Congreso y Senado

El Parlamento ultima 100 propuestas para decir a Sánchez cómo presidir Europa

La ponencia de la Comisión Mixta de la UE ha desarrollado una intensa actividad de diplomacia parlamentaria cara a la Presidencia española, de julio a diciembre | Un grupo de diputados y senadores van a redactar un centenar de recomendaciones y entregárselas al Gobierno antes de mayo

Pedro Sánchez durante la cumbre de Alicante.

Pedro Sánchez durante la cumbre de Alicante. / Reuters

Ángel Alonso Giménez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En septiembre de 2022, los diputados y senadores que integran la Comisión para la Unión Europea formaron una ponencia para redactar una serie de recomendaciones sobre cómo ejercer la Presidencia española de la UE, lo que a partir del 1 de julio se convertirá en realidad. Lo primero que hicieron los parlamentarios fue pedir un documento a los servicios jurídicos de las Cortes en el que constaran los aspectos legales relativos a la fecha de las elecciones generales, aún por conocerse.

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA informó sobre lo que indica dicho documento, que es tremendamente revelador. 

Primero, marca el límite temporal de la legislatura: el 10 de noviembre. Si el presidente no ha convocado antes, éste será el último día con el Congreso y el Senado a pleno rendimiento, ya que la Constitución, artículo 68.4, establece que las legislaturas duran cuatro años a contar desde el día de los comicios, que fue el 10 de noviembre de 2019. Las urnas se colocarían en los colegios en diciembre, por consiguiente, en pleno tramo final de la Presidencia de la UE.

Segundo, las elecciones serán anticipadas siempre y cuando Pedro Sánchez ponga fecha antes del 16 de octubre, toda vez que el decreto de convocatoria ha de expedirse 25 días antes de ese tope del 10 de noviembre.

Era importante para los diputados y senadores que constituyeron la ponencia saber esas fechas. De hecho, el último informe de la propia ponencia, provisional a la espera de que se conozcan las recomendaciones definitivas, lo reconoce. Señala lo siguiente: “En el ámbito interno, la presidencia española va a coincidir previsiblemente con la celebración de elecciones generales (...), aspecto que sin duda afectará también al desarrollo de esa presidencia”.

Diplomacia parlamentaria de alto nivel

Explican fuentes parlamentarias a este medio que la ponencia es, principalmente, un cauce de participación del Parlamento en la configuración de los ejes de la Presidencia. Recordar que será la quinta vez que España asume este papel.

Nada más comenzar, los ponentes fijaron cuándo terminar. Los trabajos concluirán el 31 de marzo, y si no, el 30 de abril. Más allá de este día, no, porque el objetivo es transmitir al Gobierno las conclusiones antes de que comience la Presidencia, y así, pueda contar con ellas. El documento definitivo no será vinculante, puntualizan las fuentes, sino meramente informativo. El alcance político es indudable, no obstante, ya que los grupos parlamentarios van a dibujar y proponer un campo de actuación al Gobierno. Cada grupo, por consiguiente, buscará la manera de pedir cuentas si considera que el Ejecutivo lo está franqueando u obviando.

El trabajo de la ponencia ha sido intenso y riguroso. Cuenta una de las fuentes consultadas que varias delegaciones de otros parlamentos europeos con las que se ha reunido la representación de las Cortes españolas han alabado el grado de conocimiento de los diputados y senadores. La sintonía política ha sido una característica común porque PSOE, PP, formaciones nacionalistas y Vox han circunscrito sus reuniones internacionales al intercambio de criterios, pareceres e información. No ha habido discrepancia política. Hasta las relaciones personales se han caracterizado por la concordia. “Hemos funcionado como una piña”, afirma la fuente. Buena noticia para la política española, acostumbrada al despecho.

El informe provisional al que ha accedido este medio remarca que en la primera de las reuniones de la ponencia se acordó que no solamente escucharían al Gobierno español, sino a otros muchos actores. Instituciones comunitarias, parlamentos europeos, autoridades, expertos y representantes sociales han desfilado por las dependencias del Congreso y del Senado. Por tanto, no solamente han comparecido el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y el secretario de Estado para la Unión Europea.

Ha habido más. El comisario europeo de Justicia, el vicepresidente de la Comisión Europea y la directora de la Representación de la Comisión Europea en España comparecieron también, al igual que autoridades de gobiernos y parlamentos autonómicos de Cataluña y País vasco. 

Asimismo, diferentes delegaciones de la ponencia, entre los que prácticamente siempre han estado la presidenta de la Comisión, la diputada socialista Susana Sumelzo; el portavoz del PSOE aquí, Pere Joan Pons; y el senador del PP Rubén Moreno, viajaron a Bruselas para reunirse (en tres ocasiones) con la Representación Permanente ante la Unión Europea y con varias instancias del Parlamento de la UE.

Más actividad: delegaciones de la ponencia se han entrevistado con representantes institucionales franceses, portugueses, checos, suecos, belgas, griegos, italianos, croatas, finlandeses, lituanos, húngaros y luxemburgueses. La agenda internacional llama la atención por lo prolija. Además de Bruselas, han tenido reuniones de trabajo en Praga, Roma, Estocolmo, Atenas, Helsinki o Lisboa. “Hemos llevado a cabo un ejercicio de diplomacia parlamentaria impresionante”, se enorgullece una fuente.

Acelerador legislativo en la UE

Albares, cuando compareció, dijo que uno de los principales cometidos de la Presidencia española será “intentar llegar a acuerdos sobre expedientes legislativos”, de manera que sea factible el impulso de una agenda política concreta. La negociación es el método. La imposición no cabe.

Corroboran las fuentes que éste será un objetivo de primer orden, además de ineludible, porque la Presidencia española recorrerá el último periodo legislativo completo de la Unión. Las elecciones para renovar el Parlamento, y por extensión, la Comisión, se celebrarán en 2024. Lo subraya el informe interno de la ponencia: la presidencia de Sánchez será el “cierre operativo de la legislatura europea”. Se convertirá en prioridad la “conclusión del mayor número de expedientes legislativos que sea posible”.

España pisará el acelerador de las directivas europeas, y lo hará alrededor de estos ejes primordiales. El informe enumera tres: la recuperación económica, la seguridad energética y la autonomía estratégica abierta.

Siempre según el mencionado informe, la Presidencia de la UE que ejercerá Sánchez profundizará en la “identidad europea”, para lo que propondrá ampliar derechos de ciudadanos europeos que no residan en Estados miembros y buscará asentar soluciones en migración y asilo. Igualmente, reforzará el “pilar social europeo”, y así, potenciará medidas en el ámbito de los cuidados, el “sinhogarismo” y la protección de rentas. La tarjeta europea de discapacidad será una iniciativa a desarrollar.

“La Europa de la salud”, con énfasis en la atención primaria; la articulación de estrategias y planes de salud mental; la cohesión territorial y la lucha contra la despoblación; la digitalización (“Carta europea de derechos digitales”) y la implantación del 5G y el 6G; y atajar las violencias machistas serán otras líneas maestras.

Foco en dos cuestiones clave, ya que, y esto también lo recalca el informe de la ponencia, la evolución de la Presidencia española de la UE se producirá en paralelo a la evolución de la guerra de Ucrania, lo que abocará al esfuerzo por encontrar salidas hacia la paz. Esas cuestiones son la resolución de la crisis energética, en lo que la contención de los precios será crucial, así como el fomento de la llamada “agenda verde”. Dentro de este campo, la ponencia parlamentaria cita la lucha contra el cambio climático, la priorización inaplazable de la prevención de incendios y la reforma del sistema energético.

La segunda cuestión versa sobre “la autonomía estratégica abierta”. La UE ha de alcanzar la autonomía industrial y productiva, aunque sin descuidar lazos internacionales. España peleará por consolidar las relaciones con Iberoamérica con vocación de permanencia, de manera que no dependan sólo de las presidencias semestrales española y portuguesa, cuando toquen. Habla el informe de impulsar relaciones comerciales con Chile, México y el Mercosur, asunto peliagudo por la posición francesa.

Negociar más de 150 propuestas

Los grupos parlamentarios están negociando las conclusiones. Hasta aquí se han abordado los pilares. El informe final contendrá más detalle y concreción. 

Hay más de 150 propuestas encima de la mesa. Los grupos quieren lograr consenso en todas las que sea posible. Informan las fuentes parlamentarias que el PP ha sido el más fértil, con más de 70 recomendaciones. Las relaciones con el PSOE en la ponencia son positivas y confían las fuentes de ambas partes en poder limar diferencias en un destacado número de puntos. 

Se impondrá el criterio del voto ponderado, y por tanto, será determinante cómo se articulen los bloques. El mayoritario, tanto en el Congreso como en el Senado, es el que forjan casi siempre los socialistas con Unidas Podemos, ERC, PNV… Pero un aspecto distancia a estos partidos, el de las lenguas cooficiales, apunta una fuente, que, no obstante, no cree que esa una diferencia que contamine todo lo demás. El entendimiento político ha sido nota común de los trabajos de la ponencia y nadie duda de que llegará hasta el final, hasta el 30 de abril.