La estrategia del PP

Feijóo pone sordina a su relación con Vox para no ceder el centro a Sánchez

Feijóo y Abascal

Feijóo y Abascal / Made using TurboCollage from www.TurboCollage.com

Pilar Santos

Pilar Santos

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Alberto Núñez Feijóo no solo aspira a escenificar el fin de Ciudadanos en las elecciones generales del 23J, acogiendo en sus siglas el voto de los que optaron por ese partido de centro y liberal durante los últimos ocho años. También quiere pegar un buen mordisco por el centro al PSOE. Para lograrlo necesita, eso sí, aparecer como una formación moderada, lejos de los exabruptos habituales de Vox, que ya es su socio en Castilla y León y con el que está negociando acuerdos municipales y autonómicos.

Los populares precisan a la formación de ultraderecha (la abstención de sus diputados o su apoyo activo) para conquistar las presidencias de cinco comunidades: Comunidad Valenciana, Extremadura, Baleares, Aragón y Murcia. Los pactos más complicados, según fuentes del PP, serán los de los gobiernos valenciano y extremeño. En la comunidad levantina, el cabeza de lista, Carlos Flores, está condenado por violencia machista contra su exmujer.

Bendodo y Méndez-Monasterio

Feijóo y Abascal han delegado en Elías Bendodo (coordinador general del PP) y Kiko Méndez-Monasterio (asesor de Vox) las decisiones del día a día, aunque el peso intentan que lo lleven los territorios. Los candidatos populares se están reuniendo en las cinco autonomías afectadas con los representantes de Vox y también con el resto del arco parlamentario, para que vayan pasando los días y para hacer corresponsables a todos los partidos del posible resultado (un pacto con la ultraderecha). Esta misma semana, la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU), partido hermano del PP, ha reiterado su rechazo rotundo a llegar a cualquier acuerdo con Alternativa por Alemania, el equivalente a Vox. El cordón sanitario se mantiene, algo que aquí Feijóo no se ha planteado en ningún momento.

En la cúpula del PP hay “alivio” porque en esos primeros contactos los candidatos del partido de Santiago Abascal no han salido marcando líneas rojas ni haciendo propuestas que los populares rechazan de manera clara, como obligar a una mujer a escuchar el latido fetal antes de aborta o propuestas abiertamente en contra de la Unión Europea. “No están armando ruido”, celebra un vicesecretario de Feijóo. 

Los conservadores creen que si alcanzan los 160 escaños será fácil dejar a Abascal fuera del Ejecutivo central

El perfil bajo de los dirigentes nacionales de Vox estos primeros días no quita que la formación de Abascal esté consiguiendo algunos golpes de efecto “de baja intensidad”, como los tilda el vicesecretario del PP: en Guadalajara, la alcaldesa (PP) ya tiene apalabrado con Vox que la concejalía de Igualdad pase a llamarse de familia y asuntos sociales. En Molina de Segura (Murcia), también está cerrado ya el pacto. En ambas ciudades la lista más votada fue el PSOE. En capitales de provincia como Toledo, Valladolid, Burgos y Guadalajara también se está cerca del pacto entre las dos derechas y se da por hecho que habrá concejales de ultraderecha. Habrá que esperar aún semanas para hacer el recuento global del poder municipal que ha logrado Vox.

"Vox ya no da miedo. ¿No se dan cuenta? Nosotros, encantados, porque si están centrados en ese asunto descuidan todo lo demás", señala un asesor del político gallego

Ese acercamiento entre los dos partidos preocupa en Génova por el aprovechamiento que puede hacer el PSOE, alertando del peligro de que esa alianza “reaccionara” llegue a la Moncloa tras las generales de julio, pero no inquieta de manera sustancial al PP y a las consecuencias que puede tener para su proyecto político. Consideran que Pedro Sánchez se va a equivocar si piensa edificar su campaña electoral sobre el temor a la ultraderecha. “Ya no da miedo.¿No se dan cuenta? Nosotros, encantados, porque si están centrados en ese asunto descuidan todo lo demás, pero Vox ya no da miedo”, repite un asesor de Feijóo en Madrid. “Intentar hacer creer a los españoles que Feijóo es un ultraderechista encubierto es algo que les va a costar”, añade.

El ejemplo de Moreno

Una reflexión parecida hacen en la Junta de Andalucía, donde además tienen la experiencia de Juanma Moreno, que arrasó con mayoría absoluta en las autonómicas del año pasado. El “miedo a Macarena Olona”, que entonces se presentó como cabeza de lista de Vox allí, llevó a muchos votantes de centro a “reforzar” a Moreno en las urnas, para que no tuviera que depender de ella. Feijóo ahora espera poder también jugar esa carta.

En la dirección del PP tienen sobre la mesa datos demoscópicos que alientan la ilusión del político gallego de obtener un resultado tan amplio el 23 de julio que le permita gobernar en un Ejecutivo monocolor. Fuentes de la cúpula señalan que los sondeos les aproximan poco a poco a los 160 escaños, una cifra que queda cerca de los 176 que suponen la mayoría absoluta.  

Suscríbete para seguir leyendo