Apuntes políticos de la semana

Feijóo sale a frustrar el 'Manual de resistencia 2'

La arenga de Sánchez a sus diputados y senadores

Los datos de la victoria del PP del 28M

apuntes politicos

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Pilar Santos

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La política española ha tenido otra semana de esas que, emocionalmente, parece que sean un semestre. El domingo los españoles se acostaron con imágenes de la euforia del PP por haber herido al PSOE en seis comunidades autónomas y algunos de esos ciudadanos se fueron a dormir el lunes con la mosca detrás de la oreja: ¿Por qué Pedro Sánchez había adelantado las elecciones generales al 23 de julio? Si está tan tocado, ¿por qué se arriesga a que Alberto Núñez Feijóo le remate en ocho semanas? 

Sánchez, el hombre matrioska

El lunes, el presidente del Gobierno anunció la convocatoria electoral en uno de esos giros narrativos a los que nos ha acostumbrado, pero que esta vez nadie había ni medio intuido. Con su decisión, Sánchez consiguió que se dejara de hablar de la victoria del PP, cerró cualquier amago de crisis interna en el PSOE y obligó a sus socios a la izquierda a salir del contraproducente letargo: que se vayan ‘sumando’ rápido y se prepare Yolanda Díaz, porque él se va a vender como el voto útil para frenar a la ultraderecha y a la alianza PP-Vox. Esa va a ser la encrucijada que va a plantear Sánchez en la campaña: o sigue él o vienen diez años de “derechas reaccionarias”, como han empezado a decir en el PSOE. 

Con su golpe al tablero, Sánchez pasó de ser un presidente derrotado el domingo por la noche a un candidato peleón el lunes por la mañana. El madrileño es como una matrioska y ahora se ha puesto el uniforme de campaña. Sale dispuesto a vivir unas semanas dignas de ser incluidas en la que podría ser la segunda parte de sus memorias ‘Manual de resistencia’, el libro en el que, en 2019, contó cómo superó su destitución como líder del PSOE, recuperó el timón y tumbó a Mariano Rajoy con la moción de censura. 

La ambigüedad gallega ante Vox

En el PP el adelanto desató una ola de incredulidad tal que, en un primer momento, algunos dirigentes llegaron a preguntarse si “la trampa” no sería que Sánchez iba a dar un paso atrás y el PSOE presentaría a otro candidato. A pesar de que Feijóo había pedido durante meses que el presidente convocara generales “cuanto antes”, “ya”, “de forma inmediata”, su primera reacción fue quejarse del calor que hará el 23 de julio y, la segunda, subrayar que habrá españoles de vacaciones.

Los buenos resultados del domingo dieron una tregua a Feijóo solo unas horas: nadie fuera ni dentro (Isabel Díaz Ayuso) podría ya cuestionar su liderazgo. Pero el rápido movimiento de Sánchez le obliga a acelerar los planes que tenía para diseñar su PP (con las listas al Congreso y Senado como principal hito) y a hacer campaña mientras sus dirigentes autonómicos esquivan las preguntas sobre Vox. Después del 28M, el PP puede alcanzar las presidencias de la Comunidad Valenciana, Aragón, Extremadura, Murcia y Baleares, pero en todas ellas va a ser gracias al respaldo del partido de ultraderecha.

Estos primeros días Feijóo ha frenado algún impulso de acercamiento territorial (en Extremadura) y ha intentado hacer como si esa necesidad no existiera. De hecho ha pedido a Vox que “facilite” esos gobiernos sin consejerías a cambio. El líder del PP va a intentar llevar la ambigüedad gallega hasta las máximas cotas. 

El quid va a ser comprobar hasta qué punto Santiago Abascal se lo permite y si el líder de Vox le deja llegar al 23 de julio sin peticiones que escuezan en el PP: contra el feminismo, los inmigrantes, el aborto, la Unión Europea...

La movilización de los progresistas

Feijóo pidió el martes a sus barones que no se duerman en los laureles. No pueden dejarse llevar por los buenos resultados del 28M ni regodearse en que Ciudadanos no se presenta (Inés Arrimadas ha anunciado que deja la política incluso). No pueden bajar la guardia. En eso confían en parte en el PSOE. En Ferraz, una vez analizados los datos, creen que hay batalla: en municipales, el PP “solo” les ha superado por unos 750.000 votos y en comunidades “como Canarias, la Comunidad Valenciana y Andalucía” han mejorado resultados. No está todo perdido, aseguran. El objetivo es movilizar al electorado progresista con mensajes sobre el “riesgo” de que la ultraderecha puede entrar en el Gobierno central de la mano de Feijóo y acabar con derechos sociales consolidados. 

Por ahora, sin embargo, el político gallego está frustrando las estrategias que buscan enfangarlo con el PP más trumpista con el que los socialistas ligan a Ayuso. La presidenta madrileña llegó a insinuar que el domingo pasado Sánchez haría pucherazo en las municipales y autonómicas, una acusación que olvidó 48 horas después, cuando su partido arrebató varias comunidades al PSOE. 

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