Análisis | ¿Por qué puede haber repetición electoral?

Pasó en 2015 y en 2019. Tras unas primeras elecciones vinieron otras. Con un Congreso de los Diputados más fragmentado que en elecciones anteriores, los resultados forzaban a los partidos viejos y nuevos a llegar a acuerdos. Se decía que esto se debía a la ausencia de cultura política de coaliciones en nuestro país. Tanto en 2015 como en 2019 hicieron falta dos elecciones para resolver el complejo panorama político. En el primer caso, se resolvió con un Gobierno en minoría del PP gracias a las abstenciones del PSOE en 2016, y en el otro, con el primer Gobierno de coalición de nuestra democracia.

Según los datos de Predilect, en 2023 podríamos dirigirnos a un escenario de bloqueo similar a las convocatorias anteriores. Con los pronósticos más recientes sobre la mesa, no daría la suma de PP y Vox. Ambos alcanzarían 170 escaños, seis menos de los necesarios para la absoluta. Ni siquiera con algunas fuerzas no estatales como Coalición Canaria, Teruel Existe o UPN alcanzarían los 176 diputados necesarios. Para la izquierda, por su parte, se haría prácticamente imposible revalidar el Gobierno de coalición. PSOE y Sumar alcanzarían 140 escaños según las predicciones, 15 menos que en noviembre de 2019. Estando las relaciones entre la izquierda estatal y las formaciones independentistas y regionalistas mucho más enrarecidas que en 2019, nada hace presagiar que sumar los 36 escaños que les faltan vaya fuese a ser un camino de rosas.

Pero la campaña electoral acaba de arrancar. ¿Puede agitar el reparto de votos y escaños? ¿Puede esa agitación desenredar el entuerto hacia un lado u otro? Al fin y al cabo, muchos electores aún no han tomado una decisión sobre a qué partido van a votar, o ni siquiera si van a votar. Repasemos los datos que proporciona Predilect.

Más participación

Según los datos más recientes, a medida que nos acercamos a la jornada electoral se está registrando un crecimiento en la participación electoral. Esto es común a todas las elecciones. La magia de las precampañas y campañas radica en su capacidad de cada partido para movilizar a su electorado. Este, el de la activación de los electores, suele ser el factor que mejor explica quién gana unas elecciones. En esta ocasión, nos encontramos en una situación particular debido a que venimos de votar en unas elecciones autonómicas y municipales previas, en las cuales la derecha se mostró altamente movilizada. El resultado ya lo sabemos: tanto PP como Vox experimentaron un aumento en sus votos, mientras que el PSOE sufrió una ligera disminución, y la izquierda se vio debilitada por su fragmentación.

¿Qué podemos esperar en esta ocasión? Un aumento significativo en comparación con las elecciones de noviembre de 2019 (66,23%). Actualmente, estimamos una participación del 70,6%. Esta cifra se acerca al 72,28% registrado en las elecciones de abril de 2019, que fueron las más participativas desde 2008. Eso significa que, a pesar de celebrarse en verano, es probable que haya una alta afluencia de votantes. Sin embargo, la pregunta fundamental aquí es: ¿existe una activación asimétrica entre los diferentes sectores de la población?

Los datos proporcionados por Predilect indican que la respuesta afirmativa es clara cuando se observan las predicciones por partidos individuales, pero no tanto cuando se analiza por bloques, ya que se compensan entre sí.

Las izquierdas

El PSOE está experimentando un crecimiento notable, probablemente impulsado por una precampaña ofensiva y una fuerte presencia mediática de su candidato, Pedro Sánchez. Por otro lado, Sumar, a pesar de presentarse como una coalición unida, está experimentando un descenso proporcional al del PSOE. Esto sugiere que las transferencias de votos de Sumar hacia el PSOE están siendo significativas. Hasta el momento, la caída de Sumar se está compensando con el aumento del PSOE y, en cierta medida, con la resistencia de partidos nacionales y no estatales. En concreto, ERC, aunque de manera leve, podría superar a Junts, que inició la campaña con una ventaja. Hasta el momento, y en comparación con el momento en el que empezamos a recoger datos, este crecimiento se ha traducido en un escaño adicional para ERC.

Las derechas

En el espectro político de derecha, la situación es más estable. Se observa un efecto análogo: el PP experimenta un crecimiento leve mientras que Vox sufre un ligero descenso, aunque la tendencia no es tan lineal como en la izquierda. En cualquier caso, la derecha parte con ventaja en estas elecciones y no le conviene arriesgar demasiado. Todas las estimaciones, incluyendo Predilect, los sitúan claramente por encima del bloque de izquierdas. Sin embargo, Predilect no les otorga una mayoría absoluta. En consecuencia, la campaña será fundamental para ellos porque, para asegurar la victoria, necesitarían corregir la tendencia actual. A la activación de su propia base, que parece garantizada, la derecha necesitaría sumar una bolsa de transferencias del PP al PSOE que aún no está garantizada, además de taponar la creciente movilización de la izquierda. En la izquierda, la situación es parecida. Cambios marginales podrían facilitar la reedición del Gobierno de Sánchez. Eso dependerá de la resistencia de Sumar, y las fuerzas no estatales, así como de la capacidad de los socialistas para taponar las fugas al PP.

El factor clave

Un aspecto fundamental serán las transferencias de voto, tanto dentro de los bloques como entre ellos. Una pequeña cantidad de votos que se desplacen entre el PP y el PSOE pueden ser determinantes, sí, pero también lo son las transferencias entre PSOE y Sumar, y entre PP y Vox. Algo incuestionable es que el peso relativo de PP y PSOE será superior al de las elecciones de 2015, 2016 y 2019. Algo provocado por el flujo constante de votos que va de Sumar al PSOE y de Vox al PP durante esta precampaña. El riesgo es que Sumar o Vox sigan cayendo y, por lo tanto, sufran a la hora de traducir sus votos en escaños, lo que podría perjudicar a los intereses de su bloque de alcanzar la mayoría necesaria.

Actualizamos nuestras predicciones diariamente, incluso durante la última semana electoral, cuando existe un periodo de silencio demoscópico para las encuestas. Entremedias queda una campaña de infarto. Tendrán a lugar el cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo y los respectivos debates consiguientes. Permanezcan atentos a los efectos que recoja Predilect.

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