Las cuatro derechas se lanzan a un cruda batalla por capitalizar la "inseguridad" en Barcelona

Los cuatro candidatos de la derecha 'constitucionalista' deben tener pesadillas estos días con la cifra del 5%, el umbral a superar para conseguir representación en Barcelona. A estas alturas, según la mayoría de encuestas, solo el PP tendría garantizada su entrada. De aquí sus reiteradas llamadas al voto útil en este inicio de campaña. Pero este discurso podría agrietarse si los sondeos de los próximos días confirman lo que de momento empiezan a apuntar: la posible entrada de Vox al consistorio. En cambio, parece claro que Ciutadans y Valents -que en 2019 se presentaron juntos bajo la marca Barcelona pel Canvi con Manel Valls- están lejos de poder dar la campanada. 

Es la primera vez que cuatro partidos de derechas compiten por un mismo saco de votos. Hasta ahora la fragmentación era un lastre al que estaban acostumbrados sus contrarios. En las pasadas elecciones hubo hasta cuatro listas independentistas. Además de ERC y Junts, se presentaron -y quedaron sin representación- la CUP y el proyecto de Primàries. Algo que ahora podría pasar al otro lado del abanico ideológico. Ante esta situación, los cuatro alcaldables -Daniel Sirera, Gonzalo de Oro, Anna Grau y Eva Parera-, han optado por endurecer el discurso e intentan erigirse como los garantes de la seguridad y la lucha contra las ocupaciones.

Lo hizo este domingo Vox desde la plaza Artós, la que consideran "el símbolo de la resistencia contra el separatismo", y con su líder Santiago Abascal como estrella invitada. Vitoreado por centenares de fieles, Abascal tiró de discurso ideológico, contra el feminismo y la educación sexual en las escuelas, pero sin hacer ninguna propuesta concreta para la ciudad. Lo que sí hizo es acusar a la alcaldesa Ada Colau de "comunista psicópata y peligrosa" y a Jaume Collboni de "progre" y "cómplice" de unas políticas que asegura que han "destruido Barcelona" y la han llevado a la "cabeza de la inseguridad". 

También el candidato de la extrema derecha, Gonzalo de Oro, prometió "mano dura" y "orden" en la ciudad, que asegura que se ha convertido en la "líder en homicidios y violaciones". Una afirmación que, sin embargo, contrasta con los datos oficiales del Ministerio del Interior, que apuntan que entre 2019 y 2022 se han reducido los delitos penales un 20% en Barcelona, a diferencia de Madrid, que solo retrocedieron un 3,5% en el mismo periodo. Aunque en las dos ciudades han aumentado las denuncias sexuales.

Ante este discurso, el resto de partidos de la derecha tampoco quisieron quedarse atrás, después de una semana en que Vox ha conseguido capitalizar las protestas contra los edificios okupados de la Bonanova, a pesar de que fue Ciutadans quien las puso primero en el radar informativo. Por esto, a la misma hora que Vox llenaba la plaza Artós, PP, Ciutadans y Valents se citaban en la plaza Sant Jaume para apoyar la manifestación convocada por sindicatos de la Policía Nacional y Guardia Civil -JUSAPOL, JUPOL y JUCIL- y prometían más agentes de la policía si salen escogidos.

Desde allí, el alcaldable popular, Daniel Sirera, también aprovechó para prometer que hará "todo lo posible para que los antiguos votantes de Cs vuelvan al PP", de donde asegura que "no se tendrían que haber ido nunca". A tan solo unos metros del popular, la candidata naranja, Anna Grau, dijo no creer en las desfavorables encuestas, las comparó con "el horóscopo" y puso el foco de atención en el "importante volumen de indecisos" que "necesitan volver a creer en la política". 

También la alcaldable de Valents, Eva Parera, ante una eventual "fuga de votos útiles" de derechas hacia el PP o Vox, declaró que "no hay más voto útil que aquél que haces a un programa en el que realmente crees", y aseguró que su formación es "la única que no ve las municipales como unas primarias de cara las generales".

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