Elecciones generales 2023

PSC y Comuns se reivindican como garantes de la reedición del Gobierno de coalición tras el 23J

Encuesta CEO: El PSC ganaría las elecciones generales en Catalunya y Junts empataría con una ERC a la baja

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Así será la campaña independentista del 23J

El presidente Pedro Sánchez, con el líder del PSC, Salvador Illa, en un acto

El presidente Pedro Sánchez, con el líder del PSC, Salvador Illa, en un acto / ZOWY VOETEN

Sara González

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"Catalunya decantará la balanza". La frase se repite en bucle en las bambalinas del PSC al fragor de la campaña de las elecciones generales, que proyectan como una dicotomía entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. "Esto no va del uno o del otro, va de coaliciones", sostienen desde los Comuns, a quienes preocupa que la concentración de voto en un solo partido impida la suma que ha operado en los últimos cuatro años. Ambos partidos son conscientes de que su resultado será determinante para el del PSOE y el de Sumar y, por ende, para las posibilidades de continuar o no en la Moncloa.

No se trata solo de una cuestión cuantitativa -Catalunya es, después de Andalucía, la comunidad donde más votos están en disputa, 5,6 millones-, sino también de expectativas electorales. El PSC prevé ganar las generales del 23 de julio de forma holgada -el CEO pronostica entre 16 y 18 diputados frente a los 12 actuales- y En Comú Podem aspira a poder alcanzar el segundo puesto o, por lo menos, retener sus siete representantes.

Además, es en Catalunya -así como en Euskadi- donde Sánchez y Yolanda Díaz cosechan las mejores valoraciones como candidatos, según el barómetro del CIS publicado esta semana. Un 5,39 y un 4,94 respectivamente. Pero también la comunidad en la que obtienen el porcentaje más alto de preferencia para ser presidentes: un 38,9% en el caso del líder socialista y un 19,6% en el caso de la líder de Sumar.

Con Andalucía, Valencia, Baleares, Extremadura o Aragón teñidas de azul el 28-M, el PSC fue en las pasadas municipales el único gran oasis del PSOE. El reto de los socialistas es levantar el voto en los que fueron sus feudos históricos agitando el espantajo del 'ticket' electoral PP-Vox y que esta vez no solo Catalunya responda a su favor al galope del "voto útil". Pero lo único que dan por seguro es que serán los socialistas catalanes, los que tienen mejores perspectivas, los encargados de tirar del carro del resultado global estatal.

No en vano Salvador Illa se ha echado a sus espaldas ese reto volcándose personalmente en la campaña y subraya que el objetivo en las generales, más allá de lograr una tercera victoria que consolide el PSC como el partido mayoritario en Catalunya, es nutrir de cuantos más diputados mejor al PSOE y ensanchar la distancia con el PP para que Sánchez compense el descenso en otros territorios y siga siendo presidente. Lejos están los inigualados 25 diputados que en 2008 logró Carme Chacón, pero el PSC cree estar en condiciones de imponerse con comodidad en un tablero catalán marcado por la división independentista.

Todos en el mismo barco

A su vez, los Comuns, pese al mazazo que ha supuesto perder la alcaldía de Barcelona y poder territorial en las municipales, son el principal puntal de Díaz, de la misma manera que lo han sido para Podemos desde 2015 por mucho que sus siete representantes actuales distan de los 12 que en su irrupción obtuvo Xavier Domènech ganando en Catalunya. Tres son las preocupaciones que afronta la candidatura de Aina Vidal: lograr movilizar a los propios, que se remonte la abstención independentista, especialmente la que afectó a ERC en las municipales, y que las llamadas al voto útil por parte de los socialistas no acabe enterrando la aritmética que les ha permitido gobernar en los últimos cuatro años.

La premisa de la que parte En Comú Podem es que van todos en un mismo barco y que la paradoja que deben afrontar tanto ellos como socialistas y republicanos es que todos quieren obtener un buen resultado pero todos necesitan también que a los tres, así como a formaciones como Bildu, les vayan bien las elecciones para lograr sumar después. A no ser, claro está, que el objetivo de alguno de ellos vaya por otros derroteros que no sea el gobierno de coalición con el apoyo de independentistas, precisamente el flanco por el que derecha y extrema derecha pretenden erosionar a Sánchez. No faltan las voces a la izquierda del PSOE que alertan de que las tentaciones de volver al bipartidismo están ahí.

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