Novedad editorial

Elisenda Alamany: "El 'procesismo' ha intoxicado el significado de lo que es ser independentista"

La concejala por ERC y exdirigente de los Comuns proyecta en un libro su visión sobre los retos de la política y de la izquierda soberanista

Elisenda Alamany, en una imagen de archivo

Elisenda Alamany, en una imagen de archivo / DAVID ZORRAKINO / EUROPA PRESS

Sara González

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Era la primavera de 2016 cuando Xavier Domènech, que había ganado las elecciones generales en Catalunya, la citó en el barrio de Gràcia de Barcelona. Profesora de catalán y concejal entonces de Castellar del Vallès por insistencia de Gemma Ubasart, no había puesto nunca un pie en la política institucional ni se lo había planteado. Acabó aceptando convertirse en la portavoz de un nuevo partido que estaba por construir. Elisenda Alamany (Sabadell, 1983) era independentista, pero decidió enrolarse en la aventura de Catalunya em Comú para representar a una generación "a la que pisotearon las expectativas de futuro". Así lo explica en su nuevo libro 'La política que vindrà' (Grup Enciclopèdia), publicado a tres meses y medio de las elecciones municipales, en el que reflexiona sobre el rumbo de la política, del independentismo y de la izquierda catalana.

Siete años después de ese paseo con Domènech que acabó desembocando en un convulso trayecto con los momentos álgidos del 'procés' de por medio, un intenso año y medio en el Parlament y, finalmente, su salida de los Comuns para presentarse de número dos por ERC en la candidatura de Ernest Maragall en 2019, Alamany hace balance. "Más duro fue cuando me tuve que ir a China", decía entonces cuando se le preguntaba si le había costado un cambio de partido que no estuvo exento de tensiones y reproches internos. Su balance parte de su experiencia personal, ya que se sintió "expulsada" de su país por la crisis de 2008. Ahora, consolidada ya en la órbita republicana -y a la espera de qué lugar ocupará esta vez en la lista de Maragall, ya que no está claro si será la 'número dos' de nuevo-, busca proyectar una voz propia en este espacio, como dejó claro este lunes en la presentación del libro.

"Un nuevo sujeto político"

Sin ambages, reclamó que el independentismo tiene que cambiar de vocabulario si no quiere empequeñecerse y que la izquierda soberanista necesita crear "un nuevo sujeto político" si su objetivo es superar la desafección y "seducir" a una mayoría de votantes. "El 'procesismo' ha arrugado el hecho de ser independentista, lo ha intoxicado de cosas demasiado feas. Ha fallado en el espíritu de abrir todos los frentes posibles de lo que es construir un nuevo país y del por qué fue posible el 'procés': una crisis que era política, económica, social y democrática", argumentó. De hecho, abogó explícitamente por volver a hablar de 'soberanismo' y no quedarse en el término independentismo, a su juicio, más reduccionista.

"Desde los Comuns, yo, como independentista, sentí rechazo por muchas de las consignas que utilizaba el independentismo hegemónico". "No podemos concentrarnos solo en decidir si somos independentistas o no". "Hacen falta nuevas palabras, no puedes proyectar con palabras viejas un futuro". Fueron algunos de los mensajes que lanzó en un auditorio, el de la librería Ona, donde estaban desde Maragall a Gabriel Rufián, el 'conseller' de Interior, Joan Ignasi Elena, o el 'exconseller' Raül Romeva.

"Desde los Comuns, yo, como independentista, sentí rechazo por muchas de las consignas que utilizaba el independentismo hegemónico"

Si lo que se pretende es interpelar a más gente o, como dice metafóricamente en el libro, si lo que se busca es ser la orquesta de la fiesta mayor que sabe qué grandes 'hits' tocar para hacer bailar a casi todos, los proyectos políticos, insiste, tienen que admitir cambios estructurales. El reto, desgrana, pasa por "no menospreciar" lo que le preocupa a la gente e "intoxicarse" de lo que le quita el sueño, no abusar de las "etiquetas" y dejar de presentar la izquierda como "un freno" a la extrema derecha en lugar de invertir en "crear cultura y discurso propios".

De Sánchez-Cuenca a García Beadoux

En el libro, Alamany combina su vivencia en primera persona con un repertorio de artículos de 16 expertos de distintos ámbitos que engloba desde Ignacio Sánchez-Cuenca a Jorge Lago, Liliana Arroyo, Juan Antonio Donaire, Virginia García Beaudoux o Jorge Moruno. También abre la puerta a diálogos con sus asesores y miembros de su 'war room' para abordar temas como la rigidez de las instituciones, la profesionalización en la política, la construcción de marca y la estética o la "superioridad moral" que dificulta a la izquierda calar en unos votantes que son seres racionales y emocionales. "No sé en qué momento nos hemos olvidado de que la política tiene que conectar con la felicidad", concluyó.

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