Debate de política general

El Parlament constata su "falta de confianza" en el Govern y reprueba el liderazgo de Aragonès

Amnistía, Govern en minoría y presupuestos: el Parlament define la recta final de la legislatura

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Illa ignora la amnistía y el referéndum y ofrece colaboración a un Govern "que falla"

Roger Torrent, Marta Vilalta y Pere Aragonès este viernes en el pleno del Parlament.

Roger Torrent, Marta Vilalta y Pere Aragonès este viernes en el pleno del Parlament. / Jordi Borràs / ACN

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Se daba por descontado que la oposición intentaría, durante el debate de política general en el Parlament, hurgar en la minoría parlamentaria con la que sobrevive el Govern de Pere Aragonès, que solo tiene el apoyo de los 33 diputados de ERC de un total de 135 parlamentarios en el hemiciclo catalán. Y el apogeo de esta estrategia ha llegado cuando en la última jornada del debate se han aprobado hasta tres resoluciones en las que la Cámara constata su "pérdida de confianza" en el Govern y su "falta de liderazgo", en alusión directa al 'president'.

Los textos han sido promovidos por Junts, el PSC y los Comuns, que en los pasillos de la institución ya habían pactado darse un apoyo mutuo para que salieran adelante las tres iniciativas. Las resoluciones han suscitado el voto favorable del resto de la oposición, salvo la CUP, que se ha abstenido. Fuentes 'cupaires' aclaran que no tienen ninguna intención de sustentar al Govern, pero tampoco de apoyar iniciativas "electoralistas".

Aragonès sale del debate de política general sin cosechar nuevos apoyos, por lo que se le presenta un nuevo curso político en el que la oposición seguirá minándole el camino y haciéndole sudar cada decreto y cada ley, y con la confección de los presupuestos para 2024 pendiente. Este es el precio a pagar por la decisión que tomó hace un año, cuando Junts abandonó el Palau de la Generalitat: gobernar con un ejecutivo monocolor de ERC sin alianzas estables. Ahora bien, pese a esto, el 'president' también constata que los partidos que han promovido las tres resoluciones contra el Govern no tienen la sintonía suficiente para impulsar el único movimiento que haría peligrar el cargo de Aragonès: una moción de censura.

Así, el partido de Carles Puigdemont, el de Salvador Illa y el de Jéssica Albiach tienen fuerza de sobras para desgastar al Govern votación tras votación, pero no para poner fin a la presidencia de Aragonès. Para hacerlo, no solo deberían impulsar una moción de censura, sino pactar un candidato alternativo a la presidencia y luego gobernar juntos, y eso ya sería demasiado para los tres, sobre todo para Junts y los Comuns, que siempre rehuyen las alianzas de calado.

Su Govern ni tiene rumbo, ni orienta, ni prioriza, ni decide

Alícia Romero

— Portavoz del PSC en el Parlament

En el terreno de los discursos, socialistas, posconvergentes y morados también han exhibido un tono duro contra el 'president'. La portavoz socialista Alícia Romero ha criticado que el Govern "ni tiene rumbo, ni orienta, ni prioriza, ni decide" y el de los Comuns, David Cid, ha recordado que, en el último año, el Ejecutivo solo ha logrado aprobar dos leyes en la Cámara catalana. Pese a las críticas y a las resoluciones en contra, los morados han tendido la mano a Aragonès para negociar las cuentas del próximo año. "Aprovéchela y dele un rumbo al mandato. Ahora su Govern ni emociona, ni ilusiona", ha remachado.

Votaciones perdidas

Menos conciliador ha sido Junts. Para la diputada Mònica Sales no hay otra salida para el Govern que unas "elecciones" anticipadas. Las heridas con ERC por la ruptura del Ejecutivo siguen abiertas, y los posconvergentes se afianzan en la posición que ha exhibido desde que salieron del Govern: oposición dura a Aragonès. La defensa del Govern la ha llevado la secretaria general adjunta de ERC, Marta Vilalta. Ha admitido que no tienen una "mayoría estable y sólida" para vivir sin aprietos, pero ha recordado que no es condición exclusiva de Esquerra, ya que el socialista Jaume Collboni es alcalde de Barcelona con el apoyo de solo 10 de los 41 concejales.

Otra forma de medir la estabilidad del Govern es analizar las resoluciones que su grupo en la cámara, ERC, es capaz de aprobar en un debate como el de este viernes. El balance arroja datos poco alentadores para los republicanos. De las 41 votaciones que ha habido con iniciativas que llevaban su firma, han perdido 25 -el 60%- y han ganado 16. La mayoría de las perdidas ha sido porque el PSC y Junts han unido sus votos. El Govern ha visto caer, por ejemplo, la resolución que pretendía denunciar el déficit fiscal de Catalunya y cómo la oposición le imponía varias de las suyas, como una de los socialistas que le obliga a crear una comisión para estudiar la ampliación del Aeropuerto de Barcelona.

Desde la Generalitat aseguran que están tranquilos. Saben que la moción de censura es improbable y aseguran que Aragonès no tiene ninguna intención de someterse a una cuestión de confianza. Así, donde realmente está en juego el futuro de la legislatura será en la negociación de los presupuestos de 2024, que aún no tiene fecha. Si el 'president' logra aprobarlos -necesitará convencer a al menos dos partidos de la oposición-, tendrá el camino despejado para lograr agotar el mandato. Si no lo consigue, la presión para adelantar los comicios podría resultar asfixiante.