Elecciones municipales 2023

Yolanda Díaz y Ada Colau espolean una "movilización de los trabajadores" para frenar a Xavier Trias

Jordi Évole, sobre su entrevista a Yolanda Díaz: "Me equivoqué y perdimos una ocasión de oro"

Yolanda Díaz a Jordi Évole: "Cuando Iglesias me designó a dedo, faltó el respeto a Podemos y a mí"

La líder de Sumar y la alcaldesa de Barcelona se erigen en dique de contención ante la receta de "austeridad" de la derecha

Ada Colau y Yolanda Díaz

Ada Colau y Yolanda Díaz / BERNAT VILARÓ / ACN

Sara González

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Pisar terreno seguro, huir de las arenas movedizas de un espacio en reconfiguración que afronta una prueba del algodón en las municipales y autonómicas del 28 de mayo y apuntalar el mensaje que en la unidad está el camino para estar en condiciones de "asaltar" unos cielos que las divisiones volvieron cada vez más lejanos. Yolanda Díaz ha buscado el cobijo de Ada Colau y de los Comuns en el primer acto de gran formato 20 días después de que anunciara que quiere ser la próxima presidenta de España. Barcelona es el reflejo de lo que quiere que sea Sumar, el espejo ante el que pretende situar a Unidas Podemos. Y la clave, han señalado está en ser capaz de espolear la "movilización de los trabajadores" para ejercer de dique de contención de la derecha.

Díaz y Colau han entrelazado sus destinos políticos, lo han exhibido una vez más este sábado en un mitin inaugural de campaña que continuará este domingo entre libros y rosas por la 'diada' de Sant Jordi. Que los Comuns revaliden la alcaldía de la capital catalana forma parte de los pilares fundamentales del futuro de Sumar, y por ello ambas dirigentes han acompasado su mensaje político para señalar que la batalla en Barcelona, como la del Estado, es dicotómica: o la coalición con sello de izquierdas con Colau al frente, o la derecha con Xavier Trias a la cabeza; o el Gobierno de coalición en el Estado, o el PP de Alberto Núñez Feijóo. Un 'leitmotiv' que aplican a las municipales con clara vocación de actuar como imán del voto útil que busque barrar el paso a una alcaldía de Junts.

"Se disputan dos modelos: el del señor Trias, el del pasado, el de la desregulación y los lobbies o el de la ilusión, el de los servicios públicos, del feminismo y del ecologismo. Hago un llamamiento a los trabajadores para que se movilicen por el proyecto de Barcelona en Comú", se ha desgañitado la vicepresidenta segunda ante un auditorio con un aforo completo de 1.600 personas. Y recogiendo el guante de su telonera, Colau, a quien conviene que cuaje en el imaginario del electorado que el 28 de mayo es cosa de dos, se ha reivindicado como la "única garantía" para que haya un "gobierno progresista" en Barcelona.

"Perplejidad" por el PSC

De hecho, la alcaldesa ha lanzado un dardo al PSC de Jaume Collboni cuando ha dejado caer que le causa "perplejidad" que quienes han gobernado hasta ahora sacando pecho de su progresismo ahora "hagan ver" que son ajenos al mandato de los últimos cuatro años y "abran la puerta" a pactar con Junts. Su apuesta, ha insistido, es la de "tender la mano" a quien quiera consolidar el camino transitado. Es decir, mirar hacia el PSC y hacia ERC cuando llegue el momento de los pactos.

Pero primero, ha dicho Colau, "hay que ganar", ganar en Barcelona para poder hacerlo después en España. Díaz ha huido esta vez del cuerpo a cuerpo con Podemos aprovechando el oasis que suponen para ella los Comuns en contraste con la rivalidad de listas del espacio que disuaden que haga campaña en otros territorios. A su equipo le dejó un mal sabor de boca la entrevista con Jordi Évole, en la que la líder de Sumar señaló la "falta de respeto" de Pablo Iglesias y puso el foco en la batalla interna. Este sábado se ha redimido de ello centrándose en la obra de un Gobierno de coalición que está "emparentado" con el de los Comuns en Barcelona.

Yolanda Díaz: "Este es un mensaje para Trias y para Feijóo: se acabaron las leyes de austeridad, estamos radicalmente hartas"

"Este es un mensaje para Trias y para Feijóo: se acabaron las leyes de austeridad, estamos radicalmente hartas", ha lanzado Díaz, que ha advertido de que si ellos se abren paso lo hará también la política de la "privatización". La vicepresidenta segunda ha sacado a lucir la ley de vivienda, aunque ha reconocido que es "mejorable", y ha reivindicado a Colau como "martillo pilón" ante Sánchez para lograrla. También la reforma laboral, un ámbito en el que ha prometido seguir avanzando para reducir la jornada de 40 horas pero que ha permitido poner fin a una política de precariedad que obligaba, ha dicho sin pelos en la lengua, a "elegir entre un contrato de mierda y estar en el paro".

Contra las "alfombras rojas"

Díaz ha apelado a la "política útil" -el mismo concepto que abanderan los socialistas catalanes en esta campaña- que toma forma en la capital catalana con iniciativas como la del dentista público, las 'superilles', de las que ha hecho una acérrima defensa, o la energética pública. "Esta es la ciudad que se ha enfrentado a los poderosos y de ahí vienen algunas campañas. Por eso Colau tiene más querellas que matusalén", ha asegurado, además de dejar caer que "si Vázquez Montalbán estuviera vivo estaría apoyando a Colau".

Y Colau ha mostrado también orgullo por ello y ha dejado claro que, lejos de "asustarla" lo que hacen es "reafirmarla" en no poner "alfombras rojas" -expresión utilizada por Trias para defender a los empresarios- a todo el que ponga encima de la mesa "un talonario". Su propósito tras ocho años en la alcaldía es consolidarse cuatro años más ante los que la consideraron en 2015 "un error del sistema".