en Junts a la espera de escuchar a Sánchez en un Comité Federal de cierre de filas

El manchego afronta solo su oposición interna con ánimo de conocer “los pormenores del acuerdo” y pide que la amnistía no legitime el 1-O

El otro barón crítico, Javier Lambán, no asistirá por estar convaleciente, pero hizo un llamamiento a la “lealtad” a Sánchez en el último comité regional

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page.

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. / JCCM

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Con el debate de la amnistía “amortizado”, según coinciden la mayoría de barones y principales dirigentes territoriales, el PSOE afronta este sábado un Comité Federal para cerrar filas en torno a Pedro Sánchez bajo la premisa de que forme gobierno. La única crítica de peso que se anticipa provendrá del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. Su presencia, tras plantar las últimas citas y tener que cancelar un acto institucional en Toulouse, supone ya un mensaje. Según avanzan desde su entorno, además, en esta ocasión no quiere renunciar a “dejar constancia del análisis que hacemos de toda la situación”.

No está previsto, sin embargo, que confronte directamente con el líder de los socialistas para centrar sus críticas en los independentistas, socios imprescindibles para sacar adelante la investidura. Incluso se desliza un voto de confianza a Sánchez para que mantenga al PSOE en los parámetros de su “vocación constitucional” y “de igualdad entre todos los españoles”. Los cinco secretarios provinciales de Castilla-La Mancha se sumaron al manifiesto de apoyo al secretario general para formar gobierno. La amnistía, aunque en todos los partidos se da por descontada, sigue siendo un futurible. El líder de los socialistas solo marca posición respecto a que todos los acuerdos se realizarán en el marco de la Carta Magna y que, en última instancia, será el Tribunal Constitucional quien lo determine.

De la intervención inicial de Sánchez dependerá también el tono de la réplica de Page. Según avanzaba este viernes desde Bruselas el propio presidente del Gobierno en funciones, trasladará su “posición sobre los diferentes aspectos que afectan a este proceso de investidura”. “Tengo mucho interés en escuchar los pormenores del acuerdo y, por supuesto, también de dar mi opinión en relación a la situación política y las perspectivas, no sólo de lo que vemos hoy, sino de lo que puede pasar mañana o pasado mañana”, explicaba unas horas antes Page.

Pesa la máxima de “no hacerle el juego al PP”. De hecho, el barón socialista se plegó por ello a la directriz de Ferraz de no acudir la pasada semana a la convocatoria de los presidentes autonómicos realizada por el PP en la Comisión Comisión General de las Comunidades Autónomas de la Cámara Alta, presentada como ariete contra la amnistía. Los ataques del PP también tienen como efecto una mayor cohesión dentro del partido.

En las horas previas a la reunión del máximo órgano entre congresos, el presidente manchego ha modulado en parte sus críticas. Con el foco en el nacionalismo y en reclamar que de producirse una amnistía, a la que se opone por inconstitucional, no legitime el 1-O. “Para que pueda haber una amnistía, tiene que haber un delito previo. Sólo se perdona lo que se ha hecho mal porque lo que se hace bien, lo que necesita es premio”, argumentaba en referencia a la demanda del president de la Generalitat, Pere Aragonès, exigiendo que el texto de la amnistía no concluya que hubo un delito en la consulta declarada ilegal.

Con el foco más centrado en el independentismo que en la posición del PSOE cubierta por el velo de la discreción, Page concluía que “para empezar a hablar de este tema, lo primero que tienen que hacer es reconocer el acatamiento a la Constitución y no volverse a salir del carril”. Es decir, añadía, “hacer las cosas como lo hacemos los demás, conforme a la ley”. En este marco se movería la intervención de Page en el Comité Federal. Se exprese con mayor o menor vehemencia la voz de Page, no se atisba un respaldo en la misma línea de la otra federación crítica con Ferraz, la aragonesa.

La ausencia de su secretario general, Javier Lambán, todavía convaleciente tras una reciente intervención, diluye su protagonismo aunque asistirá toda la delegación encabezada por el secretario de Organización, Darío Villagrasa. Desde la dirección del partido en este territorio evitaban ayer avanzar su posición en el órgano, aduciendo que estaban centrados en cuestiones de política regional. El pleno de la próxima semana y su cerco al presidente Jorge Azcón para forzar la dimisión de la directora general de vivienda por “incompatibilidades” al haber tenido contratos con su consejería.

Carta blanca ante ERC y Junts

La pérdida de poder institucional tras las elecciones municipales y autonómicas, además, los sitúa en una situación de mayor debilidad interna. A ello se suma que en el último comité regional, celebrado el pasado mes de septiembre, Lambán hizo un llamamiento a la “lealtad” a Sánchez, pese a declararse contrario a la amnistía. “Jamás animaré a ser desleal a Ferraz ni a la Moncloa, mantendremos la lealtad sin renunciar a nuestra voluntad de opinar", defendió tras especularse con una resolución en contra de la amnistía.

El Comité Federal de este sábado tiene como objetivo activar la consulta a las bases, obligatoria y vinculante, tanto sobre el acuerdo de coalición con Sumar como con el resto de grupos parlamentarios necesarios para sacar adelante la investidura. “En esta ocasión también vamos a incorporar si la militancia avala el que logremos acuerdos parlamentarios con el resto de formaciones políticas que nos permitan lograr la mayoría para la investidura”, anunciaba ayer el líder de los socialistas. La inesperada iniciativa busca lograr ese respaldo interno para tener carta blanca en el último tramo de la negociación con el independentismo catalán, que se presume inminente. Parapetarse en las bases ante las voces críticas que provienen de dirigentes históricos, encabezados por Felipe González, y sin demasiado eco a nivel orgánico.

Desde la dirección subrayaban estos días que la consulta se podrá celebrarse en pocos días desde que se le dé luz verde este sábado. Con la activación de las bases y el esperado aval, “muy importante” según confía Sánchez, los socialistas quieren pisar el acelerador para cerrar el resto de acuerdos pendientes. El PSOE pretende ahora cerrarlos en cascada. Y en el caso de ERC y Junts, que sean paralelos conscientes de la pugna entre ambas formaciones. No privilegiar a uno sobre el otro y mantener el difícil equilibrio.