El PP certifica en los ayuntamientos la fortaleza de su alianza con Vox

Los ayuntamientos se tiñeron este sábado de azul a lo largo y ancho de España, en la primera y más clara expresión del enorme vuelco territorial que trajeron consigo los comicios municipales del pasado 28 de mayo. Salvo en Barcelona, donde fue elegido contra pronóstico el socialista Jaume Collboni, la jornada de constitución de los 8.130 consistorios no deparó sorpresas. El PP pasó a controlar 30 capitales de provincia sobre un total de 50, además de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. En cinco de ellas, así como en muchas otras importantes ciudades, los conservadores pactaron y gobernarán en coalición con Vox, certificando la fortaleza de su alianza con la ultraderecha ante las elecciones generales del 23 de julio. 

Vox tendrá responsabilidades de poder en alrededor de 140 municipios, y por el camino ha logrado atraer al PP a su campo en materias tan sensibles como la igualdad de género. Los partidos de Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal gobernarán juntos en ciudades tan importantes como Valladolid, Toledo, Burgos y Guadalajara. También en las dos localidades más pobladas de la Comunidad de Madrid sin contar la capital: Móstoles y Alcalá de Henares. Lo mismo ocurrió en Ciudad Real, Talavera de la Reina (Toledo) y Orihuela (Alicante), donde las nuevas coaliciones de la derecha y la extrema derecha han pactado eliminar la Concejalía de Igualdad. 

La derecha y la ultraderecha gobernarán en coalición en cinco capitales de provincia y numerosos municipios

Pero los populares también lograron gobernar en solitario en numerosas localidades, ya que los candidatos a las alcaldías pueden ser investidos por sí solos cuando han sido los más votados por los ciudadanos, siempre que los otros grupos no pacten y sumen mayoría absoluta. Esto es lo que ocurrió, por ejemplo, en Valencia y Sevilla. El PP se hizo con ambos ayuntamientos pese a no haber llegado a ningún acuerdo con Vox. Los conservadores, de hecho, ostentarán el poder en todas las capitales de Andalucía, un enorme golpe anímico para el PSOE, ya que se trata de la autonomía más poblada y tradicionalmente su principal pulmón de votos. 

Una jornada negra para el PSOE

Con la excepción de la capital catalana, fue una jornada negra para el partido de Pedro Sánchez, que se despidió de gran parte de sus gobiernos municipales. Aun así, la sorpresa barcelonesa sirvió para amortiguar el desenlace global. Los socialistas gobernarán finalmente en 11 capitales de provincia: Barcelona, Lleida, Tarragona, Vitoria, A Coruña, Las Palmas de Gran Canaria, Palencia, Cuenca, Lugo, Soria y León. Y ahora, consumada la debacle municipal y con el cambio de manos en la mayoría de las comunidades autónomas a la vuelta de la esquina, el PSOE deposita sus esperanzas ante el 23J en los pactos entre el PP y Vox. Los colaboradores de Sánchez confían en que sirva para activar a parte de su electorado tradicional, hasta ahora mucho menos movilizado que el de la derecha, y sobre todo a las mujeres.  

“El PP ha vendido las políticas de la mujer a una fuerza de ultraderecha. Por nuestras madres y por nuestras abuelas, que pelearon por ello, y por nuestras hijas, vamos a estar muy alertas para que ese pacto de la vergüenza del PP de Feijóo no nos haga retroceder ni un solo milímetro”, dijo la portavoz del Gobierno y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez. Este será uno de los ejes de la campaña del PSOE ante las generales, insistiendo en que la derecha no debería pactar con su versión más extrema. 

Pero el único cordón sanitario en la jornada de este sábado fue el que se le impuso a EH Bildu, que aun así será el partido vasco con más ayuntamientos en esta legislatura. En Vitoria, PNV, PSE y PP se unieron frente a la izquierda aberzale para hacer alcaldesa a la candidata socialista. En Pamplona, el PSN propició que la derecha de UPN lograse la alcaldía, cortando de nuevo el paso a Bildu.